'Un pliegue en el tiempo' ('A Wrinkle in Time') no está funcionando tan bien como Disney esperaba de ella. De hecho, los ingresos durante su primer fin de semana apuntan a pensar a un fiasco que ya veremos si acaba consumándose. Lo que parece claro es que no veremos cómo continúa la historia, pues no nos olvidemos de que es el salto a la gran pantalla de la primera entrega de una saga literaria creada Madeleine L'Engle por que consta de cinco novelas.
Queda la duda sobre si los cambios realizados por Disney sobre el original literario pueden haber tenido algo que ver en su probable fracaso. Y es que la película opta por contarnos la película como un nuevo enfrentamiento entre el bien y el mal cuando la religión jugaba un papel esencial en el libro. Son muchos los detalles que se han eliminado y ahora vamos a proceder a repasarlos -obviamente hay spoilers a partir de aquí-.
Los que hayáis visto 'Un pliegue en el tiempo' recordaréis que los protagonistas cuentan con la ayuda de tres misteriosos personajes interpretados por Reese Witherspoon, Oprah Winfrey y Mindy Kaling. Queda claro que son unas criaturas con unos poderes muy especiales, pero en la novela se va mucho más allá sobre qué son exactamente hasta que en determinado momento Calvin (Levi Miller), personaje muy desdibujado en la adaptación, acaba encontrando el concepto exacto: ángeles, mensajeras de Dios.
Ya antes se habían dado varias pistas al respecto, sobre todo el momento en el que el personaje que la gran pantalla tiene el rostro de Witherspoon se convertía en una increíble y hermosa criatura blanca que recordaba a los caballos sin parecerse realmente a ellos -en la película se convierte en una criatura que se asemeja mucho más a un planta-. Eso sí, más adelante Charles Wallace descubría que ella fue en su momento una estrella que perdió esa forma después de una pelea contra las fuerzas del mal.
Esos tres personajes también relatan en cierto momento que en la Tierra ha habido diferentes personas luchando contra el mal a lo largo del tiempo. Se mencionan casos como los de Gandhi o Buda, pero se hace especial hincapié en el caso de Jesús, ya que es el nombre que Charles Wallace (Deric McCabe) grita cuando asimila el concepto que le están explicando al decirle que ellos ya conocen a varios de ellos.
Además, cuando Meg (Storm Reid) está a punto de intentar rescatar a su padre se le desvela que ha sido Dios quien ha reclamado su presencia a través de su progenitor y de esos tres ángeles. Por último, Meg recibe un importante consejo por parte del personaje encarnado por Kaling en la película que es ni más ni menos que una cita exacta de la Biblia sobre que Dios es más sabio que los hombres. En la película ella sola se da cuenta de que la fuerza del amor todo lo puede.
Al final, la adaptación cinematográfica opta por un acercamiento tan genérico que nada queda del todo claro -ni siquiera esa fuerza maligna a la que han de enfrentarse llega a concretarse cuando en el libro es una especie de cerebro incorpóreo-. Las cosas simplemente van sucediendo y se confía demasiado en que el apartado visual sirva para compensarlo. No lo hace.
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