Netflix sigue haciendo cambios para recuperarse del duro golpe que recibió recientemente. Tras filtrarse un plan tan lógico como obvio, hora ha actualizado por primera vez en cinco años su memorando de cultura empresarial con dos cambios especialmente importantes, el primero haciendo hincapié en ser más responsables a la hora de gastar y el segundo señalando que no va a censurar ciertas voces u obras, incluso aquellas que no gusten a algunos de sus trabajadores, para conseguir la excelencia.
Los cambios
Este último movimiento parece una reacción directa a la polémica provocada por el último especial de David Chappelle, pues la nueva sección dedicada a la expresión artística señala que "A todo el mundo no le va a gustar o estar de acuerdo con todo lo que hay en nuestro servicio. Aunque cada título es diferente, los abordamos basándonos en el mismo conjunto de principios: apoyamos la expresión artística de los creadores con los que elegimos trabajar; programamos para una diversidad de públicos y gustos; y dejamos que los espectadores decidan lo que es apropiado para ellos, en lugar de que Netflix censure a determinados artistas o voces".
Vamos, que Netflix quiere llegar a todo tipo de público, por lo que puede que haya títulos concretos que incomoden a cierto sector, pero es que la nueva estrategia de la plataforma va más allá, hasta el punto de poco menos que exigir a sus trabajadores que acepten esto o se vayan:
Como empleados, apoyamos el principio de que Netflix ofrece una diversidad de historias, incluso si encontramos algunos títulos contrarios a nuestros valores personales. Dependiendo de tu puesto, puede que tengas que trabajar en títulos que percibas como perjudiciales. Si te resulta difícil apoyar nuestra amplitud de contenidos, puede que Netflix no sea el mejor lugar para ti.
Además, la compañía también aclara que "actuamos de forma de forma honorable incluso cuando nadie está mirando" o que "nuestros miembros quieren ver una variedad de historias y personas en pantalla, y nuestra compañía y liderazgo deberían reflejar esas diversidad", comprometiéndose además a doblar cualquier donación que uno de sus trabajadores haga a algún tipo de caridad.
La gran duda está ahora en saber si algunos trabajadores preferirán dejar la compañía ante este movimiento interno, y también en cómo afectará esa necesidad de "gastar con inteligencia" el dinero, ¿menos grandes producciones y más títulos baratos?
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