El nombre de Taylor Sheridan puede que no os diga nada a muchos, pero imagino que la cosa cambia si digo que era el guionista de 'Sicario' y 'Comanchería', dos películas muy estimulantes cuya buena acogida permitieron que el propio Sheridan se encargase de la puesta en escena de su siguiente libreto, finalmente titulado 'Wind River'.
Sheridan tuvo además la suerte de contar con dos actores bastante populares entre el público como Jeremy Renner y Elizabeth Olsen, ambos integrantes del MCU como Ojo de Halcón y Bruja Escarlata. Su aportación es esencial para que 'Wind River' acaba siendo un estupendo thriller cocinado a fuego lento, algo que este viernes 10 de febrero podréis comprobar en Cuatro a partir de las 22:00
El problema con Harvey Weinstein
Si estáis pensando que qué raro que se os escapase 'Wind River' durante su paso por los cines, seguramente os interese el dato de que no llegó a estrenarse en salas en España. Aquí llegó directamente a Calle 13 antes de que La 1 la emitiese por primera vez en abierto a principios de 2018, y lo más seguro es que eso se deba al escándalo sexual protagonizado por Harvey Weinstein.
'Wind River' estaba gozando de una buena acogida en los cines de Estados Unidos cuando surgieron las acusaciones contra Weinstein que le han llevado finalmente a la cárcel. Sheridan decidió que Weinstein no podía beneficiarse de su película, por lo que convenció a The Weinstein Company para que le devolviese 'Wind River'.
Eso no impidió que se viera en otros países -o en el Festival de Sitges de 2017-, pero en España nos quedamos sin ver en pantalla grande una película que conecta con varios temas explorados por Sheridan en 'Comanchería', ya que aquí también habitan varios personajes heridos psicológicamente en un entorno rural, pero los robos de bancos se convierten aquí en la investigación de un asesinato.
A fuego lento
Sheridan nos transporta a una reserva de nativos americanos donde en plena montaña nevada aparece el cuerpo de una joven que ha sido previamente violada. A partir de ahí conocemos primero a sus protagonistas, con Renner dando vida a un rastreador veterano y Olsen a una agente del FBI novata que recibe el encargo por ser la que más cerca se encuentra del lugar del crimen.
Y es que el escenario es especialmente importante en 'Wind River', ya que los paisajes montañosos nevados de Wyoming se convierten en un personaje más de la película, marcando un contraste muy marcado entre las escenas que transcurren en interiores, algo más cálidas, y la gelidez exterior, donde todo se hace en función de lo que permite la climatología.
Eso lleva a que el caso avance con lentitud, casi pensando que va a ser imposible dar con el responsable de lo sucedido, incidiendo en todo momento en la sensación de soledad y cierto halo de desesperación tanto de la situación en concreto como de sus personajes. En la primera hora de metraje, Sheridan demuestra un control impecable de lo que sucede en pantalla, con Renner y Olsen brillando especialmente.
Eso sí, no esperéis nada desatado por parte de ninguno de ellos, pues en ambos casos son interpretaciones más contenidos, especialmente en el caso de él, aquejado de un trauma imposible de superar y que ve en el caso quizá no como una posibilidad de redención, pero sí como algo más personal de lo que aparente. Por su parte, Olsen transmite muy bien la falta de experiencia de su agente del FBI, sin que ello suponga en ningún momento sacrificar su tenacidad para sacar las cosas adelante.
Luego la película toma una decisión que no me sorprendería que moleste a algunos espectadores, pero personalmente creo que Sheridan escoge muy bien el momento para dar el paso adelante que requiere la historia. El ritmo crece entonces por pura necesidad, pero 'Wind River' nunca se descontrola y en sus últimos minutos vuelve de lleno a ese estilo con el que nos había conquistado previamente.
Pese a los problemas con Weinstein -y a su no estreno en cines españoles-, 'Wind River' gozó de un notable éxito comercial, ya que ingresó 45 millones de dólares -33 de los cuales pertenecen al mercado norteamericano- cuando había costado apenas 11 millones.
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