Después de varias ediciones en las que las nominaciones a los Emmy podían recitarse de carrerilla antes incluso de que se hicieran públicas, las de este año han reconocido a unas cuantas series nuevas (algo no demasiado común en estos premios) y han abierto las categorías de actuación a actores que, hasta ahora, no habían tenido la oportunidad de vivir la fiesta de los Emmy. Sí, las ausencias siguen siendo clamorosas e incomprensibles en su mayoría, pero confieso que, después de ver cómo por fin ‘Friday Night Lights’ se llevaba cuatro nominaciones, todo lo demás me daba un poco igual.
Sobre todo, lo más sorprendente de estos Emmy 2010 fue encontrarse a Kyle Chandler y Connie Britton como candidatos a mejor actor y mejor actriz de drama, respectivamente, por su gran trabajo en la cuarta temporada de la serie. Desde la irregular segunda entrega, sus personajes, Eric y Tami Taylor, han ido convirtiéndose lentamente en el centro de toda la serie, en su corazón, en el pilar que ancla siempre todas las tramas en la cotidianidad y el verismo. Su retrato es el de dos personas normales que se quieren, se conocen hace mucho tiempo y que lidian como mejor pueden con los problemas que se les presentan.
La sutileza, el gran manejo de los silencios y la evidente química entre Chandler y Britton hacen que los Taylor sean, fácilmente, de los mejores personajes de la televisión reciente, unos que se convierten rápidamente en uno de los principales motivos para volver semana a semana a ‘Friday Night Lights’. Que los Emmy (y los Globos de Oro) los hubieran ignorado sistemáticamente era totalmente injusto, aunque no deja de ser agridulce que la serie haya conseguido colarse cuando está rodando los capítulos finales de su quinta y última temporada.
Gran parte de la culpa de que la academia de televisión se haya dado cuenta ahora de que esta serie existe hay que atribuírsela a la campaña de promoción organizada por DirecTV, la cadena que comparte la emisión con la NBC. En mayo, cuando las cadenas empiezan a mandar los packs de DVDs a los 14.000 académicos de los Emmy, el canal se jugó el todo por el todo y envió los 13 capítulos de la cuarta temporada, confiando que la estrategia le saliera igual de bien que, por ejemplo, a FX con la primera temporada de ‘The Shield’ o a Showtime con ‘Huff’. Y lo ha hecho, porque además de las merecidas nominaciones de Britton y Chandler, son candidatos también a un Emmy el guión del episodio ‘The son’ y su casting.
Sé muy bien que hay bastante gente que no le ve maldita la gracia a esta serie. Que si es una americanada, que si no es más que otra serie teen, que si es un rollo, que es un culebrón que no aporta nada nuevo… En ‘Friday Night Lights’ es casi más importante cómo se cuentan las cosas que lo que se cuenta, y si no se tiene paciencia con ella, no es raro que la descartemos sin mirar atrás. Sin embargo, desde mi punto de vista, la serie lleva mucho tiempo siendo una de las mejores de la ficción estadounidense actual, y también una de las que pasaba más injustamente desapercibida tanto para el gran público como para los grandes premios. Hasta este año.
En ¡Vaya Tele! | Nueve razones para ver ‘Friday Night Lights’
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