El toparse en el catálogo de Amazon Prime incorporaciones como 'FBI: Frikis buscan incordiar', y ponerse a verla, es abrir un cajón de mierda tan oscura como representativa de un modo de hacer televisión que queremos pensar extinto en nuestro país. Javier Cárdenas y sus frikis. Bienvenidos a los dosmiles.
Muchas veces hablamos de los noventa como una época raruna en cuanto a estéticas estridentes, locuras estrafalarias y una modernidad que miraba a finales del siglo XX como si fuese el fin del mundo y si no vivían ahora, cuándo lo harían.
Pero esos años de puente, entre mediados de los 90 y principios de los 00, forjaron una época un tanto extraña de confluencias de tendencias televisivas donde se empezaba a descubrir y ensalzar a gente hasta entonces si no anónima sí que (semi) desconocida gracias a los diferentes programas y el auge de la telerrealidad.
El auge del friki televisivo
Por un lado la televisión de humor como 'Al ataque' y los lates tipo el 'Esta noche cruzamos el Mississippi' empezaban a traer a los platós (o al menos a entrevistar en reportajes) a personajes lo más que peculiares. Una tendencia que reivindicó Javier Sardá con 'Crónicas Marcianas' y que, con la llegada de 'Gran Hermano', explotó. El friki televisivo vendía.
Y aquí entra Javier Cárdenas. El cuñado de Alfonso Arús no dudó en ver oro en los descubrimientos de personajes como Carlos Jesús para el 'Al ataque' de Antena 3. Un formato dirigido por Arús que, en plena época de grandes formatos festivos, asumió la cutrez como marca... y funcionaba gracias a la mezcla de zapping, gags y demás recursos cómicos que, aun hoy, el presentador explota.
El circo televisivo campó en nuestra televisión y nosotros nos divertimos con él
Carlos Jesús puede pasar a la posteridad por ser ese primer gran personaje de culto dentro de los "frikis televisivos". Pero hubo más... y Cárdenas metió a la mayoría en nuestros salones. Y nosotros le dejamos con el manto cómplice de la noche y unos tubos catódicos más que dispuestos a ofrecernos, en 625 líneas, lo que estuviésemos dispuestos a tragar. El espectáculo a costa de reírnos de gente.
Su salto a Telecinco con las 'Crónicas Marcianas' de Sardá supuso un nuevo chute de ese material: Carmen de Mairena, el Pozí y compañía se paseaban por el plató mientras, además, escuchábamos a todo ritmo el No cambié de la artista anteriormente conocida como Tamara (la mala).
El circo de la televisión se paseaba a sus anchas saltando entre cadena y cadena privada en un momento álgido en la eterna guerra entre Antena 3 y Telecinco. A la "primera generación" de brujas y adivinos como Rappel y Aramís Fuster, habitual del 'Moros y cristianos' le sucedían la Pitonisa Lola y Paco Porras.
En cuestión de poco más de un lustro nos acostumbramos a ver en la tele a todo tipo de personajes raros, frikis, polemistas de dar collejas antes de hablar y demás fauna: Leonardo Dantés, Tony Genil, el Padre Apeles, Carlos Pumares, Pocholo, Dinio, Juan Miguel, el Arlequín, etc. Gente que podemos catalogar en un amplio espectro pero que dieron juego y fueron usados hasta que no dieron más de sí... o nos cansamos de ello.
Llegan los realities y el principio del fin
Porque hace 20 años nacía 'Gran Hermano' en España y de repente se había fundado una potente fábrica de personajes de usar y tirar y de poder explotar en salas ('Gran marciano'). La fiebre del reality propició oportunidades de sobra para meterlos a convivir. Por ejemplo, en 2003 tuvimos 'Hotel Glam' en Telecinco; al año siguiente, 'El castillo de las mentes prodigiosas' en Antena 3, fue un fracaso.
Podría ser un fracaso puntual, pero ya se empezaba a atisbar cierto cansancio por parte del público. Quizás por eso Javier Cárdenas quería aprovechar el momento antes de que fuera demasiado tarde. Realizó 'FBI: Frikis buscan incordiar' a toda prisa: tres meses, de marzo a junio y un presupuesto de 200.000 euros.
"Queríamos aprovechar el éxito de 'Crónicas marcianas'", comentaría más adelante Luis de Val, productor de la cinta. Estrenándola cerca del final de la temporada (la penúltima) de uno del late night sin rival de la televisión les aseguraba publicidad. Algo que se tradujo en 900.000 euros de recaudación en salas y una facturación de un millón de euros por los DVD.
En la misma entrevista, el productor recuerda: "Le dije a Cárdenas, vale, tú hazte responsable de tus bromas y yo crearé el producto, te envolveré el regalo". Y, a todas luces, es lo que se ve. Cárdenas recoge toda su experiencia televisiva y diseña un espectáculo de cámaras no tan ocultas con el hilo conductor de la detención de él y su banda por la policía.
Formalmente hablando, la película de película no tiene nada. Es un programa de televisión de 76 minutos pensado para estrenarse en cines pero hecho siguiendo los estándares de la realización televisiva (la gran diferencia es el formato panorámico).
Cárdenas en estado puro
En cierta medida 'FBI: Frikis buscan incordiar' representa lo peor de esa cultura del circo televisivo. Bromas pesadas y peligrosas (atemos a Paco Porras a una lancha); algunas muy incómodas (la de Urrialde con Josmar, por ejemplo); salpicados con algún gag que, aun siendo igualmente incómodo, se le ve la gracia (Santiago Urrialde y Pozí dando bocinazos en una actuación a jubiladas)...
Paco Porras jamás perdonó a Cárdenas lo de la lancha
Tampoco es que se inventase nada. De hecho alguna de esas bromas ya se veían en MTV y otras cadenas hacía algún tiempo. Pero aquí hay un juego de ser el que tenga la última palabra en la humillación. Si bien la burla es pactada, o por lo menos hasta cierto punto y según con quien, la máxima es la de traspasar la barrera del mal gusto. Es Cárdenas en estado puro.
Y también es el punto cumbre de este frikismo televisivo. Aunque todavía quedarían unos últimos cartuchos para este "género" (por calificarlo de algún modo) y todavía tardásemos en dejar de ver a la mayoría de estos personajes, estábamos ante el inicio del fin.
'Crónicas marcianas', por ejemplo, terminaría al año siguiente y desde entonces no ha habido programa similar que haya aguantado más de un puñado de entregas. 'Aquí hay tomate' tomaría de cierto modo el relevo mientras libraba sus propias batallitas como los gamberros de la prensa rosa televisiva.
Pero durante esos finales de los años 00, el consumo y las tendencias televisivas estaban cambiando y evolucionando hacia un nuevo modo de ver al personaje. Me atrevería a decir que hacia un respeto hacia el burlado.
Sálvame, sucesora natural en la nueva era del frikismo
Desde entonces, los protagonistas (víctimas y verdugos) de la película tomarían caminos diferentes. Cárdenas todavía protagonizaría alguna que otra polémica, pero se ha centrado en su carrera radiofónica. Paco Porras, quien en lo que escribo estas líneas permanece ingresado en el hospital tras sufrir un infarto, nunca le perdonó lo de la lancha.
Paradójicamente, es telebasura de calidad. Con alocadas tramas.
A lo largo de los años toda esta gente emergerían periódica y esporádicamente en el plató de 'Sálvame', que se convierte en un testigo, un refugio e incluso una ayuda económica para ellos. Es el caso de Manuel Reyes, el Pozí, quien fallecía en 2012 tras años viviendo en la indigencia. Todo el dinero que había ganado se esfumó en estafas.
Carmen de Mairena siguió en el Raval barcelonés, vinculada a tramas de proxenetismo en calidad de cómplice al alquilar pisos para la prostitución. Las últimas apariciones televisivas relevantes fueron como habitual del 'Deluxe' en 2010. La cupletista transexual murió el pasado marzo de 2020.
Josmar Gerona quizás sea el que más se alejó de la televisión, centrándose en la carrera musical y participando en varias películas; Pumares tuvo su pase de colaborador por el programa de Jorge Javier Vázquez y fue jurado en 'Mira quien salta'; Juan Miguel participó en 'Supervivientes 2017'... pero en líneas generales todos han guardado un perfil bajo, volviendo en algún momento a los focos para contar sus dificultades, tragedias o en calidad de familiar de quien sea.
Aunque poniendo Telecinco hoy en día nadie lo diría, el caso es que 'Sálvame' y los programas de esa clase presentan una madurez a la hora de jugar con los juguetes que tienen a mano impensable una década atrás. Son un espectáculo retroalimentado con un flujo constante de personajes de usar y tirar pero que sabe muy bien manejar los límites, a pesar de atravesarlos habitualmente. Es telebasura, sí. De calidad, también.
Y he aquí que el que en pleno 2020 'FBI: Frikis buscan incordiar' aparezca en Amazon es como un recordatorio de la telebasura en sus horas más bajas a la que no se ha de volver. Es una reliquia de otro tiempo que es bueno tener expuesto para tener memoria de nuestros pecados.
Porque el que exista no es solo culpa de quien perpetra, sino también de nosotros, quienes reíamos esas gracias encantados de la vida, que imitábamos al Pozí, a Mairena, hacíamos el baile del pañuelo de Dantés; que cantábamos el "no cambié"; gritábamos "¿¡Dónde está mi mochila!?" de Pocholo... que participábamos del circo donde la televisión de los dosmiles nos metió.
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