Era 1993, ‘Expediente X’ (The X-Files, 1993-) aparecía como el nuevo juguete de la cultura pop televisiva tras el impacto de ‘Twin Peaks’ (1990-1992), llevando el fantástico y el misterio de nuevo al horario de la cena. Hoy, tras 11 temporadas, su legado puede ser catalogado de irregular, con subidas y bajadas en su recorrido, pero no puede negarse su condición de fenómeno de masas, clave para el cambio en la televisión de la forma en la que la conocemos.
Recién llegada de nuevo a Amazon Prime Vídeo España, nuevas generaciones encontraran la oportunidad de engancharse a las aventuras de Mulder y Scully, esta vez sin necesidad de esperar una semana al siguiente episodio. Con ‘Expediente X’ se modernizó el subgénero de detectives de lo paranormal y de ella beben otras series, con fantástico o no, que van desde ‘Angel’, ‘Dark Skies’, ‘Sobrenatural’, ‘Bones’, ‘Fringe’, ‘Castle’, ‘Grimm’, ‘Sleepy Hollow’, ‘Project Blue Book’ o, probablemente su mejor heredera reciente, la tremenda ‘Evil’ (2019).
También fue uno de esos primeros eventos en los que el creador de la serie resonaba como autor absoluto y, en este caso, el nombre de Chris Carter se asociaba a cambio, excelencia y una etiqueta negra que conseguía traducir para una audiencia adulta y exigente muchos referentes superados y que necesitaban una nueva visión, más acorde con el escepticismo y realismo de la década de los 90, que llevó hacia el terreno del thriller más sobrio la ingenuidad imaginativa de la serie B y frente a una herencia explosiva llena de color que significaron los 80.
‘Expediente X’ absorbió toda una gama de influencias poco convencionales que iban desde la serie B pulp de terror y ciencia ficción a las leyendas urbanas cada vez más crecientes, la paranoia política de la guerra fría y la era Watergate, y las esculpió con los mimbres del formato procedimental, creando dos personajes gancho tan efectivos como Scully, la escéptica, seria e inteligente y Mulder, el elegante, sardónico y crédulo marginal que se convertirían en el corazón pulsante de las historias de más largo recorrido.
El guionista y productor Chris Carter siempre ha sido muy abierto al reconocer las muchas películas y programas de televisión que influyeron en su concepción de la serie, de hecho considera que su serie es parte de un continuo, antepasados y descendientes de los que no hay que avergonzarse. Repasemos algunas de las fuentes que ayudaron a dar forma a la mezcla de horror y ciencia ficción de Carter a través de bloques temáticos con series y películas.
La tradición del detective sobrenatural
El dúo Mulder-Scully, no deja de ser una nueva variación del serial de misterio con detectives que se ven envueltos en casos extraordinarios. Los mismísimos Sherlock Holmes y Dr. Watson de Arthur Conan Doyle se enfrentaban a algunos misterios en los que el fantástico pasaba por encima. Otro antepasado podría ser Abraham Van Helsing de ‘Drácula’ (1897) de Bram Stoker, un médico, científico y filósofo que se dedica a caza vampiros tras estudiar y documentarse ampliamente sobre el tema, algo no demasiado ajeno al horror gótico de la era victoriana.
Hay toda una raza literaria de detectives de lo oculto y lo espiritual, como Thomas Carnacki, creado por el escritor de fantasía inglés William Hope Hodgson, y en muchos casos entran en lo psíquico y lo paranormal a través de investigaciones científicas, como estos casos fueran una rama o extensión del estudio científico del mundo. Un gran ejemplo de esta raza es el doctor Quatermass y su serie de la BBC luego rodadas por Hammer Films como películas a todo color, con casos que bien podrían entrar en la fina línea del terror fantástico y la ciencia ficción de ‘Expediente X’.
Enumerar toda la lista de los abuelos de Mulder y Scully no tiene mucho sentido, pero sí hay que prestar atención a la influencia confesa más importante de Carter para el modelo de la serie, ya que confesó que la había creado porque la película ‘Una historia alucinante’ (The Night Stalker, 1972) le había asustado cuando era niño. El film presentaba a Carl Kolchak, un periodista, interpretado por Darren McGavin, que intenta convencer a las autoridades de que Las Vegas está siendo aterrorizada por un verdadero vampiro.
El film engendró una secuela y una serie que vino a establecer la estructura conocida como “el monstruo de la semana” que duró 20 episodios emitidos de 1974 al 75 en el canal ABC. Todas las investigaciones criminales con giros paranormales del periodista Kolchak marcan la textura de la realidad y la actualidad cotidianas invadidas por lo increíble en episodios autoconclusivos. Tal era la conexión que Carter acabó llevando a McGavin para interpretar a un agente original de los Expedientes X, Arthur Dales. El éxito de la serie llevó a un olvidado reboot de Kolchak.
Las antologías de terror y ciencia ficción
No hay que buscar mucho para encontrar textos en los que casi todas las series de fantasía, terror o ciencia ficción de los últimos 50 años tienen alguna conexión o influencia de alguna manera por la serie antológica de Rod Serling ‘The Twilight Zone’ (1959-64). Carter ha reconocido su deuda con la forma en la que la mítica serie usaba la fantasía como herramienta metafórica para abordar temas y cuestiones profundas y su impacto ineludible en la cultura popular estadounidense, y para la televisión de género en particular.
Rod Serling habituó a que en cada episodio hubiera una historia independiente que alternaba ciencia ficción, futurista, fantasía, paranormal, horror, misterio, esoterismo, comedia, giros de la trama, cuentos de moralidad, distopías, con él mismo como única presencia constante, un rol que Chris Carter llegaría a tener en la sombra, pero la tercera figura más importante del programa tras los dos protagonistas. Serling completaría ese papel en ‘Galería Nocturna’ (The Night Gallery, 1970-1973) otra antología más centrada en el terror puro.
Pero además, ese modelo generó infinidad de series entre las que ‘Expediente X’ usaba la idea de que en cada episodio hubiera un caso, cambiando el factor de que siempre tendríamos a los mismos protagonistas. Sin embargo, hay una serie coetánea a ‘The Twilight Zone’ que estaba más centrada en la ciencia ficción y los monstruos, a menudo con tono de puro terror y con mucha más afinidad al tono y mezcla “científica” de los que aparecían normalmente en ‘Expediente X’. ’The Outer Limits’ (1959-1964) tiene muchos episodios que podrían resolver Mulder y Scully.
Espías, conspiraciones y thriller político
Otra de las influencias confesas de Carter, esta vez fuera del fantástico fue la serie ‘Los Vengadores' (The Avengers, 1961-1969) una serie de espías británica con Patrick Macnee y Diana Rigg que atrajo al creador por la noción de dos iguales que investigan misterios mientras mantienen conversaciones, bromas y pullas que esconden una atracción muy similar a la química desarrollada luego entre Mulder y Scully, pero además, abre la baraja de intereses de ‘Expediente X’ a un tipo de ficción menos ligera pero igualmente interesada por los secretos de estado.
Hay una gran huella de los grandes thrillers de conspiración de la década de 1970, y de entre ellas ‘Los tres días del Cóndor’ (Three Days of the Condor , 1975) y ‘Todos los hombres del presidente’ (All the President's Men, 1976), sin duda dos de las grandes influencias en la madurez política del tono de ‘Expedientes X’. En la del Watergate, un analista de la CIA que descubre una trama que involucra a su propia organización y que lleva a intriga, traiciones y sospechas, además de presentar la figura de Garganta Profunda, con el que en ambas ficciones se encuentran en callejones oscuros.
Si el escándalo de Watergate tuvo un gran impacto en la educación de Chris Carter, su relación con el poder y su interés con las conspiraciones gubernamentales, hay que tener en cuenta que al inicio de los 90, el género vivió un renacimiento con 'JFK: Caso abierto' (JFK, 1991) de Oliver Stone, que salió un año antes de que comenzara la producción de ‘Expediente X’ y comenzó una tendencia de paranoicas y conspiraciones que marcó la década y que se extendía al secreto gubernamental definitivo: el área 51 y los OVNIS.
OVNIS, abducciones y autopsias secretas
Los años 90 fueron un terreno muy fértil para que la imaginación creara lugares secretos, intereses ocultos y experimentos que el gobierno ocultaba a los pobres ciudadanos ignorantes. La explosión de los fanzines, el VHS y los medios de comunicación haciéndose eco de vídeos fraude como la autopsia de Roswell en 1995, da una idea de las ideas que fluían en el ambiente en la época de máxima popularidad de ‘Expediente X’. Ver la serie en aquella época creaba una resonancia especular que se retroalimentaba con la realidad que hoy se ha perdido.
Y es que entre la cantidad de monstruos y biología extraña que aparecía en la serie destacaba sus temas centrales de avistamientos y visitas extraterrestres que cimentaban los principales arcos de temporada. Este interés se recoge desde la ficción en influencias tempranas como ‘La invasión de los ladrones de cuerpos’ (The Invasion of the Body Snatchers, 1956), la versión de protagonizada por Kevin McCarthy y Dana Wynter, del director Don Siegel que reflejó brillantemente la paranoia desconcertante de "no confiar en nadie" en la guerra fría.
A ella le siguen ‘Los invasores’ (1967-68) de Larry Cohen, en la que Roy Thinnes interpretaba a un arquitecto que ve un platillo volante y se convence de que hay extraterrestres entre nosotros, emprendiendo una búsqueda solitaria frente a un mundo escéptico, para encontrar evidencia, desarrollando los temas de la resistencia y confianza solitaria en la invasión alienígena de la Tierra que puede verse fácilmente reflejada en la misión personal de Mulder en 'Expediente X’.
Como la anterior, también es fundamental citar ‘Project U.F.O’ (1978-79) sobre los oficiales de la Fuerza Aérea de los EE. UU. que eran investigadores del Proyecto Libro Azul. También ‘V’ (1983-1985) con una invasión silenciosa que también se alimentaba de teorías reales de los reptilianos y las hacía reales. Uno de su personajes principales fue Julie (Faye Grant), una mujer rubia de unos 30 años, doctora en medicina con un carácter fuerte, que asume de mala gana una posición de liderazgo siendo capturada y experimentada que parece una inspiración potencial para el personaje de Scully.
Por supuesto, el cine de ciencia ficción moderno tuvo un impacto ineludible en la serie, que, además de un aspecto azulado y aséptico similar, está llena de momentos inspirados en ‘Encuentros en la tercera fase’ (Close Encounters of the Third Kind, 1977) y su imaginería de luces brillantes desde el exterior, zumbidos, extraterrestres abriendo la puerta, o rostros hipnotizados y saturados por luz blanca. En cuanto al tema de la abducción son notables algunos ejemplos como ‘Communion’ (1989) en la que la experiencia de ser el sujeto de experimentos extraterrestres se narra con horror.
Tan presente estaba en la ficción el tema, que el mismo año de la emisión de ‘Expediente X’ se estrenó la terrorífica ‘Fuego en el cielo’ (Fire in the Sky, 1993) de Robert Lieberman, una adaptación de ‘The Walton Experience’, una experiencia de secuestro alienígena en 1975 narrada en primera persona. Durante los años de más éxito de la serie veríamos películas que navegaban por los mismos temas como ‘Han llegado’ (The Arrival, 1996) y, por supuesto, ‘Men in Black’ (1997) que hacía una representación en forma de comedia de un supuesto muy aceptado y estudiado entre los círculos de conspiración.
Los agentes del FBI y la investigación criminal
El impacto en la televisión que tuvo ‘Twin Peaks' es directamente proporcional a su influencia en las series que vinieron posteriormente. Muchas trataron de replicarla, pero probablemente solo ‘Expediente X’ supo llenar la horma del zapato que dejó sin tratar de ser una imitación. Sin embargo, Chris Carter no pudo ignorar el embrujo de la obra de David Lynch y Mark Frost y, obviamente, el agente Dale Cooper tiene una relación directa con el papel de David Duchovny.
No solo el actor apareció también como agente de FBI de aquella —aunque uno muy diferente— sino que su porte y personalidad dibujaba una mezcla entre el atractivo y la excentricidad de Kyle MacLachlan. Pero además, ‘Twin Peaks’ ayudó a cambiar la percepción de la televisión como un medio e introdujo el concepto de una mitología corriente a lo largo de la serie que ‘Expediente X’ haría canon y, por supuesto, parte de una investigación del FBI que finalmente se desarrolla dentro de lo paranormal. ¡Incuso tuvieron su crossover cuando es el ayudante del Sheriff Hawk de Twin Peaks aparece en el episodio 19 de la temporada 1!
Otro de los pelotazos del cine comercial de primeros de los 90 fue ‘El silencio de los corderos' (Silence of the Lambs, 1991) otra investigación sobre un agente del FBI que investiga un asesinato, que desarrollaba un humor y estilo visual que a menudo se puede detectar en ‘Expediente X’. Otro detalle de producción, es el uso de los sellos de lugar y fecha colocados en la parte inferior izquierda de la pantalla, usando una fuente tipo máquina de escribir, que aparecieron en la adaptación de Thomas Harris y se convirtieron en la marca más reconocible de la serie.
Tampoco es ningún secreto que la apariencia y el carácter de Scully se inspiraron en los de Clarice Starling (Jodie Foster), la novata del FBI en la Unidad de Ciencias del Comportamiento, comparten un físico similar, vestimenta profesional, y un estricto enfoque forense científico y un entrenamiento del FBI en Quantico. Ineludible el hecho de ser mujeres obligadas a superarse en un ambiente hostil en su mayoría masculino. El tono frío del film de Demme, combinando una investigación criminal metódica con violencia gráfica y una atmósfera pesada fue también, sin duda, una influencia la serie.
Pero ojo, esa paleta oscura junto a procedimental de terror tiene su raíz previa en una secuela a menudo muy olvidada, pero que tuvo influencia incluso en la película de Hannibal Lecter y ‘Seven’ (1995) , —que copiaba el final de la novela—, la impresionante ‘El exorcista III’ (1990), sobre una investigación criminal que, además, tenía posesiones diabólicas. Tan influyente fue, que la otra serie de Carter, 'Millennium’ (1996), parece una extensión seriada del film de William Peter Blatty, con un detective en busca de asesinos en serie relacionados con una trama sobrenatural con muchas implicaciones religiosas.
En ‘Expediente X’ había un episodio en el que Brad Douriff hacía casi un papel calcado a la secuela del film de terror que, además, tiene una relación visual en la dirección de arte y la fotografía de John Bartley, los tonos clínicos y opresivos, la descripciones grotescas de los asesinatos, también le deben a esta seminal investigación criminal que se transforma en un caso de ocultismo de un detective, Kinderman, enfrentado al demonio en más de una ocasión —el primer film— y que estuvo a punto de haber protagonizado su propia serie en los 70-80.
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