Por fin se estrenó la esperada quinta temporada de 'Black Mirror', la fantástica serie de alma distópica y espíritu satírico creada por el siempre ácido Charlie Brooker que, nuevamente, podemos disfrutar gracias a la plataforma de video on demand Netflix.
Con motivo de la llegada de sus tres nuevos episodios, os proponemos este repaso a través 'Black Mirror' en una lista en la que, ordenados de peor a mejor, recogemos los veintitrés capítulos —especial navideño incluido— del show.
23. 'Striking Vipers'
El nivel de 'Black Mirror' ha llegado a unas cotas de calidad tan bajas que es harto complicado elegir un orden para ubicar los tres últimos episodios en esta lista, pero tras meditarlo a conciencia, 'Striking Vipers' se lleva el dudoso honor mostrar la peor cara de la producción de Charlie Brooker. Cuesta creer que los dedos que teclearon el guión del maravilloso 'San Junipero' hayan abordado la temática LGTBI de un modo tan rancio, trasnochado, incoherente y, lo peor de todo, aburrido. Cualquier parecido con la 'Black Mirror' que todos conocíamos es pura coincidencia.
22. 'Añicos'
¿Recordáis cuando 'Black Mirror' ofrecía una mirada ácida, mordaz y casi premonitoria sobre la tecnología y su toxicidad potencial? Pues podéis ir olvidándoos de todo, porque en pleno año 2019, 'Añicos' lanza un discurso plano y trillado sobre los peligros de las redes sociales, su capacidad adictiva y el control que ejerce sobre la sociedad. Un capítulo a medio camino entre el thriller más soporífero que podáis imaginar y un spot de la DGT que llega una década tarde y en el que lo único que se salva son las interpretaciones de Topher Grace y Andrew Scott.
21. 'Rachel, Jack and Ashley Too'
Si por algo se caracterizó 'Black Mirror' antaño, fue por su modo de dejar con la mandíbula desencajada al espectador con conceptos novedosos y una creatividad única. Lejos de esto, el olvidable 'Rachel, Jack and Ashley Too' nos cuenta una historia vista una y mil veces sobre el oscuro mundo de las estrellas pop adolescentes, con un componente tecnológico anecdótico —aunque funcional— y una presencia de Miley Cyrus que se eleva como el principal reclamo del episodio —lo cual, tampoco dice mucho de él—.
20. 'Cállate y baila' [T3]
Mentiría si dijese que el primer acto de 'Cállate y baila' no me tuvo pegado a la pantalla de mi televisión como una polilla a una lámpara fluorescente. Y es que su efectivo y sencillísimo arranque pone sobre la mesa todos los ingredientes para cocinar un divertimento de primer nivel. Por desgracia, James Watkins y Charlie Brooker —director y guionista respectivamente— convierten una prometedora premisa en una suerte de gymkhana absurda que deriva en una conclusión de lo más frustrante. Parece que, después de todo, la imagen del trollface nos la estaban enviando a nosotros.
19. 'El momento Waldo' [T2]
Hay que reconocer al decepcionante cierre de la segunda temporada de 'Black Mirror' su condición de capítulo profético por excelencia. La perspectiva que da revisitarlo desde un 2017 en el que Donald Trump está sentado en el despacho oval de la Casa Blanca aporta un plus a esta sátira política escrita por un Charlie Brooker que parece que gastó todas sus energías en las dos fantásticas piezas que preceden a 'El momento Waldo'. Su tono cómico contrasta con la violencia y densidad emocional de 'Oso blanco' y 'Ahora mismo vuelvo', algo que incluso se agradece hasta cierto punto, pero, ni aún teniendo a nuestro propio Waldo gobernando Estados Unidos, el perezoso episodio resulta lo suficiente atractivo como para recordarlo con un mínimo de estima.
18. 'Cabeza de metal' [T4]
El caso de 'Cabeza de metal' podría perdonarse en cualquier otra serie pero, cuando hablamos de 'Black Mirror' es particularmente irritante exponerse a un episodio en el que la forma prevalece sobre el fondo. Ni rastro —al menos, que yo haya podido percibir— de la voluntad satírica de la serie ni de su afán edificante queda en este primer capítulo realizado íntegramente en blanco y negro. Sí, visualmente es una auténtica maravilla —no esperaba menos de David Slade—, pero una vez han finalizado sus afortunadamente escasos 40 minutos, no queda ningún poso que paladear; tan sólo la necesidad de darle al botón de "siguiente" y pasar a otros menesteres.
17. 'USS Callister' [T4]
O mucho me equivoco, o este es uno de esos casos en los que el término medio es prácticamente inexistente a la hora de reaccionar: u odias 'USS Callister', o lo amas. En mi caso, la digestión de los excesivos 75 minutos de duración del capítulo se me ha hecho excesivamente pesada, saturándome rápidamente una vez la sorpresa generada por su planteamiento y su estética deja de surtir efecto. Ni tan siquiera el notable trabajo como infame protagonista de Jesse Plemons logra hacerme disfrutar de esta —voluntaria— horterada que, más que un episodio de 'Black Mirror' parece un revulsivo malintencionado a 'The Orville'.
16. 'La ciencia de matar' [T3]
'La ciencia de matar' posee muchas virtudes, pero todas ellas se van al garete —al menos, para un servidor— por culpa de un protagonista tan carismático como un melón de Villaconejos —y que me disculpen los melones—. Conducir con un personaje tan desdibujado el algo obvio pero, aún así, inteligente discurso antibelicista y crítico con los lavados de cerebro y la deshumanización del enemigo propios de un conflicto armado, es un tiro en el pie auto-infligido tanto por un Charlie Brooker al que la metáfora parece que se le escapó de las manos, como por un Jakob Verbruggen que no supo aportar una dirección lo suficientemente vigorosa.
15. 'Bandersnatch'
Haciendo honor a la verdad, deberíamos catalogar a 'Bandersnatch', más que como un capítulo más de 'Black Mirror', como un experimento de lo más simpático gestado por Charlie Brooker y Netflix. Y es que, aunque esta historieta haga palpables varias de las señas de identidad de la serie británica —tanto a nivel de tono y estilo como temático—, su —más simple de lo que pretende aparentar— narrativa queda diluida tras un anecdótico formato de "elige tu propia aventura". No se puede negar que fondo y forma cohesionan de forma ejemplar pero, tratándose de 'Black Mirror', podemos —y debemos— pedir más.
14. 'Odio nacional' [T3]
De no haber durado los 90 —innecesarios— minutos que conforman el metraje de 'Odio nacional', es más que probable que el cierre de la tercera temporada de 'Black Mirror' hubiese obtenido una mejor posición en esta lista. Por desagracia, la atractiva historia detectivesca dirigida por James Hawes, heredera hasta cierto punto del espíritu de 'Expediente-X', se pierde en explicaciones intrascendentes y secuencias reiterativas, haciendo un flaco favor al genial mensaje sobre la toxicidad del ciertos grupos de usuarios de redes sociales y sus mensajes de odio selectivo; algo que, tristemente, está a la orden del día.
13. '15 Millones de méritos' [T1]
El capítulo más flojo de la primera temporada de 'Black Mirror' es, a su vez, uno de esos amargos ejemplos en los que un planteamiento de lo más interesante termina en lo simplemente aceptable al no exprimir al cien por cien su potencial. '15 millones de méritos' arranca de forma inmejorable, impulsado por su ambiciosa propuesta estética y sus intepretaciones principales pero, llegado a un punto, su progresión se estanca para revelar un desarrollo insuficiente de su premisa. Conociendo el potencial de Charlie Brooker, duele especialmente ver cómo desaprovecha la vis crítica hacia el consumo de ocio de dudosa calidad por parte de una sociedad esclava de sus propios deseos.
12. 'Arkangel' [T4]
Si este segundo capítulo de la última temporada de 'Black Miror' hasta la fecha, dirigido por una más que eficiente Jodie Foster, hubiese formado parte de la primera o segunda etapas de la serie, estaríamos hablando de uno de sus estandartes. No obstante, después de seis años, todo el potencial de la premisa de 'Arkangel', lo controvertido del sistema de vigilancia sobre el que se construye su trama y sus bien construidos personajes transmiten una sensación de deja-vu constante. Es una lástima, porque todas las bondades que esconde este episodio pasan sin pena ni gloria ante tus ojos mientras tu inconsciente te repite una y otra vez: "Esto ya lo habías visto antes".
11. 'El himno nacional' [T1]
Es posible que, a muchos, el título de 'El himno nacional' no les diga demasiado; pero si hablamos del “capítulo del cerdo y el Primer Ministro” la cosa cambia, ¿verdad? Recuerdo esta carta de presentación de 'Black Mirror' como un puñetazo de su creador sobre la mesa, llamando la atención del público a golpe de la crítica socio-tecnológica más ácida y de ese sensacionalismo que transpira la premisa del episodio. Una pieza audiovisual que puede no haber trascendido por sus méritos técnicos o narrativos, pero que se ha instalado en la memoria colectiva del público televisivo a golpe de impacto y de, como lo llamaban en 'Clerks 2', erotismo entre especies.
10. 'Black Museum' [T4]
El segundo episodio antológico de 'Black Mirror' sigue la estela del genial 'Blanca Navidad' que protagonizó John Hamm en 2014 ofreciendo varias historias enlazadas por un nexo común que terminará explotando en un satisfactorio tercer acto. Hay que reconocer que sus fragmentos, probablemente, no sean lo más inspirado que haya escrito Charlie Brooker, pero todo el humor negro y la mala baba que destilan son impagables, exhibiendo un repertorio de personajes despreciables cuyo sufrimiento nos invitará a disfrutar como nunca. 'Blak Museum' se sitúa a mitad de la tabla, siendo irregular y divertido a partes iguales.
9. 'Cocodrilo' [T4]
John Hillcoat ya ha demostrado su maestría a través de su carrera en la gran pantalla, firmando piezas impecables como ‘La carretera’. Con 'Crocodile', el australiano vuelve a hacer gala de su intachable dominio de la atmósfera, aprovechándose de los gélidos y sobrecogedores parajes islandeses para firmar en clave neo-noir un capítulo no redondo, pero sí altamente recomendable. El desarrollo de sus personajes puede que no sea el más acertado, del mismo modo que un ritmo que no termina de cuajar, pero su impoluta dirección, la sequedad de su violencia y su contundencia compensan con creces.
8. 'Caída en picado' [T3]
La tercera temporada de 'Black Mirror' no podría comenzar de mejor manera; y es que ‘Nosedive’ recoge en su hermosamente ejecutado relato todos y cada uno de los elementos que han hecho grande al show de Charlie Brooker: una protagonista tan humana como imperfecta —interpretada por una Bryce Dallas Howard espléndida—, una tecnología a priori inofensiva y una sociedad enferma que la convierte en una lacra para los eslabones más débiles de la cadena. Dirigido por Joe Wright, 'Caída en picado', pese a algún que otro altibajo en su ritmo, triunfa en última instancia gracias a su modo de llevar a un nuevo nivel la "aceptación 2.0" y la importancia del "like" en nuestros días.
7. 'Playtest' [T3]
La difusa relación entre tecnología y conducta humana presente en 'Playtest', me instó a disfrutar de sus estimables —y ambiciosos— 57 minutos como si de una producción ajena a 'Black Mirror' se tratase. Esto no quiere decir que el capítulo dirigido por Dan Trachtenberg sea, ni mucho menos, fallido. La instantánea conexión con su personaje principal, su atrayente tono a medio camino entre la ciencia ficción y el terror y, sobre todo, su juego de realidades solapadas revelado durante sus últimos compases, le convierten en una de las piezas más disfrutables de su temporada y de la serie en su totalidad.
6. 'Oso blanco' [T2]
Puede que 'Oso blanco' no sea uno de los capítulos de 'Black Mirror' más refinados, pero su contundencia y niveles de salvajismo le convierten en uno de los puntos álgidos del show de Charlie Brooker. Pese a que su primer y segundo actos funcionan a sin alardes, con unas dosis perfectamente calculadas de intriga y tensión gestionadas de forma notable, es su impactante revelación final la que te desencaja la mandíbula, propinándote un puñetazo en el estómago difícil de olvidar. En lo que respecta a su componente crítico, este no brilla por su inteligencia o sutileza, pero retrata a la perfección ese voyeur sádico en el que muchos se han convertido tras la llegada del Smartphone y sus malditas cámaras.
5. 'Blanca Navidad' [Especial navideño]
El más que meritorio décimo puesto de 'Black Museum', junto a esta quinta posición ostentada por 'Blanca navidad' confirman que a 'Black Mirror' le sientan de maravilla los capítulos antológicos. Este especial navideño, protagonizado por un inmenso John Hamm —y un Rafe Spall que le va a la zaga— es una muestra de los niveles de ingenio y creatividad que puede alcanzar el bueno de Charlie Brooker quien, interconectando varios segmentos presididos por varias tecnologías de lo más sugerentes —magnífico el "bloqueador" de personas—, deriva en un fin de fiesta por todo lo alto, mordaz, ácido y con toda la mala uva propia de su creador.
4. 'San Junipero' [T3]
He de reconocer que me costó bastante sumergirme en la propuesta del realizador Owen Harris y el guionista Charlie Brooker hasta haber superado el ecuador de 'San Junipero'; no obstante, una vez alcanzado ese momento, algo se iluminó en mi cerebro justificando plenamente todos y cada uno de los elogios y galardones recibidos por esta pequeña obra de arte televisiva. Puede que haya sido por su derroche de estilo, su inolvidable pareja de personajes protagonistas de las que resulta imposible no enamorarse, o su impecable dirección —magnífica la gestión del tiempo y el espacio—, pero este capítulo y su particular concepción de un idílico más allá es, sin duda alguna, una de las mejores producciones televisivas de los últimos años. Por mucho que tarde en revelar su vertiente más 'Black Mirror'.
3. 'Hang the DJ' [T4]
Cuando suena el tema de los Smiths que clausura este capítulo de la cuarta temporada —y que corea su título en su tramo final— es imposible no esbozar una sonrisa inmensa fruto de la más plena satisfacción. 'Hang the DJ' no es la primera, ni será la última vez, que 'Black Mirror' explore el complicado mundo de las relaciones de pareja; pero sí destaca como un fantástico reflejo de en lo que estas se han convertido gracias al —mal— uso de las aplicaciones para ligar que tan de moda están últimamente. Tierno, divertido, con unos personajes que generan una empatía gigantesca de forma instantánea y con un tiento envidiable para hacer que te proyectes instantáneamente en todos y cada uno de los mensajes que lanza su elaborado discurso sobre lo que es el amor.
2. 'Ahora mismo vuelvo' [T2]
He de reconocer que esta segunda posición es, en realidad, un empate técnico con el episodio que ocupa el primer puesto de esta lista. Ambos tienen sus virtudes y se elevan como lo mejor de las, hasta el momento, cuatro temporadas de 'Black Mirror', siendo este 'Ahora mismo vuelvo' el capítulo que más ha logrado destruirme a nivel emocional de toda la serie. Las brillantes interpretaciones de Domhnall Gleeson y Hayley Atwell son la guinda de un agridulce pastel edificado sobre la base tecnológica de rigor y una demoledora aproximación a temas tan delicados como la pérdida y el duelo.
1. 'Tu historia completa' [T1]
El episodio que clausura la primera —y fantástica— temporada de 'Black Mirror' es, bajo mi humilde punto de vista, un manual de todo lo que debería ser cada uno de los capítulos de la serie de Charlie Brooker. 'Tu historia completa' puede que peque en cuanto a previsibilidad se refiere —especialmente en lo que concierne a su tercer acto— pero, además de poseer hasta el último gramo del cinismo, la acidez y la mirada más crítica del creador del show, se alza como todo un ejemplo a seguir a la hora de emplear la tecnología para explorar los rincones más oscuros de la condición humana. Ya han pasado seis años desde su emisión, pero su aterradora y desasosegante escena de sexo aún sigue grabada a fuego en mi memoria, reviviéndola sin necesidad alguna de utilizar un dispositivo dedicado a ello.
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