Netflix sigue en su andadura de cambiar la forma en la que vemos cine y su obsesión para atraer a todo tipo de público, produciendo series y películas propias. Tras 'Beasts of No Nation' (Cary Fukunaga, 2015), 'The Do-Over' (Steven Brill, 2016) o 'Special Correspondents' (Ricky Gervais, 2016), ahora nos trae 'Los principios del cuidado' ('The Fundamentals of Caring', Rob Burnett, 2016) una dramedia con forma de road-movie que dirige Rob Burnett´.
'Los principios del cuidado', adaptada de la novela inédita en nuestro país 'The Revised Fundamentals of Caregiving' de Jonathan Evison, podría haber sido uno de los grandes títulos de Sundance hace unos años. Pero su llegada directa en VOD, dos años después de que terminara de rodarse, y el tratamiendo de su tema de forma nada original terminan convirtiéndola, tristemente, en más de lo mismo.
El cuidador con trauma
La sinopsis de 'Los principios del cuidado' no podría estar más vista y trillada, y es que en la película de Burnett, se nos presenta a Ben, un tipo que lo ha perdido todo y con la esperanza de encontrar una nueva dirección en su vida, hace un curso para aprender las técnicas básicas para convertirse en cuidador de personas discapacitadas, manteniendo la prefesionalidad y distancia emocional entre el cliente y el proveedor.
Sin embargo, cuando a Ben se le asigna su primer cliente, un chico de diecinueve años llamado Trevor que se encuentra en la etapa avanzada de la distrofia muscular, pronto descubre que nadie lo ha preparado para la realidad que se le presenta. En el viaje por carretera que deciden iniciar, la relación que comienza recelosa entre ellos se transforma progresivamente en una de amistad.
Y obviamente, para que la historia funcione era necesario que ambos personajes -tanto Ben, el cuidador, como Trevor, el chico enfermo- tuvieran unas carencias o traumas -aquí, paterno-filiales- que, desde el minuto uno intuímos sin problemas y deducimos rápidamente que cubrirán el uno al otro. Así, estamos ante una historia miles de veces contanda en todas sus formas, vertientes y colores y os podemos nombrar un par: 'Intocable' ('Intouchable', Olivier Nakache y Eric Toledano, 2011) o la más indie 'Tú, yo y Raquel' ('Me & Earl & the Dying Girl', Alfonso Gómez Rejón, 2015).
El humor efectivo
Por suerte, dentro de su falta de novedad, 'Los principios del cuidado' desprende un humor genuino, fresco y sin tapujos a la hora de hablar sobre una enfermedad tan complicada y degenerativa como la distrofia muscular. Uno de los ¿gags? -no sé si llamarlo así-, más emotivos y divertidos de la película es el empeño de Ben a conseguir que Trevor cumpla uno de sus sueños: mear de pie. Es precisamente este gran sentido del humor y la complicidad que se entabla en ambos personajes lo que consigue que, a pesar de todo, la película resulte agradable y funcione.
Una complicidad que, probablemente no habría sido posible sin la presencia de Paul Rudd -en serio, ¿este hombre no envejece nunca?- y de Craig Roberts, el joven actor que ya demostró que con su inquietante mirada podría llegar lejos en 'Submarine' (Richard Ayoade, 2010). Aunque también es cierto que a veces los personajes se les quedan pequeños y no pueden terminar de lucirse. Junto a ellos, una correcta Selena Gomez y las participaciones mínimas de Jennifer Ehle y Bobby Cannavale.
A pesar de su buen uso del humor ácido y ciertamente negro y el encanto de su reparto, el gran problema de 'Los principios del cuidado' es, por lo tanto, que está muy vista. Si su narración y puesta en escena hubieran sido más arriesgadas y atrevidas, alejándose de los convencionalismos de ese casi género 'indie' estadounidense, habrían conseguido que la cinta resultara mucho más notable y emocional, y sobre todo, menos típica y vista.
Lamentablemente no es así, y la nueva producción de Netflix es efectiva sí, pero se queda a medio camino en una carrera en la que hace 10 años habría sido la triunfadora, pero ahora no termina de llegar. Pero estoy segura que convencerá a muchos.
Ver 4 comentarios