El cartel de 'El lago azul' anunciaba, de una manera que el márketing actual le impediría, "El director de 'Grease', Randal Kleiser, lleva a la pantalla una historia sensual de amor natural", y continuaba explicando la trama, en la que dos niños naufragan en una isla desierta y se acaban enamorando ("Tan natural como el mar, e igual de poderoso"). Realmente, la película nunca dio más de sí, pero a inicios de los 80 se convirtió en un éxito creado a base de polémica. Y, vista hoy, se entiende por qué.
El lago Horny
Hoy por hoy nadie se plantearía, ni lejanamente, hacer una película como 'El lago azul', basada en ver a dos adolescentes besándose y teniendo sexo en una isla desierta mientras se pasean por ella completamente desnudos. De hecho, Brooke Shields tenía catorce años cuando rodó la película, y todas sus escenas sin ropa las hizo o bien utilizando a una doble de cuerpo (hubo varias, como Valerie Taylor o la coordinadora de dobles y entrenadora de delfines Kathy Troutt)... o bien pegándose el pelo a los pechos con pegamento.
Por su parte, su pareja masculina, Christopher Atkins, sí que había llegado a la mayoría de edad y por tanto hizo él mismo sus escenas de desnudo, incluyendo un -muy breve- plano delantero completo. Con el paso del tiempo, Shields se ha arrepentido de salir en la película, afirmando que "Nunca se volverá a hacer una película de esa manera, no debería estar permitido", refiriéndose tanto a sus planos sin ropa como al maltrato de animales durante el rodaje.
Es más: según contó en el episodio del podcast 'Now What?' que hizo junto a Atkins, durante el rodaje los productores intentaron de manera desesperada que se enamoraran también en la vida real como simple truco publicitario. No pasó, todo sea dicho, pero no era necesario para ser un éxito entre una sociedad que nunca había visto nada parecido: recaudó casi 60 millones de dólares solo en Estados Unidos y fue un éxito en el resto del mundo. Por supuesto, vendiendo la polémica, porque la crítica, desde luego, no la compró.
Lose Shields
Quiso el cruel destino que en 1981 se crearan los Razzie... y, por supuesto, que Brooke Shields ganara (o perdiera, según se mire) el primer premio de su vida por 'El lago azul'. Es más: los premios en cuestión se ensañaron con ella y el año siguiente fue nominada por 'Amor sin fin' (que a la postre es más conocida por ser la película en la que debutó Tom Cruise). Aún no había cumplido los 18 años.
Pero no solo los Razzie trataron de hundir la película: la crítica de la época se ensañó con ella, hubo gran parte del público que la consideró pedófila y todo ello sin olvidar que, además, tenía tintes de incesto. Sí, es verdad, al fin y al cabo, los dos protagonistas son primos. A veces no hace falta mucho más que el boca-oreja y la polémica para alzar una película. Tanto, que incluso tuvo una secuela muy tardía por culpa de los típicos líos de derechos.
'Regreso al lago azul' se estrenó en 1991 y fue un sonoro fracaso de taquilla que, por suerte, acabó con la saga: las sensibilidades habían cambiado y la historia era un absoluto dislate. Si tienes curiosidad, trataba sobre el hijo que estos dos náufragos tienen al final de la película, que, en su pubertad, vuelve a naufragar a solas con otra adolescente. Este fue, por cierto, uno de los primeros papeles de Milla Jovovich, que, claro, también fue nominada a los Razzie. Sin perdón.
Ambas películas pertenecen a otra época y otro mundo, y sus protagonistas aún tratan de quitarse el estigma (Shields, de hecho, se niega a hablar con el director a día de hoy), pero merece la pena verlas como mera curiosidad cinéfila. Se marchan de Netflix el 30 de abril y puedes verla aquí mismo, así que ya puedes darte prisa antes de que naufraguen en el mar del streaming.
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