Seguro que la mayoría ha sufrido la experiencia de ver una película en televisión. No hablamos ya de cosas de cinéfilos (que si el sonido, que si la imagen panorámica, que si...) sino a algo tan básico como son los cortes publicitarios. No es ya que alarguen el visionado hasta transformar su duración en algo interminable (sobre todo cuando uno piensa en madrugar al día siguiente) sino que matan totalmente el "tempo" de las películas. Y más cuando hay responsables de continuidad que parecen expertos matarifes, metiendo los bloques publicitarios en los momentos de más tensión narrativa. Por eso, somos muchos los que ya somos incapaces de ver una película en televisión, sobre todo habiendo otros medios mucho menos intrusivos. Pero es que además, la ley se pone de nuestro lado. En Suecia, una sentencia dictada por el Tribunal Supremoafirma que introducir cortes publicitarios viola "los derechos de autor, la propiedad intelectual y el concepto artístico de películas", y estipula que sólo con el consentimiento expreso de los autores podrán emitirse con dichos cortes.
Tampoco es que vaya a tener la sentencia mucha trascendencia, claro. Los autores darán su consentimiento (básicamente, porque si no no les van a pagar un interesante dinerillo) y asunto arreglado. Pero esta sentencia viene a ser un argumento más en favor de algo que ya muchos tenemos claro: ver películas en televisión con cortes publicitarios es algo que, por insoportable y exasperante, se ha convertido en algo del pasado.
Vía | Microsiervos