El cineasta checo Jiří Menzel falleció el sábado 5 de septiembre a los 82 años. Junto a Milos Forman y Vera Chytilova marcó la historia del cine con obras de una fuerza imponente e inédita entonces, y por tanto absolutamente necesaria.
Una ola rigurosamente vigilada
Nacido en Praga en 1938, Menzel era menos conocido que su compatriota Milos Forman, cuya carrera se trasladó a Hollywood durante los años setenta. Aún así ganó el Oscar a la mejor película extranjera en 1967. con su primer largometraje, 'Trenes rigurosamente vigilados', título que actualmente tienes en Filmin. En 1990 ganó el León de Oro en Berlín por 'Alondras en el alambre', una película de 1969 que no pudo estrenar hasta la cáida del régimen comunista.
Antes del éxito de Forman, Menzel fue sin duda alguna el líder de la Nueva Ola checoslovaca, que reunió a jóvenes cineastas amantes de la libertad en vísperas de la Primavera de Praga. Las películas de este movimiento (político-estético) fueron consideradas por la URSS como síntomas de la degeneración propia de Checoslovaquia, justificando la opresión y la censura. Si la Primavera de Praga marcó la partida de Milos Forman, exiliado primero en Francia y luego en Estados Unidos, Menzel permaneció en su país, realizando allí todos sus trabajos, con el esfuerzo y sacrificio que eso supuso para su carrera.
El cineasta realizó numerosas adaptaciones, incluidas seis de Bohumil Hrabal. Tras una década poco productiva, realizó varias producciones televisivas de la década de los 80, detalle que jugó en su contra para los Oscar en 2013. De hecho, 'The Don Juans', su última obra, había pasado por primera vez en la televisión en forma de miniserie antes de convertirse en un largometraje que llamara la atención estadounidense. Por esa razón la Academia de los Oscar finalmente la retiró de su selección por razones de no exclusividad, tal vez evitando así que Jiří Menzel pudiera recibir su homenaje final.
Dotado para retratos sociales y caricaturas de figuras de autoridad, fue apreciado por su tono cómico, satírico y libre, que parte de la herencia literaria checa del estudio de las costumbres y los personajes. 'Mi dulce pueblecito', nominada al Oscar a la mejor película en lengua extranjera, conserva así la sátira, la ironía mordaz y crítica. Su humor teñido de la violencia más escalofriante era una de las grandes virtudes de su popular primera película y auténtica marca personal.
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