Eurovisión 2011, todos con Lucía ¡a seguir haciendo el ridículo!

Eurovisión 2011, todos con Lucía ¡a seguir haciendo el ridículo!
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Al contrario que otros años, este 2011 estoy bastante desligado de todo lo que ha ocurrido en el paripé que cada año organiza RTVE en torno a Eurovisión, y quizá sea por eso que todo lo relacionado con Lucía y su canción “Que me quiten lo bailao” me parece extremadamente cutre. Comenzando por las galas de selección, donde un año más la polémica y los problemas técnicos hicieron su presencia, hasta el videoclip/vídeo casero con el que nos fusilaron poco después, pasando por la campaña de promoción/desacreditación con la que llevan asolándonos durante meses.

Ellos califican de “alegre” a la canción; yo lo hago de “infantil”, de aborto musical que espero no oír ni una sola vez en las casetas de verano al aire libre. En la pública nos vuelven a vender, un año más, las posibilidades de ganar Eurovisión que este año tiene nuestra candidata (que queda por encima del puesto 30 en las apuestas), porque es una canción fresca, innovadora, muy española, alegre y demás eufemismos sacados de la manga; y nosotros picaremos, como cada año, porque en realidad nos encanta toda esta cutrez, nos encanta encender la televisión el domingo y poder despotricar a gusto a nuestro representante y a los demás, cabrearnos con los países que votan a sus vecinos y repetir otra vez aquello de: “Esto está comprado”. Así es el ser humano, que le encanta tropezarse dos veces con la misma piedra.

Aunque en realidad no sé de qué me sorprendo, ¡como si no estuviéramos ya curados de espanto! Desde el año de nuestra “Rosa de España” (que ahora que se habla tanto de la audiencia del Clásico, no está de más recordar que las votaciones de Eurovisión en 2002 tuvieron más audiencia con 14,4 millones de espectadores), Eurovisión ha caído en picado, y cada año hemos intentado hacer un poco más el ridículo. Con ligeros repuntes, eso sí, que aunque “La noche es ‘pata’ mí” de Soraya se pegará la hostia en su año y “Algo Pequeñito” desluciera por el vandalismo de Jimmy Jump, no voy a negar que fueron candidatas medianamente dignas para tratarse del circo al que nos estamos refiriendo.

No sé si Eurovisión fue en algún momento un prestigioso festival de música, mi juventud me impide contarlo de primera mano, pero desde que Grecia ganara participara con “Sagapo” hace ya unos cuantos añitos, todo se ha venido abajo convirtiendo al festival en un concurso para ver quién es capaz de hacer más excentricidades. Hasta un pavo llegó a concursar, en el año en que nosotros mismos decidimos llevar a Chikilicuatre como colofón a una escala de despropósitos que, estoy seguro, no ha tocado techo todavía. Eso sí, el colmo de lo cutre ya lo ganaron las Ketchup con su “Blodymary” y Son de Sol con “Brujería”. En este sentido, Lucía puede estar tranquila.

Entiendo que RTVE no tenga dinero, y que ganar Eurovisión para organizar el festival al año siguiente no es una opción, pero seguir lapidando a la audiencia con tremendo sinsentido no debería tener cabida. Pero claro, Eurovisión da audiencia, y su datazo anual con 5-6 millones (hasta 9 en el caso de Chikilicuatre) no se lo quita nadie. El próximo domingo sábado, 14 de mayo, yo mismo me pondré delante de la tele (Twitter en mano) para reírme entre los estrafalarios, los cutres y los que buscan su minuto de fama. Quién sabe, lo mismo este año hasta nos encontramos algo que realmente merece la pena. Nah, no caerá esa breva.

En ¡Vaya Tele! | Eurovisión 2011: Lucía Pérez nos representará con ‘Que me quiten lo bailao’

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