El estreno de 'Electric Dreams', que ha adaptado relatos cortos del genio paranoico de la ciencia-ficción Philip K. Dick, responsable de novelas que dieron pie a clásicos (unos más fieles y otros menos al original) como 'Blade Runner' o 'Desafío total', ha vuelto a poner sobre la mesa la eterna cuestión de... ¿si esta serie demuestra que obras tan raras como 'El abonado' son adaptables, por qué nadie se atreve con una de sus novelas más importantes, 'Ubik'?
No será por timidez: si alguien fue capaz de visualizar la inexpugnable 'Radio Libre Albemuth' o la psicodélica 'Una mirada a la oscuridad' (en formato animado, eso sí) sabrá que no hay límites ni vergüenza para un guionista aguerrido. Y si muchas veces se arman películas completas a partir de relatos de quince páginas, cabría pensar que una novela hecha y derecha como 'Ubik' podría dar pie a una buena película. Pero los proyectos basados en ella nunca han llegado a buen puerto.
De hecho, se ha intentado en varias ocasiones, y por unos motivos u otros, siempre ha acabado desechándose el proyecto. En 1974, el cineasta francés Jean-Pierre Gorin encargó al propio Dick que escribiera un guion basado en su novela, aún reciente (fue publicada en 1969). Gorin, cineasta radical de izquierdas que ha dedicado buena parte de su vida a la enseñanza, obtuvo sus principales éxitos en colaboración con Godard, con quien codirigió en 1972 'Todo va bien'. Gorin acabó desechando la idea de rodar la película, pero el guion de Dick fue publicado.
Según la viuda del escritor, Tessa Dick, ese guion publicado está fuertemente maniupulado con respecto a lo que escribió el propio Dick, que en cualquier caso difiere enormemente con el libro. Al parecer, Dick experimentó en el guion original con la propia textura y naturaleza de medio fílmico, y la película iría tomando formas cada vez más primitivas: primero blanco y negro, luego cine mudo y luego mera película sin impresionar, solo con la luz del proyector.
Tommy Pallotta, productor de una de las mejores adaptaciones del autor, 'Una mirada a la oscuridad', afirmó en las entrevistas promocionales de la película que tenía los derechos de 'Ubik' y quería hacer una película, de la que se supo algo por última vez en 2009. También intentó poner en pie una adaptación de 'Ubik' Michel Gondry, con producción de Steve Zaillian (guionista de 'Moneyball', 'Millenium' o 'La lista de Schindler') y Steve Golin (productor de 'El renacido', 'Spotlight' o 'True Detective'). Tras declararlo infilmable, ni siquiera con un nuevo guión, Gondry abandonó el proyecto.
Lo último que se supo acerca de una nueva y posible adaptación es que Jeff Vintar ('Final Fantasy: La fuerza interior', 'Yo, Robot') estaba intentándolo. Se esperan nuevos anuncios, pero de momento las perspectivas no son muy halagüeñas.
Puede que nunca veas una película de 'Ubik'... y estas son las razones
Al menos no si es fiel al libro, claro. Porque '¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?' es, también, prácticamente inadaptable, y ahí la tienes convertida en clásico intemporal como 'Blade Runner'. Pero... ¿qué hace tan complicado adaptar 'Ubik'?
El libro nos sitúa en el (entonces) futuro año de 1992, en un mundo en el que los poderes psíquicos son habituales. Joe Chip es un técnico que viaja a la luna con su jefe, Glen Runciter, y un grupo de once "inerciales" (gente que puede anular los poderes de los telépatas y los precognitivos) para investigar un sabotaje en unas instalaciones. Entre ellos hay una chica que puede cambiar el pasado. Pero la misión es una trampa, posiblemente preparada por una empresa rival compuesta por psíquicos.
El único herido es Runciter, a quien no logran mantener con vida de vuelta a la Tierra. Pero pronto el grupo empieza a tener percepciones extrañas: los objetos parecen mucho más viejos de lo que les corresponden (algo que podrían solucionar empleando un producto llamado Ubik) y Runciter aparentemente no está muerto, sino que se les aparece en diversas manifestaciones. Podría pasar que todos estuvieran muertos y unidos entre sí en un estado de semivida, o pudiera ser que no, pero en el Ubik parece estar la clave.
Solo con este punto de partida es más o menos sencillo deducir por qué 'Ubik' es complicada de adaptar: como en en buen delirio paranoide (de hecho, una de las teorías más locas para interpretarla es que es todo una ilusión inducida por las drogas que se sugiere que Chip consume), todo lo que vivimos está mediatizado por la mente de Chip, de quien no sabemos si está viendo cómo la realidad muta por culpa de una fuerza externa, si se está volviendo loco o si directamente no está vivo. Y de ese modo, aunque muchos de los efectos de ese delirio son descritos en términos físicos y visuales (los objetos que van envejeciendo, por ejemplo), otros no lo son tanto.
Es el caso de los poderes de Pat Conley, que nunca llegan a entenderse del todo: algo conectado con revertir el tiempo, sí. No exactamente viajar al pasado, sino iniciar procesos que muestran estados previos de la materia. Una forma de manipular el tiempo, sí, que ya no habla del tiempo como una autopista que se puede recorrer en un Delorean, sino como un estado de la mente. Lo que no negaremos que posiblemente es mucho más ajustado a una idea auténtica del "tiempo", que no deja de ser una construcción mental humana, pero desde luego mucho más compleja de traducir a imágenes.
Las adaptaciones de Dick han sido siempre expertas en pasar de puntillas por los auténticos mensajes de sus libros, ya que a veces rozan la abstracción pura. Quizás sea 'Desafío Total' la que hizo un mejor trabajo en ese sentido: usando los códigos del cine de acción ocultaba una serie de muñecas rusas que llevaban al propio cuestionamiento de la realidad... con el cine-tipo de Schwarzenegger como realidad construida definitiva. Pero 'Blade Runner', pese a sus interesantes ideas sobre la naturaleza de la vida, no entraba en las disquisiciones metafísicas de la novela original.
Algo así pasaría, sin más remedio, con una película de 'Ubik', o a ver, si no, cómo se puede adaptar otra de las tesis que explican la novela (Dick no da ninguna solución en firme, otro obstáculo insalvable para una adaptación al medio audiovisual, que como sabemos, es poco amigo de las ambigüedades): Chip está muerto, en un estado de animación suspendida solo de su consciencia, similar al que vive la mujer de Runciter.
Y que (a esta deducción llegó otro grande de la ciencia-ficción fanático de Dick, el polaco Stanislaw Lem) si todo su mundo está hecho de subjetividad... ¿no cabe pensar que cualquier injerencia en ese mundo, por escasa que sea, producirá efectos descontrolados y expansivos como las ondas que produce una piedra en el agua? Y eso es solo el principio de las complejísimas implicaciones metafísicas que Lem extrae de 'Ubik'.
Durillo para una película, ¿no? Sumemos a todo eso el problema máximo: al final el lector no tiene ni la más remota pista sobre qué ha pasado al final, especialmente en un capítulo de conclusión cuyo contenido no vamos a desvelar aquí pero que, lejos de dar las últimas claves para solucionar el acertijo, literalmente le da la vuelta a todo lo visto hasta el momento.
Es cierto que a Dick hay que "percibirlo" más que entenderlo, y por eso las dos películas fieles a sus ideas y que mejor funcionan son un experimento sensorial como 'Una mirada a la oscuridad' y una reformulación total de sus propuestas -pero siendo fiel en el fondo- como 'Desafío total'. 'Ubik', nos tememos, es demasiado para cualquiera de las opciones. Pero quién sabe, en un futuro alguien podría intentarlo. Al fin y al cabo, la realidad no es lo que era.
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