He de reconocer que 'Cementerio de animales' me ha sorprendido gratamente. No será la adaptación soñada por los amantes de Stephen King, ni la película de terror destinada a revolucionar el género, pero de algún modo se las ha apañado para ofrecer un entretenimiento macabro, algo desfasado y con cierto espíritu camp que sabrá satisfacer a quienes se entreguen sin prejuicios a su propuesta.
Pero entre todas sus virtudes, destaca el modo en que los realizadores Kevin Kölsch y Dennis Widmyer, y el guionista Jeff Buhler, han conseguido dar una vuelta de tuerca al material original del maestro del terror literario, alterando alguno de sus componentes para desembocar en un final tan inesperado como, a su modo, divertidísimo. Ojo, que a partir de ahora habrá spoilers a manta, tanto del libro como del nuevo filme.
En la novela, es el hijo pequeño de la familia Creed, Gage, quien fallece y es resucitado, para después asesinar a su madre Rachel y después morir a manos de su padre Louis a través de una inyección de productos médicos. Después de esto, Louis entierra el cadáver de su esposa esperando que, en esta ocasión, resucite de un modo diferente y todo salga bien.
La película evoluciona de un modo muy distinto a este. Para empezar, es Ellie Creed, la hija de 9 años, la que muere arrollada por un camión. Esta resucita reconvertida en una suerte de demonio no-muerto que asesina y resucita a sus padres, terminando la cinta con una escena en la que la familia zombi acecha a Gage, el último miembro que queda por ser convertido.
Pero este giro final no fue una decisión premeditada que estuviese en la versión de rodaje de guión, sino que fue cambiando de forma orgánica durante la fase de fotografía principal de 'Cementerio de animales'. Así lo han explicado sus directores.
"No fue necesariamente una idea en plan ‘tenemos que cambiar el final’. Tan solo fue otra de las cosas que cambiaron en la película. Cambiamos de Gage a Ellie, después, Ellie se convierte en un personaje que ahora tiene la consciencia para saber qué le ocurre y para conversar sobre ello. Eso cambió las escenas posteriores".
Para 'Cementerio de animales' llegaron a rodarse tres finales distintos que se proyectaron en varios screenings de prueba, gracias a los cuales —y a las reacciones del público— terminó seleccionándose el que hemos podido ver en nuestras salas de cine, según ha comentado el productor Lorenzo Di Bonaventura.
"Muchas veces, con los finales, de algún modo dejas que el público te diga lo que está sintiendo. Proyectamos dos de ellos a gente y pareció que los espectadores respondieron a ese en concreto".
Para terminar, el guionista Jeff Buhler ha arrojado algo de luz sobre el peculiar tono de la escena final de la película, más gamberro y festivo de lo que cabría esperar si tenemos en cuenta los dos primeros actos de la película.
"Parecía correcto tener un final con un pequeño golpe de efecto y fue una especie de guiño. Como 'estamos en una película de terror, gente, es viernes por la noche, estás fuera con tus amigos, divertíos un poco'".
Aunque el final de la novela se antoje más redondo y efectivo que el propuesto por Kölsch, Widmyer y Buhler, no seré yo quien se queje de que una adaptación —o un remake— se desligue hasta cierto punto de la esencia del material de referencia; aunque comprendo que, a los más puristas, decisiones como esta se les puedan atragantar.
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