Trece años. Ese es el tiempo —que se dice pronto— que ha tardado James Cameron en materializar 'Avatar: El sentido del agua'. El proceso de creación del largometraje, que finalmente llegará a nuestras pantallas el próximo 16 de diciembre de 2022, no sólo ha sido casi interminable, sino también tremendamente complejo, habiendo supuesto un reto de iguales dimensiones al que se enfrentaron el director y su equipo con la 'Avatar' original.
Con su fecha de estreno cada vez más cerca, la campaña promocional de la cinta ha dado el pistoletazo de salida mostrándonos su primer póster y, lo que es más importante, un primer tráiler que ha desembarcado en internet tras ser proyectado en exclusiva en salas junto a 'Doctor Strange en el multiverso de la locura' y que, pese a escueto, promete un nuevo espectáculo a la vanguardia del medio.
"Nadie bebe por el sabor..."
He de confesar que ver su minuto y medio en mi monitor 4K de 32 pulgadas calibrado con mimo no ha igualado, ni por asomo, la experiencia de haberlo visto en la gran pantalla en flamante 3D. Y es que, memes aparte, estos 90 segundos han sido suficientes para saber a ciencia cierta que 'Avatar 2' es una que no sólo merece, sino que necesita ser vista del modo en que fue concebida y tal como quieren sus responsables.
Un repaso detallado al tráiler —y que conste que hablo con el 3D en mente, lo que es determinante—, justifica esta máxima. No obstante, a nivel argumental, hay que reconocer que el avance no aclara demasiado, sugiriendo el regreso de los humanos colonizadores y el inicio de una saga familiar en la que los hijos de Jake y Neytiri serán la clave de la defensa de Pandora frente a la amenaza; una premisa funcional que, sea como fuere, terminará quedando eclipsada por los aspectos técnicos de la producción.
Soy plenamente consciente de que la 'Avatar' de 2009 no era más que un refrito ecologista de 'Bailando con lobos' en clave sci-fi que no destacaba precisamente por su originalidad —pese a contar con un magnífico diseño de producción— o sus valores narrativos. Aún así, estas limitaciones no me impiden reivindicarla como uno de los grandes títulos de su década por cuestiones estrictamente audiovisuales; de igual modo que, creo, muchos acudiremos ilusionados a ver 'El sentido del agua' por motivos similares —y no hay nada malo en ello—.
El aperitivo que publicó ayer 20th Century Studios deja un buen puñado de fragmentos que invitan a soñar con una nueva joya visual que, pese a mostrar cierto continuismo con su predecesora, se ha servido de los avances tecnológicos —mejores sensores, mayores resoluciones de captura, pipelines depurados...— para potenciar su máximo reclamo, y el primer plano de Neytiri asomando entre la vegetación con la luz dura del Sol proyectándose sobre su piel es buena muestra de ello.
Tras la instantánea, el tráiler agasaja las retinas con un juego de físicas y reflejos acuáticos realmente impresionante y con un uso de la tridimensionalidad que lleva un paso más allá lo visto hace más de una década. Las partículas —ya sean chispas, burbujas o lo que se tercie— inundan el patio de butacas, los flares dejan de ser artefactos bidimensionales para proyectarse sobre el público y la profundidad de campo deja de ser un simple "desenfoque" para centrar nuestra mirada empleando juegos de términos tremendamente lúcidos.
La vida más allá de las grandes IPs
Pero la gran duda en torno a 'Avatar: El sentido del agua', al menos en lo que a mí respecta, no gira en torno a su músculo técnico, sino en su impacto comercial. Por muchos 2.850 millones de dólares —sin contar su inminente reestreno— que haya cosechado el filme de 2009, hay motivos para dudar que una futura saga con más de una década y un sólo título a sus espaldas continúe siendo atractiva para el gran público en los tiempos que corren.
Acostumbrados a universos compartidos interminables, franquicias que nos recuerdan constantemente su existencia con múltiples estrenos dosificados a lo largo de un mismo año, y con unos hábitos de consumo que han cambiado drásticamente durante la última década a favor del sofá y el streaming, el estreno de 'Avatar 2' se podría considerar poco menos que como una prueba de fuego para el modelo de "blockbuster" ajeno a las grandes licencias actuales.
Por supuesto, a 'El sentido del agua' le queda la carta de la "película evento" —para muchos, última esperanza para el modelo de distribución tradicional y los exhibidores— y, por encima de todo, contar con James Cameron al mando; un maestro cuyo nombre, además de sinónimo de innovación —y ahí están 'Terminator 2', 'Abyss' o 'Titanic' para demostrarlo— es capaz de levantar pasiones y atraer a sus fieles —y merecidos— parroquianos. Mi confianza, al menos, la tiene.
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