Cómo 'Enola Holmes' marca la diferencia con los originales de Netflix: una puesta en escena con ambición de gran pantalla

Sherlock Holmes es uno de los personajes más populares de la literatura y se ha adaptado a todo tipo de medios durante más de 100 años, con versiones recientes de televisión y cine reavivando el interés por sus casos, pero la obra de Sir Arthur Conan Doyle a permitido ampliar la familia Holmes, como es el caso de la nueva película estrenada en Netflix, ‘Enola Holmes’, en la que Millie Bobby Brown construye a un personaje juvenil con personalidad propia, sin traicionar el espíritu original.

El mérito es de Nancy Springer y su serie de libros ‘The Enola Holmes Mysteries’, que presentaba al tercer hermano Holmes tras Sherlock y Mycroft, explicando que se separó de estos cuando era pequeña, y se reencontraron 10 años después, cuando su madre, Eudoria, desaparece. Esto lanza la carrera como detective de la joven, demostrando que puede estar al nivel de su famoso hermano. Dirigida por Harry Bradbeer, ‘Enola Holmes’ cubre los hechos del primer libro, con la muchacha investigando la desaparición de su madre (Helena Bonham Carter).

Una dirección suntuosa poco habitual en Netflix

La huida de Enola contrasta planes de Mycroft (Sam Claflin) de enviarla a una escuela para señoritas, por lo que este y el mítico Sherlock se alían para ir detrás de la joven. Pasada ya la polémica absurda sobre si una versión femenina del mito de Holmes es una jugada comercial que tiene o no cabida dentro del universo Conan Doyle, cabe centrarse en el estupendo trabajo de Millie Bobby Brown como la protagonista, demostrando que lo de ‘Godzilla: rey de los monstruos’ fue un tropiezo sin importancia y que la imagen que proyecta en su vida privada poco afecta a sus dotes de interpretación.

Enola es divertida sin ser cargante, ocurrente y carismática, manteniendo un tono cómplice con el espectador mediante la ruptura de la cuarta pared, elevando su interpretación con picaresca y una inyección de desvergüenza que no es ningún bache para que la película tenga un sentido estético preciosista y muy cuidado, con aspiraciones de superproducción y franquicia. Esto pronto llama la atención en cuanto el film va cambiando constantemente de escenario y localizaciones. Hay un ojo diferente al de las habituales producciones de Netflix.

Que una producción como ‘Enola Holmes’ sea comprada y no producida directamente por la plataforma deja en evidencia a algunas de las películas que se han estrenado este año en la misma. Una puesta en escena con chispa, profundidad de campo y abundantes planos medios, uso de gran angular, e incluso una fotografía con un grano diferente, con más cuerpo y rica en tonalidades hacen que incluso su aspecto deje en evidencia a los 200 millones de ‘Mulán’ (2020) de Disney+, cuya nitidez y fotografía televisiva se ajustaban demasiado bien a su vía de estreno.

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Un Sherlock imposible, pero no pasa nada

Y es que ‘Enola Holmes’ tiene una factura visual que no parece corresponder del todo con su limitación a un público objetivo juvenil, hay una voluntad por embellecer cada plano y pulir la narración con energía contagiosa, logrando un film de aventuras adictivo, con ritmo y planteamiento que recuerda a viejas películas de aventuras los 90, e incluso a Jeunet o al barroquismo victoriano de la saga Harry Potter. Algo sugiere que había planes más ambiciosos con la franquicia, entre los que la pandemia ha tenido algo que decir.

El film de Harry Bradbeer funciona dentro de los márgenes de cine de evasión con algunas notas al pie de página de feminismo para principiantes —el tópico del uso del corsé— que vienen con el pack de estrógenos de esta versión del mito pensada para crear una figura positiva para niñas y niños, con el mismo espíritu que podría tener en su día ‘El secreto de la pirámide’ (Young Sherlock Holmes, 1985), que no por casualidad estaba escrita por Chris Columbus, el director de la primera ‘Harry Potter’.

Poco importa que el casting para Sherlock, con un Henry Cavill tratando de poner caras de listo, sea imposible, ‘Enola Holmes’ pertenece a Milli Bobby Brown y llega al catálogo de Netflix como uno de sus mejores estrenos exclusivos del año. Poco importa si la producción es de Legendary o no, la plataforma debería estar analizando qué hace que un film de aventuras juvenil con la estrella que ellos cocinaron destaque sobre sus grandes apuestas se acción y fantástico para adultos.

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