Cuando un actor que ha tenido un recorrido sólido decide dar el paso a la dirección, se puede intuir cierta necesidad por llevar a cabo un determinado tipo de película sin esperar a que se lo ofrezcan. Sea por pura pasión artística, o mera cuestión de ego, algo que no se puede distinguir hasta que se ve el resultado final. ‘El regalo’ se puede incluir entre las que se hacen por amor al arte, al arte más perverso.
Igual hay que mirarle los dientes al caballo regalado
Joel Edgerton se planta como inquietante hombre del saco muy humano en este thriller psicológico que escribe y dirige, siendo su primer largometraje como cineasta. Un notable y sorprendente ejercicio de estilo muy entretenido que protagonizan Rebecca Hall y Jason Bateman, y que se va a poder ver hoy en televisión a través de Be Mad a partir de las 22:30 (también se puede ver en streaming las plataformas de Amazon Prime Video y de Filmin).
La vida de Robyn y Simon, un matrimonio que se muda a Los Ángeles, parece bien encarrilada. Un buen trabajo nuevo y las esperanzas de concebir pronto un hijo sostienen su vida hasta que Gordo, un antiguo compañero de clase de Simon. Lo que parece un encuentro fortuito inicial se convierte en el inicio de una pesadilla incesable.
Edgerton plantea bien las tensiones e incomodidades de los reencuentros con gente de un pasado que hace tiempo que dejaste atrás, y lo lleva a un terreno bien retorcido donde el terror se mantiene siempre en la atmósfera. Todo gracias a una serie de misterios que sabe guardarse, para revelar con astucia cuando el relato lo requiere.
Las revelaciones resultan frescas e interesantes, replanteando por completo un género clásico como el de los thrillers de venganza a través de su buen uso de la perspectiva. Su interesante uso de las herramientas van siempre para una historia truculenta y con más complejidad moral de la presentada inicialmente.
Resulta interesante que Edgerton dejase luego esto como un esfuerzo puntual, dirigiendo sólo una película más en los casi diez años que nos separan del estreno de esta. Y aquella fue el drama ligeramente académico ‘Identidad borrada’, un trabajo muy distinto de esto. Quien sabe si podría haberse especializado en buen director de género tras esto, aunque a veces está bien que estas joyas queden como pequeños e inesperados regalos del destino.
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