¿Alguna vez te has preguntado cuál es el sector de público más abandonado? Es cierto que estamos en la época dorada de las series y que hay una amplia gama de temáticas y géneros donde encajar nuestras preferencias, pero parémonos a pensa: ¿a quien se le ofrece una y otra vez el mismo producto? Yo lo tengo claro: al público adolescente.
Diferentes personajes pero temáticas trilladas hasta el paroxismo. Durante años las películas y series destinadas a un público juvenil estaban basadas en el mismo esquema, con un especial y repetitivo menosprecio al sector femenino. Sorprendentemente, una y otra vez veíamos como el único camino a la autoaceptación de una joven, en la mayoría de ocasiones, pasaba por un cambio físico y no en un conocimiento de uno mismo aceptando sus defectos y virtudes.
Simplemente se pasaba un filtro meramente superficial y básico, por ello películas como 'Chicas malas' ('Mean Girls', 2014) son actualmente tan famosas y siguen teniendo repercusión. Cualquier producto que se salía mínimamente de lo establecido destacaba sin ni siquiera ser una gran obra que se basara en el feminismo y la igualdad.
¿Hay esperanza en las nuevas series y películas para adolescentes?
No obstante, parece que plataformas como Netflix están apostando por incluir en su catálogo películas y series que no caen en lo que una y otra vez se ofrece a los adolescentes, ya sea por cambios en las tramas, los perfiles de actores habituales o la moraleja final que todo producto de este género trae consigo.
Esto me ha llevado a una reflexión sobre qué productos deberían sentar las bases de este "género", y cuáles son las temáticas y títulos a evitar. Antes de repasar las perlas juveniles de Netflix vamos a señalar al "enemigo", aquellas obras que no aportan absolutamente nada a las nuevas generaciones (o nada bueno). Por ejemplo, series como 'Insatiable' (2018).
Ya hemos comentado todos los puntos negativos que convierten a este producto en algo poco recomendable, sobre todo para el público femenino. Una chica víctima de acoso que vuelve a ver como solamente tras un cambio físico puede conseguir sus objetivos, es una vez más un paso atrás y un perjuicio a la sororidad y a los valores que deben forjar al público al que está destinado.
Pese a que en este caso concreto hayan querido teñirlo de humor negro y sarcasmo tras las numerosas críticas recibidas, nada justifica la penosa y machista base del argumento y su desarrollo.
Otro ejemplo que convendría erradicar dentro del catálogo juvenil es la película 'SPF-18' (2017), paradigma absoluto de lo superficial. Unos chicos pasan unos días en la casa de un actor famoso y, gracias a esta situación, se encuentran a sí mismos y reflexionan sobre sus relaciones... poco más hay que añadir. Atentos al tráiler:
Desgraciadamente, esto es solo una pequeña muestra, producto de todas las obras anteriores que presentan esta escasez de valores y la negación de la reproducción de una mujer real que se salga del canon que la industria ha establecido como normativo.
Pero, como hemos comentado, parece que hay ficciones que empiezan a marcar la diferencia y tratan de aportar aire fresco a este público infravalorado y cansado de temáticas sin profundidad y superficiales.
Es inevitable mencionar 'Por trece razones' ('13 Reasons Why', 2017) pero no es el único producto innovador en este sentido. En cuanto a temática puede resultar interesante y abarcar historias que preocupen a un sector del público pero, eso sí, todo ello bajo un halo de superficialidad latente durante todos sus episodios. Queremos ir más allá y mostraros algunos ejemplos de obras que destaquen por ser un reflejo más fiel y cotidiano.
Una "nueva ola" de productos juveniles más recomendables
Del catálogo de novedades para el público junivel de Netflix destaca 'Sierra Burguess es una perdedora' ('Sierra Burguess is a Loser', 2018). Al leer la sinopsis puede parecer que nos va a contar otra historia mil veces vista: una chica inteligente con una belleza que se sale del estereotipo, enamorada de uno de los chicos más guapos del instituto, que para captar su atención decide escudarse bajo otra identidad.
La sorpresa la encontramos cuando, durante el desarrollo de la película, la protagonista realiza un camino al autodescubrimiento y aceptación sin necesidad de cambiar su cuerpo. Se reflejan a la perfección los conflictos que puede sentir cualquier adolescente, y su mensaje principal es transmitir que todo lleva un proceso, lo tedioso que puede resultar superar tus inseguridades y aceptar tu imagen, un camino que vas a tener que recorrer toda tu vida.
La película tiene sus defectos, como señalamos en la crítica, pero la moraleja que traslada a las chicas es algo esencial en esas edades tan conflictivas.
Uno de los éxitos recientes más abrumadores de Netflix ha sido 'Mi primer beso' ('The Kissing Booth', 2018). La base de la trama reside en la evolución de una amistad; la historia de amor adolescente queda relegada por la acertada apuesta de mostrar el desarrollo de una relación que no es romántica, y cómo ciertos acontecimientos conducen a la madurez de los protagonistas.
Mostrando en todo momento una amistad entre chico y chica de lo más sana, sin intenciones amorosas secretas entre ellos, como marca la tradición del género.
Otra muestra de esta nueva tendencia es 'A todos los chicos de los que me enamoré' ('To All the Boys I've Loved Before', 2018). En esta ocasión la innovación no viene de la mano de un argumento sorprendente o reivindicativo sino por el casting; por primera vez en este género, una producción estadounidense opta por una protagonista de ascendencia asiática.
Puede parecer una ligera innovación pero no crear un estereotipo de la procedencia de la protagonista y que no conlleve ningún peso en la trama es, verdaderamente, algo totalmente atípico en este sector.
En mucha ocasiones analizamos estas producciones desde el prisma de una edad adulta y no nos paramos a pensar si, pese a sus "defectos" artísticos o estéticos, el fondo de lo que se cuenta tiene algo salvable y novedoso. Es aquí donde el debate sobre fondo y forma cobra por tanto especial sentido.
Así que, por suerte, hay vida más allá de productos tan comerciales como 'Élite', que en realidad no va mal encaminada, y una gran voluntad de apoyar nuevas temáticas y revitalizar las producciones adolescentes. Mostrando de manera paulatina, ya que ninguno de estos productos es perfecto y suele haber algún grado de sexismo, la diversidad en la figura de la mujer sin quedarse una y otra vez en una capa superficial. Estableciendo modelos más adecuados y sanos que los tradicionales, para un público que también sabe lo que le gusta y, a su manera, es exigente.
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