Michael Bay ha sido uno de los grandes nombres del cine de acción de Hollywood durante los últimos años. Debutó en su momento con la estimable 'Dos policías rebeldes', pero fue con 'La Roca', su segundo largometraje, cuando dejó claro que estaba llamado a dejar huella en la historia del cine. Algunos dirán que para bien, otros que para mal, pero desapercibido desde luego que no ha pasado.
Fue el 8 de agosto de 1996 cuando 'La Roca' llegó a los cines españoles. dos meses después de su lanzamiento en las salas norteamericanas. Allí había arrasado, sumando unos ingresos totales de 134 millones de dólares, mientras que en España amasó 9,5 millones de euros. Un gran éxito que la convirtió en uno de los títulos más populares de ese verano.
Qué tiene de especial
Por aquel entonces, la figura del gran héroe de acción de Hollywood estaba pasando por una etapa de cambio. Es verdad que actores como Sylvester Stallone o Arnold Schwarzenegger seguían siendo grandes estrellas, pero su popularidad ya no era la misma que antaño y el público se mostraba cada vez más interesado por otros perfiles.
Uno de los intérpretes que mejor aprovecharon esa coyuntura fue Nicolas Cage, un nombre al alza que poco antes del estreno de la película que nos ocupa se llevó para casa un merecido Óscar al mejor actor por su trabajo en 'Leaving Las Vegas'. 'La Roca' fue su presentación como héroe de acción, pero, siendo justo, aquí como mucho comparte esa posición con un Sean Connery que parece estar dando vida a una especie de versión alternativa de James Bond -hay hasta una elaborada teoría al respecto-.
De hecho, uno de los aspectos más llamativos de 'La Roca' es que el Stanley Goodspeed de Cage puede colar perfectamente como un tipo normal con un fuerte sentido de la justicia. A su manera es la brújula moral de un relato en el que todos los personajes principales están corrompidos en mayor o menor medida, logrando así una mayor sensación de cercanía con el espectador -hasta se acierta con la progresiva incorporación del lenguaje malsonante en su vocabulario- pero sin regodearse nunca.
Además, Bay logra sentar esas bases dejando bien claro su estilo desde ese asalto inicial para hacerse con el gas VX p el intento de atentado que sufre el laboratorio en el que ya trabaja el protagonista. Cambios de planos constantes para avisar la tensión, pero sin perder nunca una narrativa clara para que el espectador realmente sepa lo que está sucediendo, un aspecto que algunos de sus trabajos posteriores, ya con plena libertad para hacer y deshacer a su antojo, descuidaron en cierta medida.
Todo encaja
Aquí es verdad que hay alguna situación en la que parece estar cerca de perder el control -ese intento de fuga por las calles de San Francisco del personaje interpretado por Connery-, pero siempre he creído que 'La Roca' tiene el punto justo de Michael Bay para exprimir a fondo lo que propone pero sin que su estilo se adueñe de todo y, por así decirlo, lo corrompa.
Eso también se extiende a otros aspectos como el humor, donde Bay suele tirar a menudo del trazo grueso, pero aquí es una buena extensión de camaradería que surge entre los dos protagonistas y ayuda a ir matizando la evolución de la relación entre ambos y la del personaje de Cage, el que más cambia en la función con gran diferencia.
Más allá de eso, 'La Roca' también cuenta con el suficiente sentido del humor tanto para buscar aligerar en ciertos tramos como para reforzar el hecho de ser una propuesta orientada al público adulto. Valga por ejemplo la breve charla sobre la reina del baile entre los dos protagonistas. Sí, es una película muy masculina, pero, en líneas generales, la sobredosis de testosterona está muy bien canalizada hacia el espectáculo en lugar de hacia chascarrillos que podrían chirriar a quien la viese hoy por primera vez.
Obviamente, en ese aspecto también fue el guion firmado por David Weisberg, Douglas Cook y Mark Rosner, pero en el que también metieron mano Jonathan Hensleigh -'Jungla de Cristal: La Venganza'-, Aaron Sorkin o Quentin Tarantino. En su momento hubo mucho lío con el sindicato de guionistas sobre quién merecía ser acreditado y quién no, pero lo importante es que el resultado final es de lo más convincente. Sí, puedes sacarle todas las pequeñas pegas que quieras, y hasta montar vídeos de dudosa gracia, pero no hay ningún pecado grave que te saque de la historia.
A partir de eso, Bay orquesta un espectáculo en el que hay espacio para algunas de sus grandes obsesiones, pero 'La Roca' también tiene algunos apuntes algo más solemnes, a menudo subrayados por la excelente música de Hans Zimmer y Nick Glennie-Smith, vitales para que la amenaza que representa Ed Harris y sus hombres transmita una mayor sensación de peligro. Y que contagiosa es cuando se pone vibrante, no recuerdo ninguna otra banda sonora -bueno, al menos varios de sus temas- que me haya invitado tanto a fliparme al oírla de forma aislada.
Adrenalina con sentido
Eso es algo que también se traslada a la forma de ejecutar escenas concretas como el tiroteo en las duchas de la cárcel, logrando una intensidad inusual en lo que podría haberse limitado a la ejecución de multitud de soldados. No es la única secuencia que va en esa línea, pero sí la que deja más claro que 'La Roca' también sabe preocuparse por dar al espectador algo más que un pasatiempo de primera categoría.
Además, Bay también demuestra aquí un gran manejo para disparar la adrenalina, sea en las puntuales escenas de acción que hasta cierto punto cumplen más una función para rellenar metraje -caso de la atropellada persecución por las calles de San Francisco- o aquellos momentos en los que hay más en juego -ese emocionante tramo final cuando la alianza entre los marines salta por los aires-.
Como ya apuntaba antes, aquí vemos a un Bay bastante más comedido que en trabajos posteriores suyos, pero es que realmente lo que necesitaba 'La Roca' y el cine de acción de la época era esto. Puede que el cambio que hasta cierto punto inició no fuera finalmente para mejor -a partir de aquí se empezó a dar más importancia al impacto en sí mismo que a lo que implicaba la acción-, pero es una película que funciona tanto como bisagra dentro de su carrera como en el propio género.
Bisagra
Y es que a priori podía verse 'La Roca' como una especie de 'Jungla de Cristal' en Alcatraz, un camino que perfectamente se podría haber potenciado. A fin de cuentas, 'Jungla de Cristal: La Venganza' había sido una de las películas más taquilleras de 1995 -aunque allí justo la parte más destructiva era lo menos interesante de la función, notándose que eso no era algo muy propio de John McTiernan-, mismo año en el Bay empieza a presentar sus credenciales con 'Dos policías rebeldes'.
El resultado es un punto intermedio entre los últimos coletazos del cine de acción que llegaba de los 80 y lo que vendría después. En mi caso lo veo como lo mejor de dos mundos, la película que demostraba que el cambio era necesario y podía funcionar de maravilla aplicado en su justa medida. El problema es que acabó derivando en un festival de excesos en el que o se optaba por una sobredosis de destrucción o por la ilusión de espectáculo en lugar de currárselo realmente a través de las coreografías y la puesta en escena.
Un nuevo héroe
'La roca' también fue una película fundamental en la carrera de Cage, quien presentó aquí sus credenciales como héroe de acción, confirmándolas al año siguiente con las estupendas 'Con Air (Convictos en el aire)' y 'Cara a cara'. Eso sí, el auténtico líder aquí es un carismático Connery cediendo el testigo tanto de forma simbólica como directa a Cage.
No me olvido tampoco de la evolución del personaje de Cage, quien poco a poco pasa de ser casi un alivio cómico, una especie de evolución de chica Bond sin ningún tipo de factor sexual, a un héroe convincente sin traicionar sus ideales -o el particular método interpretativo del protagonista de 'Mandy'- en ningún momento. Y también tengo claro que 'La Roca' es la última gran película de Connery, algo que refuerza esa idea de transición del viejo al nuevo héroe.
Además, ambos están muy bien acompañados con un reparto repleto de rostros conocidos, algunos quizá no tanto cuando se estrenó la película, algo que a su vez habla muy bien del trabajo de casting. Entre ellos sobresale un intenso Harris que da ese toque humano a los villanos de la función, esencial en este caso. No voy a decir que consiga que nos pongamos de su parte, pero sí que en todo momento entendemos que aquí hay algo más que un mero contraste entre buenos y malos.
Una joya a la que volver una y mil veces
El último detalle que quiero destacar sobre 'La Roca' es lo bien que aguante el factor desgaste. Es, de lejos, la película que más veces he vuelto a ver, llegando a convertirse en una obsesión durante mi adolescencia. Y actualmente me ha sorprendido que volví a verla hace unos meses durante la pandemia y ahora tenía pensado refrescar ciertas escenas para preparar este texto y he acabado viéndola entera de nuevo. Da igual que muchas partes me las sepa de memoria, sigo disfrutándolas casi tanto como cuando la amé con locura la primera vez.
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