A pesar de no ser un género muy cuidado por Hollywood, al menos en el aspecto de ofrecer varias películas de manera consistente, el cine bélico sigue causando un increíble fervor en el público. Es posible que se deba a que muchos cineastas destacados sean los que estén haciendo estas películas a cuentagotas, otorgándole cualidades de evento y también poderío. Así se entienden fenómenos como ‘Dunkerque’.
Entre el fusil y el mar
Christopher Nolan hace su propia inmersión en la Segunda Guerra Mundial con una historia de asedio, supervivencia y colaboración contada de manera no tradicional. Con un reparto muy potente en roles muy clásicos, la película ofrece una trepidante experiencia que se puede ver en Netflix por tiempo limitado, ya que el 15 de junio es el último día que seguirá en el catálogo. Después se podrá seguir viendo en Max.
En el año 1940, en las playas francesas de Dunkerque, las tropas británicas y francesas se encuentran completamente rodeados por la amenaza y el acoso del ejército alemán. Estancados entre los fusiles y el mar, su única salvación pasa por una colaboración ciudadana que cruce las aguas para rescatarlos y por la actuación del ejército del aire.
Una de sus cualidades más destacadas a la hora de plantear la historia es justo uno de los elementos que los detractores de Nolan emplean como arma arrojadiza: la decisión del director de contar tres historias que suceden en tres extensiones de tiempo distintas, pero se nos muestran intercaladas, como si ocurriesen en paralelo.
Es un recurso de montaje bastante claro, que muchos ven un artificio innecesario, pero que Nolan emplea con bastante astucia para evitar desconexiones o valles en el ritmo de la película. Es una de las varias decisiones que toma que terminan aterrizando de pie, en ocasiones contra pronóstico, como su difuminación de las personalidades de los soldados para reforzar la sensación de emergencia compartida o sobre todo el apoyo en referencias visuales para el avance de la historia, especialmente en la parte del aire.
No todas van a sentar igual, porque por algo son decisiones creativas. Están bien pensadas para causar una reacción, pero también para configurar carácter a una película con respecto al resto. Todas las grandes películas bélicas que hemos tenido en la última década consiguen brillar precisamente por lo que aportan los cineastas al mando, y ‘Dunkerque’ sin duda sobresale tanto en el género como en la filmografía de Nolan.
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