Si había un estreno que esperábamos como agua de mayo marzo era éste: el retorno de ‘Alaska y Mario’, Olvi y Marito para los amigos. Fue tal el éxito cosechado con la primera temporada de este docu-reality doméstico que su regreso ha estado rodeado de una gran expectación. Twitter dio fe de ello, y durante la emisión de este primer capítulo el programa llegó a ser TT con #AlaskayMario y #vaquerizotróspido. Anoche me daba la impresión de estar ante una carrera de F1: si pestañeabas, te perdías alguna frase épica de Mario, JuanPe o cualquiera de los maravillosos personajes que habitan este microcosmos.
Este primer capítulo fue sólo una toma de contacto; se trataba de aclimatarnos de nuevo al mundo de estas celebrities de andar por casa, por eso fue un episodio algo más flojo que a lo que nos tienen habituados. Lo que nos tenían preparado era algo así como un planteamiento inicial de temporada, una presentación de lo que está por venir: una luna de miel nada convencional, no sin sus amigos, que promete escenas surrealistas, hilarantes y bizarras, todo ello salpicado con las mamarrachadas de Mario, los cameos de famosos (Miguel Bosé, Raphael, Los Morancos, entre otros) y las intervenciones de esos grandes secundarios que, a veces, casi hacen sombra a la pareja. Alaska y Mario se van de viaje de novios, pero no estarán solos.
Ellos, tan “naturales” como siempre
Como ellos mismos defendieron en la rueda de prensa en la que presentaron ante los medios esta nueva temporada, no habrá grandes diferencias con la anterior. Se trata de ofrecer una continuidad pero cambiando Madrid por Los Ángeles y Las Vegas. Siguen siendo ‘Alaska y Mario’ y quieren regalarnos de nuevo esos momentos de cotidianeidad y frescura. Ahora bien, ¿qué entienden ellos por cotidiano? ¿Visitar a su cirujano de confianza para proyectarse los pechos? ¿Jugar a las rock stars? ¿Codearse con celebrities de toda condición? ¿Poner verde a las famosas de Hollywood atiborrándose de hamburguesas? Sí, eso es un día normal en la vida de estos dos yonkis de la fama.
Anoche les vimos haciendo testamento ante notario, comprando en un bazar chino, cenando con la familia de Mario (y su padre- clon de Kiko Veneno) o reflexionando en grupo sobre la cultura navaja, entre otras cosas. Pero siempre con la misma actitud. Les gusta mostrar su naturalidad, aunque no pueden negar su condición de personajes catódicos. Y como no les costó nada televisar los preparativos para su boda, también se sienten cómodos televisando su luna de miel, y más aún si es detrás del proyecto están MTV y El Terrat.
De paso, consiguen el efecto viral: las Nancys tienen más giras que nunca, y Mario está “reflexionando” en un libro que verá la luz en cuanto consiga acabar esos dos “episodios” que le faltan y que, sospecho, no necesitará de mucha promoción para venderse. Y de paso, nosotros disfrutamos, me atrevo a decir que por primera vez, de un reality que no tiene que caer en la zafiedad (llámese zafiedad, mal rollo, polémica o como se quiera) para conquistar al público. Olvi y Marito dignifican el formato, aunque les pese a muchos (incluidos sus amigos, que les tachaban de locos po meterse en este jardín), de ahí la satisfacción de MTV (y su intensa campaña de promoción).
Lo que veremos: entre ‘Porky’s’ y Catetorras por el mundo
A pesar de esa intención de linealidad, sí dejarán de lado algunas tramas del pasado (el inglés de Mario Vaquerizo, objeto de fan pages en Facebook; el bebé de Patricia o el adorable Pablito, por citar sólo algunos ejemplos) para acoger, con los brazos abiertos, una aventura que dará mucho de sí: Mario introduciendo alcohol de contrabando en una reserva india; el espontáneo en la ‘carpet red’ de los pre-Oscar; Alaska cayendo en las garras de la ludopatía (aunque, como defiende Mario, en Las Vegas es más una cuestión cultural que de adicción) y de la junk food; JuanPe en todo su esplendor y, de seguro, nuevas frases que se incluirán en los anales de la historia de la televisión.
Todos viajarán hasta Los Ángeles y Las Vegas, donde la pareja renovó sus votos, también rodeados de la pandi, en 2006. Se unirá al grupo Topacio Fresh, que sólo ha necesitado una fugaz aparición en la promo para perfilarse como uno de los personajes revelación de esta segunda temporada. No será un viaje a lo Kerouac, sino algo más mundano. Como ellos mismos lo definían en la presentación, una mezcla entre “viaje de fin de curso”, homenaje a las aventuras de ‘Porky’s’ y review de ‘Super Size Me’. Desde luego, con estos referentes, la diversión está garantizada, máxime teniendo en cuenta que reconocen haberse visto sobrepasados por su propio bizarrismo. Precisamente por eso, los amantes del reality hemos sucumbido a ellos. Personalmente, como fan, mi único deseo que dediquen un capítulo a enseñarnos la colección trash de Alaska.
En ¡Vaya Tele! | “Me encanta que mi luna de miel sea televisada por MTV”, Mario Vaquerizo
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