Realmente no me apetece nada empezar a reabrir la gastada conversación sobre límites del humor, pero es inevitable no querer señalar que el problema para la comedia tiene más que ver con el factor económico (nadie va a ver cosas que no son blockbusters gordos) que el contenido. Porque burradas se hacen continuamente, el género siempre encuentra huecos en las grietas en los que establecerse, y se puede encontrar con un poco de voluntad.
Hay espacio para los exabruptos más desternillantes y pasados de rosca, pero este está donde siempre: al alcance, pero no de forma masiva. Pero está ahí, hasta en plataformas acusadas de caer excesivamente en la corrección política como Netflix. Ellos mismos han producido una de las mejores comedias de este último lustro y probablemente la pieza que no sabías que te falta en la vida: 'I Think You Should Leave with Tim Robinson'.
Forzando la puerta en la dirección equivocada
Formado en la escuela de guionistas y miembros del reparto de 'Saturday Night Live', el cómico Tim Robinson ofrece en Netflix los sketches más absurdos y emocionalmente extremos que son demasiado incluso para el programa de sketches más conocido. Con el apoyo de The Lonely Island puede traerse a una gran cantidad de colaboradores para llevar cada situación hasta extremos insospechados.
Robinson protagoniza la mayoría de los segmentos de cada episodio, que son presentados en cápsulas de quince minutos. El sentido del humor que despliega es de pura explosión y explotación de la vergüenza ajena, mayormente con personajes que no paran de hundirse más en el pozo del ridículo en el que se han metido, con cada acto por intentar salir haciendo peor la situación. El primer sketch que vemos en la serie es paradigmático, con el cómico intentando forzar una puerta en la dirección equivocada por no admitir ante alguien con quien acaba de conversar que ha intentado abrir mal dicha puerta.
Con eso ya presenta la base, pero esta llega hacia lugares de lo más sorprendentes. Puede lanzarte situaciones tan cotidianas como un encuentro familiar o un día en la oficina que se van de madre porque alguien ha entrado en modo goblin, pero también irse por completo al surrealismo más payaso con gente disfrazada de perrito caliente, o falsos segmentos de programas televisivos. Y nunca te terminas de hacer una idea de por dónde puede cortar la situación del sketch.
'I Think You Should Leave with Tim Robinson': estallidos y carcajadas
Es difícil hablar de episodios en un programa así, porque realmente destacan más los sketches por sí mismos. Y todos tienen un nivel altísimo, con Robinson dejando algún momento realmente icónico de vez en cuando, como puede ser una mascota de concurso arruinando el programa, alguien improvisando una absurda canción sobre esqueletos, el que propone cosas ridículas en un focus group para evaluar un coche o Bob Odenkirk vacilando de una colección de vehículos que no posee.
Los invitados son siempre una agradecida sorpresa, ya que saben introducirse al instante a la dinámica desquiciada de la serie. Robinson apuesta por la acumulación con su propuesta, desde acumular ideas hasta ir mostrando como una situación se vuelve irremediable por ir apilando mierdas. Sus frases, cargadas de absurdo, terminan siendo muy citables en una realidad cada vez más irreconocible e imparodiable. Sin pretender capturar el momento, el cómico consigue las tres horas más vivas y necesarias de la comedia actual. Todo un hallazgo que entra directamente entre lo mejor que ha producido la plataforma.
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