Recientemente, en uno de esos debates que tanto me gusta iniciar por la sola intención de hablar de algo más que de pósters, tráilers y blockbusters basados en famosos cómics, alguien comentó algo en torno a la violencia en el cine, un tema que a lo largo de los años, hasta la actualidad (y lo que te rondaré, morena), siempre ha estado en boca de todos, y que es empleado, de cuando en cuando, por los medios de comunicación de forma asquerosamente manipuladora e ignorante. Pero es lo que hay en estos tiempos de bienpensantes y de bienintencionados que, a mi modo de ver, no tienen mucha idea de cómo funciona el ser humano ni de para qué sirve el arte.
Vayamos al grano y cojamos al toro por los cuernos, argumentando una idea que ya dejé más o menos esbozada en aquella locura de texto en torno a ‘300’: no existen gran arte, esto es, un arte importante, que sobreviva al tiempo, sin violencia, sin una investigación sincera y valiente de por qué el hombre es esta criatura ambivalente y terrible, incapaz de madurar sin dolor y sin sufrimiento. De la capacidad del artista para introducir la violencia, o simplemente para entenderla, depende, por ejemplo, encontrarse ante una buena película o una película que no valga la pena. Así de sencillo. Me explico.
Quizá lo mejor sería también dejar claro qué es violencia para el que suscribe esta entrada. Porque si acudimos a la RAE lo que aparece es lo siguiente:
violencia.
(Del lat. violentĭa).
1. f. Cualidad de violento.
2. f. Acción y efecto de violentar o violentarse.
3. f. Acción violenta o contra el natural modo de proceder.
4. f. Acción de violar a una mujer.
Pero esto seguramente les sepa a poco a la mayoría, a mí incluido. Yo creo que lo que entendemos todos por violencia en realidad es una concepción muy reduccionista de ella. Porque supongo que estaremos de acuerdo en que la violencia es algo más que ríos de sangre y de casquería fina. Eso, más bien, es grafismo gore. Morbo (que a veces comparto, todo sea dicho…) por presenciar la destrucción del cuerpo humano, su fragilidad material. Pero violentarme, lo cierto es que no me violenta nada, la mayoría de las veces. Puede impresionarme por su salvajismo o asquearme, o provocarme rechazo, pero para que me violenten algo más tiene que suceder en la pantalla.
Estoy por afirmar que la violencia es imprescindible para crear una buena película. Ahora bien, cualquiera le dice algo como esto a un profesor de comunicación audiovisual, o a un periodista de espectáculos, y se te queda mirando como si acabaras de llegar de marte. Pero es que el arte ha de provocar una intensa conmoción emocional, ese milagro que tan raras veces ocurre y que tanto tiene que ver con violentarse, con despertarse de un estado de modorra intelectual en el que se acepta lo que hay. Por eso quizá el arte ha de ser incómodo, desagradable por naturaleza, aunque sólo sea a un nivel muy sutil.
A mi modo de ver, el arte comienza y termina con el hombre corriente, o con el ser humano en toda su complejidad y en su terrible dualidad. Si esto es así (y creo fervientemente que es así), es imposible crear arte sin dar testimonio de la oscura violencia que le define. Porque en sí misma la violencia no es buena ni mala, es y nada más. El sexo, incluso el más cariñoso, es violento. El nacimiento de un bebé es violento. La violencia no es oscura o malvada. Es el hombre el que puede ser oscuro y malvado. Ni más ni menos. Está en nuestra naturaleza desatar la violencia de nuestro interior, pero también darle una forma creativa o destructiva. Quizás esa sea la línea que separa a los dos grandes grupos de personas: los que crean (¿artistas, o personas creativas?) con la violencia, y los que destruyen con ella.
Haciendo memoria conozco pocas secuencias más violentas en toda la historia del cine que aquella en la que George Bailey (inolvidable James Stewart) golpea a su amigo Bert (fordiano, como siempre, Ward Bond) después de que su mujer huya de él porque ni siquiera le reconoce, en la que quizá sea una de las más hermosas películas que he visto jamás, ‘It’s a Wonderful Life’. He de reconocer que cada vez que veo este momento doy un respingo involuntario en mi asiento. Me siento literalmente como si fuera yo el que golpease a ese personaje, y no sólo eso, siento la culpa de haberlo hecho y la ceguera de la locura que embarga a George Bailey. El drama de esa película (no olvidemos que dram en griego significa acción) está tan bien formalizado, es tan intenso, que la violencia te purifica.
Me parece el mejor ejemplo para argumentar que la violencia en el arte ejerce, cuando es un arte elevado e importante, de catarsis emocional, de liberación. Por eso quizá es tan importante que el artista sea tan honesto, tan sincero. De lo contrario la catarsis puede convertirse en justificación de la violencia, en espectáculo de ella, tal como sucede en la deleznable ‘La naranja mecánica’, que con la excusa de hablar sobre la violencia termina haciendo un show insufrible y divertido con ella. Si a lo largo de la historia el cine se ha enfrentado con ese problema, y ha tenido en figuras importantísimas del cinematógrafo como Akira Kurosawa u otros artistas, a personas capaces de hablar de ello y de mostrarlo de forma cruenta pero lúcida, es porque el cine está en disposición de no entregarse al morbo por el morbo, como algunos creen, y a tratar temas resbaladizos con dignidad.
Pero volveremos al tema una y otra vez, y los medios de comunicación encontrarán a sus cabezas de turco, como el ínclito Quentin Tarantino, quien una vez dijo, a tenor de una protesta de algún periodista sobre la violencia de sus películas, que haría la película más violenta de todos los tiempos algún día. ¿Cuánto nos apostamos a que sale alguien con el tema antes y durante el estreno en cines de ‘Inglourious Basterds’? Pero ya pasó con el estreno de ‘Bonnie & Clyde’, con la que Arthur Penn escandalizó a su época en cuanto al tratamiento de la violencia en el cine. No sólo había muchos tiros en aquella secuencia, sino un salvajismo psicológico lleno de desesperación. Y es que la violencia física depende de la psicológica, más aún en un mundo globalizado donde encendemos la televisión y vemos incontables muertes en genocidios de medio mundo, para después servirnos una cerveza.
“No hay nada moral o inmoral en el arte, un artista puede expresarlo todo”, decía Oscar Wilde. Sin duda para el Kubrick de ‘La naranja mecánica’ o para el Gibson de ‘La pasión de Cristo’, esto significa que pueden inundarnos de violencia sin sentido y encima vanagloriarse de lo valientes que son. Pero en mi opinión, aquel gran artista quería decir que el arte no es un medio ideológico (algo de lo podríamos hablar en otra entrada), ni de mensaje anti o pro violencia. La belleza anda por otro lado, y a lo mejor para llegar a ella no hay más remedio que mostrar lo terrible, porque en lo terrible anda encerrado lo bello, y lo bello en lo terrible.
Pero pensemos, ya para terminar, en el cuento de caperucita. Repasémoslo, pero sin el lobo. Caperucita iba a ver a su abuelita, y para eso escogió el camino del bosque, siguió andando y…siguió andando, y después siguió andando y…bueno pues al final llegó a casa de su abuelita, y juntas se comieron las galletas que le había hecho su madre. ¿A quién le importa ese cuento sino aparece el lobo, es decir, la violencia, la tensión? De hecho, queremos que aparezca el lobo. ¿Cómo íbamos sino a aprender que hay que tener cuidado cuando vas solo por un bosque sombrío?
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Alberto Abuin
¿Se habla sobre la violencia sin nombrar al que mejor la retrató: Peckinpah?
eluyeni
No sé, me parece todo un poco filosofía de baratillo: "en sí misma la violencia no es buena ni mala, es y nada más. El sexo, incluso el más cariñoso, es violento. El nacimiento de un bebé es violento". Pues entonces la violencia también se encuentra en un tremendo cuesco tras la digestión de unas fabes con almejas. Claro, toda transformación de la materia en sí tiene de algo de violento.
Por no decir que el autor ha olvidado citar el aspecto cómico de la violencia que puede encontrarse en películas (mayormente de serie Z y B) que seguramente él no verá. Lo cual demuestra que la violencia no es más que un color más de la amplia paleta de comportamientos, sensaciones, acciones y fijaciones del ser humano. Aunque sea un color bastante llamativo y especial, y yo diría que siempre presente de una forma u otra. He visto películas realmente violentas por todo lo que sucedía en ellas sin que apenas salga sangre, y otras que por mucho ketchup e higadillos que se tiraran no me inquietaron animícamente lo más mínimo. Y también he oido diálogos más hirientes y violentos que mil torturas y salvajadas varias. Son la situación, la historia, el mensaje, la forma, y la propia actitud del receptor los que acaban "encajando" la violencia en el cine. En sí, no es más que un instrumento, una herramienta más que se puede utiizar o no para el fin, o sea, la película. Y como tal no determina que una película sea mejor o peor. Es una opción más, que visualmente también tiene también su belleza y su impacto emocional en el espectador.
Perdón por el tocho, pero es que me da miedo de que empiecen a salir primos de Klaatu por aquí mezclando churras con merinas...
Salu2 ;)
Moutache
jajajajaja no quiero parecer un lameculos pero este es, sin duda, de los posts más interesantes que he leído en tiempo. El cine, como arte que en la mayoría de casos capta la esencia de la vida, es violento, debe desatar en nosotros algo que nos mueva. Es imposible que sea de otra manera.
Por ejemplo, en una de mis películas fetiche, "el club de los poetas muertos" el personaje de mr. keating es violencia en estado puro. Ese vitalismo desgarrador de lanzarse al rio, la euforia, el sentido de la justicia y de lo sensato (arrancando páginas inutiles de libros), no son más que signos de rebeldía. La libertad plasmada como violencia, una violencia vital, necesaria, visionaria... que nos autentifica y que nos aleja por momentos del patrón masivo de una sociedad demasiado bienpensante e inercial.
El propósito de toda obra es desencajar algo, descubrir algo, y en todos esos propósitos hay un "desequilibrio" en el proceso, desde la premisa de la que partimos hasta donde queremos llegar tiene que haber un cambio. Es ahí donde tendrán lugar todo tipo de tensiones (amor, placer, venganza, celos, odio) que evaluaran el carácter del personaje y donde conectaremos realmente con la película.
En fin, que eso, me enrollaría más pero creo que ha quedado más o menos claro. Muy buen post.
Lostrego
Me sorprende lo de la "Naranja Mecánica" , no voy a discutir si me parece buena o mala película , pues de eso no va este debate , aunque sin duda está sobrevalorada dentro de la filmografia de Kubrick . Lo que me llama la atención es como la nombras dos veces en el texto , calificándola incluso de "violencia sin sentido" . Pienso que te has metido tan hasta el fondo en intentar desacreditar esta película que intentas desesperadamente buscar oportunidades para convencer a la gente de que es "deleznable" . No me parece ni torpe ni vulgar el modo que escoge el director para mostrarnos el universo violento del protagonista . Me gustaria decirte que aunque practicamente siempre estoy en desacuerdo contigo , me gusta que te dediques a "hablar de algo más que de pósters, tráilers y blockbusters basados en famosos cómics" y hay que felicitarte por ello .
nomedestonteria
A ver, voy a dar el coñazo un poco, y pido perdón por escribir la biblia de antemano, porque sé que lo voy a hacer, pero es que el tema, el fondo y la forma me interesan sobremanera. Insisto: pido perdón por la extensión (larga, seguro) de lo que voy a escribir y espero poder hacerlo con todo el respeto del mundo. Y es que a veces, simplemente, alucino con la ignorancia (o la poca vista, quiero creer) que mostráis algunos editores de este blog. Gabriel, el artículo me parece interesante en cuanto a temática, pero espero que no pienses que has descubierto algo nuevo. ¡Es un tema estudiadísimo! Y, desde luego, muy conocido y tratado por autores de varias disciplinas. De hecho, hablas del tema de forma muy sesgada. Como han dicho anteriormente, no es la violencia en sí, sino la expresión de un CONFLICTO o la lucha de fuerzas lo que hace relevante el empuje y la atracción de una historia. Y absolutamente todas las historias que pueden ser narradas en cualquier formato poseen esta cualidad; otra cosa es que nos lo tomemos por lo literal, defecto trágico para poder disfrutar cualquier narración, y pensemos que eso de la violencia son tiros y puños. En cualquier análisis textual de una obra cinematográfica o teatral existen varios niveles de conflicto (esto es, violencia), empezando por los internos de los personajes, los externos de los personajes entre sí y los temáticos y operantes dentro de la historia. Cuando he dicho antes que a veces algunos editores pecáis de ignorantes (y tampoco quiero generalizar ni ser irrespetuosa, ojo), es porque en no pocas ocasiones habéis obviado los lenguajes discursivos que el cine ha trasvasado de un medio mucho más antiguo, y por tanto, mucho más experimentado en la plasmación de historias: esto es, el teatro. Esto no es un blog de teatro, claro, pero es curioso que la crítica cinematográfica, por contraposición a la teatral, pictórica o literaria, no suele hacer gala de una retroalimentación referenc
nomedestonteria
Esto no es un blog de teatro, claro, pero es curioso que la crítica cinematográfica, por contraposición a la teatral, pictórica o literaria, no suele hacer gala de una retroalimentación referencial con el resto de las artes. Vamos, que el crítico de cine se suele quedar sólo en el cine, y, en mi humilde opinión, eso es un hándicap insalvable para hablar de las cosas con propiedad ("El problema se encuentra en dos direcciones complementarias: la primera es que la crítica de cine es una crítica no para el cine sino para los espectadores, que es algo así como hacer críticas de juguetes para los niños -cosa innecesaria porque los niños ya saben lo que les gusta sin que se lo diga nadie: aplíquense el cuento-; la segunda consiste en que, basta leer la prensa, los críticos de cine ven demasiado cine, o, mejor dicho, no se molestan en consumir otras cosas." -Raúl Minchinela, extracto de 'La Dictadura de los Intermediarios', 2000). Como leo que has estudiado Bellas Artes, Gabriel, espero que éste no sea tu caso puesto que deberías tener una visión más transversal (aunque en tal caso, Kubrick debería maravillarte como autor de constante violencia visual; y por favor, que no se me tome por lo literal, insisto). Cito el teatro por haber sido el laboratorio de pruebas embrionario de la violencia intrínseca de las historias desde que comenzó a escribirse, allá por los tiempos de los antiguos y dionisíacos griegos; y también porque fueron los primeros directores revolucionarios de la escena, ya en el siglo XX, como Stanislavski, Vajtangov, Meyerhold o Michael Chejov, los que ahondaron en la materia del conflicto físico y psicológico, dejando a nuestro alcance ríos de tinta en torno al tema. Más allá han ido después Thadeusz Kantor con su teoría sobre el teatro de la muerte, Antonin Artaud y su "crueldad", o como referencia más contemporánea y sorpresiva un tal Robert Wilson: un director para el que la limpieza pura, la exacerbada pulcritud
nomedestonteria
Más allá han ido después Thadeusz Kantor con su teoría sobre el teatro de la muerte, Antonin Artaud y su "crueldad", o como referencia más contemporánea y sorpresiva un tal Robert Wilson: un director para el que la limpieza pura, la exacerbada pulcritud e higienización de la escena supone la más alta de las violencias, el más brutal de los choques. Wilson coloca a personajes que caminan lentamente, casi angelicalmente, sobre espacios que podrían ser pasillos blancos de inmaculados hospitales, y créeme que no he visto nunca nada más violento en mi vida que tal deformación de nuestra nada pulcra y nada desparasitada realidad. Y esto lo cito sólo por poner un ejemplo para la desambiguación del término violencia en lo referente a lo artístico, que creo que puede ir mucho más allá de la descripción que nos has dado. Marat-Sade, la obra de Peter Weiss, es probablemente el canto más bello jamás escrito sobre la importancia vital de la violencia en nuestra condición de humanos (puesto que trata nuestra era moderna como hija del acto violento más público y refrendado de todos los tiempos, la Revolución Francesa). Weiss expresa, por boca del personaje Sade, el deseo violento por antonomasia del hombre moderno: “Hasta la más cruel de todas las muertes o catástrofes se borra en la indiferencia absoluta de la Naturaleza. sólo nosotros damos a esta vida cierta importancia. La Naturaleza podría asistir sin inmutarse al exterminio de la raza humana. Yo odio la Naturaleza. Quiero vencerla.” Por tanto, sobre la brutalidad de la existencia, el conflicto con la naturaleza, la violencia necesaria para la supervivencia y la implicación que todo esto tiene sobre las historias que cuentan los narradores, los artistas, los cineastas o los actores, se continúa reflexionando cada día, cuando nos disponemos a levantar una obra (por ejemplo: nada más violento en este mundo que dirigir actores... quien lo probó, lo sabe). Si la violencia de las
nomedestonteria
Si la violencia de las decisiones vitales forman parte de la existencia, ¿cómo no van a ser parte del arte? Lo siento, pero para mí es obvio decir que la violencia es la clave del cine. Es como decir que "respirar es la clave de poder nadar" en vez de decir que "es la clave de vivir". Porque el cine forma parte de las Artes, y en las Artes, como en la vida, está implícita la violencia, el conflicto, en el propio proceso de trabajo. Anne Bogart, directora teatral neoyorquina, dedica un apartado de su ensayo "A Director Prepares: Seven Essays on Art and Theatre" (cuya lectura recomiendo encarecidamente) a la violencia, y no podría hacerlo de forma más certera: "Art is violent. To be decisive is violent. Only when a decision is taken can the work really begin".
Se puede decir más alto, pero no más claro.
Mil disculpas por haber tenido que pegar tantos comentarios, me puse a escribir y cuando me di cuenta no me dejaba publicar de una vez semejante ladrillo. Y si me he puesto más gafapasta de lo debido, también mil perdones. Espero que entendáis que, simplemente, el tema me apasiona y me saca las debilidades. En cualquier caso, gracias por sacar a debate tan necesarias reflexiones.
Saludos.
Adrián Massanet
Mr. Lombreeze, me parece que hablamos del mismo tema, pues nada genera más violencia que el amor.
acymex
lo que me dejas entender esque para ti todo es violencia o casi todo, no estoy del todo de acuerdo pero tambien, no tengo una clara o muy clara definicion que puede expresar de lo que es violencia y este tema, llevara a tantas argumentaciones como otros de religion o politica...
No creo que sea la clave de una buena pelicula, pero eso si, casi siempre les deja mucha ganancia a los ejecutivos.
Elohim
Habitamos en una sociedad hipócrita y ciertamente es vergonzoso ver como se acepta con evidente morbosidad la violencia que a diario sacude al mundo entero, y por el contrario se rechaza y censura, aquella violencia nacida del arte, la que se recrea a partir de una ficción. Lo lamentable de todo esto es que se castiga la ficción con la falsa idea de creer que el cine, o la literatura, o la música, o la pintura, o cualquier otro tipo de representación artística pueda llegar a influir en el comportamiento del hombre, cuando en realidad ha sido al contrario, toda esa ficción llevada al lienzo o al celuloide, o plasmada en acordes o en papel, nació de la experiencia del ser humano, de su naturaleza violenta, de sus instintos más viscerales. Cada vez es peor el asunto y seguirá empeorando. Tiempo al tiempo, ya lo veremos. No somos una especie que evolucione, que avance; somos seres acostumbrados a dar pasos en reversa, a destruir con nuestras propias manos, lo que fuimos capaces de crear, y aun así no reconocemos lo que realmente es la violencia y en lo íntimamente ligada que se encuentra a cada uno de nosotros.
Excelente post, Gabriel. Buen concenso el alcanzado en esta entrada, hasta el momento.
eluyeni
Por cierto, me ha venido al recuerdo los pasquines que se entregaban a la gente antes de los combates en el circo en 'Gladiator' (recuerden la conversación de el Hispano enjaulado y el crío). Quizá por eso da la sensación de que el señor Ferreiro no captó que la violencia y no el rigor histórico era lo que pretendía ser el pilar del film de Scott. Un tiempo en que la violencia sostenía imperios, daba prestigio y divertía a la gente. Y como apuesta por tal filosofía, en ese aspecto no tiene ningún "pero": es una película violenta y funciona en base a ese motor.
Salu2 ;)
truffi
Estoy de acuerdo en (casi) todo lo que dices, Gabriel. Pero no sé aún si la palabra adecuada es "Violencia", aunque puede que lo sea. A mí me gusta más "conflicto", es decir, el choque de dos o más fuerzas. Y cualqueir buena historia es la búsqueda de la resolución de ese conflicto, termine bien o mal. Y esa búsqueda puede resultar más o menos violenta. Pero de que de DEBE HABER CONFLICTO, debe.
Solo para complementar, aquí está lo de la RAE:
conflicto.
(Del lat. conflictus).
1. m. Combate, lucha, pelea. U. t. en sent. fig.
2. m. Enfrentamiento armado.
3. m. Apuro, situación desgraciada y de difícil salida.
4. m. Problema, cuestión, materia de discusión.
5. m. Psicol. Coexistencia de tendencias contradictorias en el individuo, capaces de generar angustia y trastornos neuróticos.
6. m. desus. Momento en que la batalla es más dura y violenta.
Mi favorita es la 5. Por supuesto, todas funcionan.
Sí estoy muy de acuerdo contigo en que no hay que confundir Violencia con balazos, sangre y cuerpos desmembrados. Que cantidad de hermosas escenas y películas hemos visto llenas de violencia psicológica y sin ni una gota de sangre. Que buen ejemplo el de Moutache de "Dead Poets Society". "Cielo e Infierno" de Kurosawa es otro excelente ejemplo.
En fin. Muy buen post, Gabriel. Por fin generando consenso... en torno a la violencia.
Alberto Abuin
Una de las escenas más violentas de los últimos 20 años transcurre en 'Un mundo perfecto' de Eastwood (otro director terriblemente violento). Costner en la casa de los negros en el tramos final. No hay violencia explícita (física), pero la tensión de ese momento es indescriptible, nos altera emocionalmente y nos lleva al límite
Alberto Abuin
Mr Lombreeze, me temo que no has entendido demasiado del texto de Gaby.
Tanto en 'Y el mundo marcha', como en 'Amanecer', los conflictos que se presentan y hacen avanzar las dos películas, son enormemente violentos. En la de Ang Lee también. La de Eastwood se centra en el conflicto de no poder dar rienda suelta a los sentimientos, lo cual es violento.
Y 'Grupo salvaje' jamás sería tan bella sin la violencia.
Saludos.
Alberto Abuin
Las dos cosas Mr. Lmobreeze (y le he prometido hablar sobre esa maravilla de Sirk, que no me olvido). De todos modos yo no me refiero a violencia física explícita (que la hay en algunos de los títulos citados) si no a violencia emocional. Y no me diga usted que 'Dejad paso al mañana' no la hay, porque me parece uno de los films más terriblemente violentos que existen (ese final).
'Breve encuentro' y 'Los puentes de Madison' beben del mismo conflicto. Es evidente que no necesitan ponerse a pegar tiros o dar puñetazos, pero la imposibilidad de estar juntos genera un sentimiento violento. Y se lo digo yo, que una vez fui "el otro" y me daban ganas de andar a hostias con todos ;)
Alberto Abuin
'El invisble Harvey'. ¿Qué hay más violento que un loco de remate imprevisible? Y el conejo da mal yuyu, eh
truffi
Jenny Sparks: Eres lo máximo.
El_Darko
Un post muy interesante, a pesar de que empiezas dando demasiados rodeos, la sintesis final es muy buena. Por cierto, aplaudo tu puntualización sobre la diferencia entre la violencia y la casquería. Un saludo ;)
Adrián Massanet
¿Peckinpah? Es como si me sonara de algo, pero no caigo, no caigo...
Bueno, podría haber nombrado a Peckinpah, pero tampoco era imprescindible para mejorar mi argumentación.
travis bickle
Una peli = chica + pistola.
chuparrocas
Cierto Alberto, he visto un montón de películas sangrientas, pero no he sentido nunca tanta violencia que al ver "Perros de paja". Incluso acabé un poco mareado al ver la película. Eso sí que es violencia.
Estoy de acuerdo totalmente con Gabriel. No puede existir el cine (ni el arte) sin violencia. Muchas veces veo películas en las que noto que le falta algo, que son buenas, pero le faltaba ese toque especial, esa garra, para acabar de ser perfectas. Siempre que comento la película con los compañeros estamos de acuerdo en que le faltaba fuerza, itensidad, violencia. Es como si la película estuviese vacía.
Comparto especialmente la opinión de que la violencia es una forma de liberarnos. ¿Qué sería de Travis Bickle o Jake La Motta sin violencia? En los extras de "Zatoichi" hay una entrevista con Kitano en la que dice que en las escenas de acción, si no sale sangre es como si no se sintiese liberado, como si algo se quedase sin salir.
Por último, resaltar una curiosa paradoja: los mismos medios de comunicación, que critican la violencia en el cine (es decir, en la FICCIÓN) son los mismos que ponen matanzas, asesinatos y escenas totalmente repugnantes a la hora de comer, en un medio accesible a todos y en horario infantil. Es mucho más cruenta la realidad que la ficción, pues no deja de ser una farsa.
zalomero
"No existe gran arte, esto es, un arte importante, que sobreviva al tiempo, sin violencia".
Hombre, hay grandes obras de arte (sobretodo pictóricas) que impactan (no violentan) por su capacidad de transmitir amor, paz, armonía (a través de la proporción, el color, el simbolismo). Tienen la cualidad de llegar al "alma" del que las contempla y transmitir todo tipo de sentimientos que no tienen porqué estar ligados a la violencia. Creo que tu artículo, en ese sentido, tiene más que ver con qué entiendes tú por violencia que con cualquier otra cosa.
Yo muchas veces prefiero cambiar "violencia" por "agresividad", una palabra a la que le encuentro más connotaciones positivas que negativas.
zalomero
elmiha11: creo que lo comentas se debe más que nada a que en las películas antiguas existía la censura. Te iba a decir que quizás también se deba a que ahora estamos más embrutecidos, pero me he puesto a pensar en la Edad Media y he tenido que deshechar la idea.
Noarrey
He esperado hasta tener un momento libre para poder leerme la entrada con calma y me encuentro con que llego tarde al debate.
Me ha llevado un buen rato leerme todos los comentarios y procesar toda la cantidad de información adicional que se ha ido mostrando y ahora mismo tengo tanta información en la cabeza que no sé cómo saldrá esto.
Primero ¿os poneis de acuerdo con mi facultad? porque primero un tema sobre la piratería y todo lo de la ministra Sinde y ahora este post sobre la violencia y en mi facultad debatiendo la ley del cine y haciendo un trabajo sobre Peckinpah. ¿Me pondreís también el examen? jajajaja.
Me ha gustado el post aunque coincido con lo que ya habeis dicho por ahí de que quizá habría que ampliar el concepto y hablar de conflicto porque eso es lo que mueve el mundo. Una historia no puede existir si no hay un conflicto, algo que resolver. Muchas veces ese conflicto deriva o se plasma por la violencia pero no creo que sea la violencia en sí misma la que nos mueve. Por ejemplo en It's a Wonderful Life George Bailey no es lo que se llamaría un hombre violento y lo que le hace pedir su deseo es algo tan simple como que está arruinado porque ha perdido el dinero de sus vecinos y no encuentra una salida a su problema.
Si hablamos de escenas violentas tal y como se presentan en este post yo me quedo con la de La ventana indiscreta (The rear window) en la que Grace Kelly se mete en la casa del "asesino" para buscar el anillo y éste la pilla. La cara de James Stewart contemplando la escena y escuchando los gritos de Grace Kelly sin poder hacer nada aún me pone los pelos de punta.
En lo que sí que no estoy de acuerdo es en lo relacionado con La naranja mecánica. No creo que su violencia sea una excusa, un espectáculo (y tampoco considerado que la película sea deleznable pero no es este el tema para hablarlo :) ). Kubrick era un tío que sabía perfectamente lo que hacía;
gustavo garcía tenerife
Buenísimo comentario sí señor. La violencia es intrínseca al ser humano, y el que lo niegue, niega su humanidad. ¿Cuantos no nos hemos sentido como Michael Douglas en Un día de furia alguna vez?, ¿con ganas de machacar alguna cabeza que nos jode el día?...todos van al museo y se quedan maravillados con las pinturas negras de Goya, por ejemplo (¿hay algo más salvaje que un viejo comiéndose a un niño?)...pero si Tarantino pega un par de tiros o corta un brazo en sus películas hay que poner el grito en el cielo. Al que no le guste que no vaya y punto. Un poquito de mente abierta.
golo
Completamente de acuerdo con Gabriel, la violencia es uno de los instintos primarios del ser humano y como tal debe formar parte de la cultura, no hay que esconderlo.
Saludos!!!
P.D: joé, a dónde se me van las estrellicas? XD
danielices
Dicen que una película es tan buena como malo es su villano. Cualquier historia en la que no haya violencia o, al menos, amenaza de violencia, sería de nulo interés e incluso falsa, ya que la pasión violenta es inherente al ser humano y a la naturaleza.
Hasta las películas de dibujos de Disney se basan todas en personajes que huyen de la violencia o la utilizan para superar obstáculos.
Elohim
Paradójico ver como la violencia nos pone de acuerdo.
jashin
GUSTAVO cuanta razon tienes ¿quien no se ha sentido como michael douglas en "un dia de furia" ? y no se metan con la naranja mecanica es de mis favoritas, por cierto que hay de "taxi driver"