Algo tiene meter a un grupo de personajes en una situación claustrofóbica y límite que nos mantiene a nosotros como espectadores en una tensión casi equiparable a la que viven los protagonistas. Basta introducirnos en el interior de un submarino en alta mar, o en un barco perdido en algún punto del ártico, y ya tienes una buena base con la que enganchar.
También colocar a estos personajes en situaciones extremas como estas es una oportunidad para explorar la humanidad en sus aspectos más primarios. El instinto de supervivencia, la total falta de respeto a las normas de convivencia y solidaridad, la proliferación de los impulsos más animales. Podemos encontrar todo esto en series como 'La sangre helada', una de las miniseries más potentes de los últimos años.
En lo más oscuro y helado de la humanidad
Casi como una continuación no oficial de 'The Terror' -y prácticamente mejor sucesora que la segunda temporada de 'The Terror'-, la miniserie de Andrew Haigh, basada en una novela de Ian McGuire, nos lleva a bordo de una expedición ballenera por el Ártico en el año 1859. Y sí, ya habréis podido deducir que la embarcación termina encallando donde Cristo perdió el gorro y murió de congelación.
Dentro del barco, una tripulación inglesa con perfiles de todo tipo. Desde un antiguo cirujano caído en desgracia (Jack O'Connell) que acepta el trabajo de médico por pura desesperación a un arponero (Colin Farrell) de pasado muy turbio y tendencias peligrosas que se acercan a la psicopatía criminal, y por supuesto no van a tardar en ser todo un problema. Con esos actores principales, ya tienes un duelo humanista clásico e imperecedero.
La serie está cargada hasta las trancas de un profundo nihilismo, que vicia cada uno de los seis episodios que la componen. Los buenos valores se encuentran desafiados continuamente, y la fe en la humanidad es aplastada continuamente contra el gélido suelo en el que se ven obligados a sobrevivir. Aun así, Andrew Haigh consigue de manera formidable que todo esto resulte una experiencia tan intensa como entretenida de seguir.
'La sangre helada': nihilismo y supervivencia
No tira de grandes artificios, y los grandes puntos de conflictos están debidamente medidos y repartidos en sus diferentes capítulos. Pero sí cuenta con una narración formidable, que da valor a cada episodio y a las interacciones entre personajes realmente complejos y oscuros. Haigh tira de los elementos adecuados del cine de supervivencia, pero realmente se interesa por las reflexiones humanas que extrae de estos personajes y su situación.
Así, su exploración psicológica resulta fascinante sin dejar de perder interés el componente thriller, y sin convertir a los personajes en arquetipos demasiado básicos. 'La sangre helada' es una inesperada joya que coquetea con el abismo que todos tenemos dentro, y consigue en el camino una de las mejores series de 2021. Y la puedes ver en Movistar+.
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