David Broncano. Hace unos días, esas dos palabras solo significaban un programa de nicho en decadencia, preguntas sobre dinero y follar o, quizá, recuerdos ya añejos de 'La vida moderna'. Hoy, en un país en el que cada acontecimiento es motivo de fractura política, Broncano se ha convertido en un arma arrojadiza entre la gente que, viendo el dedo (el supuesto humor ideológico constante del cómico) no es capaz de ver el bosque (sus preguntas sobre montañas favoritas en entrevistas sin preparar). Unos y otros solo parecen tener clara una cosa: por más que se empeñen, nadie va a vencer a 'El hormiguero'.
David, bronca no
Los primeros programas de 'La resistencia', acostumbrados al humor más formal del late night de Andreu Buenafuente, fueron lo más cercano que estaremos nunca en España de llegar al humor underground de 'El show de Eric Andre'. Los invitados, de segunda división (con suerte), se quedaban de piedra ante unas entrevistas sin sentido, educación ni preparación que pronto se hicieron marca de la casa. En 2018, Movistar Plus+ fue punk a su pesar.
Pero como el propio punk, cuando la gente empezó a querer acudir a esas entrevistas incómodas y a entender al juego que el programa proponía, 'La resistencia' perdió su espíritu rompedor y gamberro. Sí, perduran las brillantes secciones de Jorge Ponce y parte del resto de invitados, pero ya no hay factor sorpresa. Todo el público objetivo del late ya lo conoce y lo ha visto -sobre todo, todo sea dicho, a cachitos por redes sociales-. Pero, por más que lo intenten, se ha quemado. Y no hay nada que puedan hacer.
El programa de Broncano se dirige a una generación que siempre quiere algo nuevo, exige frescura constante y no soporta sentir que está perdiendo el tiempo mientras la eterna variedad de oferta de entretenimiento constante se amontona en las estanterías virtuales. 'El hormiguero' es la otra cara de la misma moneda: sus programas se repiten a sí mismos constantemente, han caído en una rutina aburridísima y el sentimiento de que "puede pasar de todo" se ha aguado con el paso de los años, a medida que se ha ido acartonando y avejentando. Sin embargo, es el programa líder de la televisión actual. ¿Por qué? ¿Qué tiene Pablo Motos que no tenga David Broncano?
Hormigas resistentes
Aunque nuestra burbuja social a veces nos deje otra impresión, hay un gran porcentaje de la población española a la que Pablo Motos le cae rotundamente bien. Sin embargo, ni siquiera importa ni es un motivo real de su éxito arrollador: 'El hormiguero' no se ve por gusto, sino por costumbre. Durante años, ha sido lo único que ha competido realmente en esa franja junto al repaso político de nicho del Gran Wyoming (que se mantiene igualmente por costumbre). Es, quizá, el último bastión de este tipo de televisión lineal: se trata de una tradición y un gusto adquirido, y eso es mucho más difícil de cambiar que un gusto.

'El hormiguero', nos guste más o menos, es tan imbatible como 'Pasapalabra': millones de personas lo tienen como parte de su rutina familiar y no hay nada que TVE, David Broncano ni absolutamente nadie pueda hacer al respecto. En el programa de Pablo Motos lo saben, claro, y por eso han cometido la osadía de convertir paulatinamente un programa para todas las franjas de edad en un solar con "mesa política" donde las secciones más blancas se han ido eliminando poco a poco. No importa. El público les ha dado carta blanca, y la piensan llevar hasta las últimas consecuencias.
Ojo: al principio, 'El hormiguero' no era así. Cuando se emitía en Cuatro, el programa estaba más basado en el humor y el divertimento infantil, no cabía la política y su ambiente casi amateur dejaba una refrescante sensación de libertad. Sin embargo, a medida que sus creadores (y el público) han ido envejeciendo, da la sensación de haberse agriado. Las costumbres no siempre tienen sentido: son costumbres, al fin y al cabo. El confort de saber lo que va a pasar. Y, por eso, Broncano está perdido.

TVE es perfectamente consciente de que 'La resistencia' va a fracasar en su aparente batalla contra Pablo Motos. Porque, por más que se empeñe Juan del Val, no hay una conspiración para acabar con su programa, sino un intento a la desesperada de modernizar un canal público que hace años que no deja entrar nuevas ideas y formatos, anquilosado entre 'Masterchef' y 'Maestros de la costura'. Puede que David Broncano sea, para muchos, un presentador más que amortizado (su programa ha bajado de 53.000 espectadores de media en su apogeo a los apenas 10.000 de hoy en dia), pero para TVE personifica vientos de renovación y cambio para un público que quieren investigar si sigue ahí o se ha ido a pastos más verdes.
La batalla que no existe
Por mucho que los medios nos quieran vender que empieza una cruenta batalla entre 'El hormiguero' y 'La resistencia' (al final, dos maneras distintas de entender la televisión), lo cierto es que la guerra está ganada de antemano por las hormigas de felpa. Aunque Broncano, Castella y Ponce hagan el mismo programa que ahora, sin limitaciones cómicas de ningún tipo (cosa hartamente improbable al emitirse en el access prime time), lo más probable es que su público les descubra después, en el diferido, como hasta ahora. Una vez más, costumbres.

Por la sala de guion de 'La resistencia' ha pasado lo más granado del humor underground español, desde Xavi Daura hasta Miguel Campos o Helena Pozuelo. Es una comedia muy particular que bebe de noches de micro abierto, Monty Python, Eric Andre o Conan O'Brien, pero deja el inevitable regusto de haber estado en un botellón con tus amigos. Es, por así decirlo, un programa universitario y -a su manera- rebelde que no puede competir contra la diversión medida y anquilosada de 'El hormiguero'. Porque a la mayor parte del público que ve la televisión lineal ni siquiera le importa lo que Broncano y los suyos puedan ofrecer. Menos aún, después de leer la cifra "28 millones de euros".
Una cifra que merece cierta explicación para evitar leer las burradas que se han proferido estos días: los 28 millones por dos temporadas no son para David Broncano, sino para todo el equipo. A una media de 155 programas por temporada, sale a unos 90.000 euros por capítulo, algo menos, de hecho, de lo que cuesta hacer 'El hormiguero'. Puede impresionar, claro, pero al fin y al cabo cualquier serie es más cara que 'La resistencia', un programa con vocación de grabarse en el sótano de un bar de Malasaña que va a intentar congraciarse con un gran público que ya se ha puesto en pie de guerra antes de que empiece.
Y eso sin ver aún un solo minuto, conocer los planes del equipo o ver cómo consiguen adaptarse a un horario familiar (esos constantes chistes de drogas de Grison...). Si habéis visto 'La resistencia' alguna vez, lo más probable es que sepáis que todo va a dejar sensación de improvisado, de programa a medio hacer, de niños jugando en una caja de arena. Es lo que TVE busca (el único motivo de su contratación, de hecho) y sus fieles piden, pero está por ver si al hacerse mayores se verán obligados a perder esa libertad casi absurda. Solo el tiempo lo dirá.
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geodatan
Si TVE no quiere perder contra la competencia, que vuelvan a contratar a Jesus Cintora. Justo antes de despedirlo, lideraba las mañanas superando a Ferreras. Pero claro, es incómodo para el PP y PSOE que se cuestione la monarquía.
mazinger5
El principal problema es que los jovenes que es el principal target de La resistencia,lo ve en internet,en cachitos y eso,pero ya tener que verlo ahi en directo cuando lo echen en la tv es dificil
mlax
Desde el minuto 1 se está creando una competición desde fuera y se seguirá haciendo artículos en este sentido porque vende más la polémica que la información.
15140
En tanto en cuanto ha sido una orden directa de Moncloa (con ceses de directivos contrarios a la decisión y todo), TVE no busca nada. Lo busca el gobierno.
Básicamente, gastarse 28 millones de euros públicos en un contrato draconiano para ver si consiguen erosionar un poquito a dos hormigas de felpa que les critican (sí, sí, ese es el nivel).
Eso sí, espero que el programa no se llame "La Resistencia". Teniendo en cuenta que lo ha impuesto "el poder", lo adecuado sería "La rendición" o "La sumisión".
En fin... Hospitales y carreteras.
Ton Sitruc
El rastro de humo apunta más a lo que la mayoría de los medios "más a la derecha" afirman;
El despido de Elena Sánchez, el contrato millonario fuera de toda norma contractual en una cadena que ni vende espacios publicitarios... Por mucho que no me gusten ni Val ni el Hormiguero, me temo que tienen bastante razón y creo que te has dejado un bonito elefante en la habitación Randy...
pepssss
No va a funcionar por qué la parrilla hay que montarla completa.
Hay que arreglar las tardes, cuando tengan buenos datos pasar por el telediario y cuando tenga buenos datos el prime time.
Por eso A3 pagó el pastón que pagó por Pasapalabra.
elefanterosa
David Broncano y Pablo Motos son dos presentadores de televisión que han logrado cierta popularidad en el mundo del entretenimiento, pero lamentablemente su trayectoria está marcada por la mediocridad y el evidente enchufismo por parte del gobierno actual.
En el caso de Pablo Motos, ha logrado mantenerse en el programa El Hormiguero durante años gracias a su relación con altos cargos políticos, lo cual le ha asegurado un lugar privilegiado en la pantalla sin tener que demostrar realmente su talento. Su estilo de entrevista superficial y sensacionalista ha contribuido a su fama, pero también ha revelado su falta de profundidad y capacidad para abordar temas realmente relevantes.
Por su parte, David Broncano ha alcanzado cierta popularidad gracias a su programa en Movistar+, pero su llegada al programa de TVE ha sido recibida con escepticismo y críticas por parte de la audiencia. Su humor corrosivo y provocador no ha sido del agrado de todos, y su presencia en un programa de televisión pública ha despertado suspicacias sobre posibles intereses políticos detrás de su contratación.
En definitiva, tanto Pablo Motos como David Broncano son dos ejemplos de cómo el mundo del entretenimiento en España está marcado por la mediocridad y el enchufismo, en detrimento de profesionales talentosos y con propuestas más interesantes. Es necesario apostar por una renovación en la televisión que no se base en amiguismos y favores políticos, sino en la calidad y la originalidad de los contenidos.
tonicab
Pero si lo han contratado para blanquear a Sánchez con dinero público. Si el dinero lo pusiera el PSOE o una empresa privada no le habrían dado nunca tanto. Es el típico caso de pagar a alguien para ganar votos (tipo ERE de Andalucía por ejemplo).
astoroth
No sabía que había tanto facherío por aquí. Qué barbaridad.
dekerivers
TVE debería dedicarse a emitir series y películas y dejarse de chorradas.
Si no puedes competir no compitas.
anscarixbcn
como comentan el resto esa supuesta competición es más montada que real... ahora aquí el rey de hacer un programa de 4 horas diario es Alfonso Arús que lleva haciendo Arucity desde hace 20 años y le sigue funcionando... basicamente porque es lo que quiere la gente... hay actualidad, hay noticias... pero es fresco y divertido porque por muy basado que esté en videos etc... no se ve tan guionizado son ellos simplemente hablando y comentando y no siempre son correctos, no se meten en circos, no se meten en ideologias no meten la política en todo, y lo mejor siempre es cuando empieza irseles la olla... que hay dias que ha pasado como cuando empezó a trolear a ferreras con lo del volcan poniendolo mas rojo apagando las luces del plató poniendo la música de tiburón y acto seguido poniendo el video de la erupción de la familia que estaba comiendo en la terraza y el marido dice bueeeeno tranquilos da tiempo a comer.... para reirse un poco de como ferreras llevaba semanas tratando la notícia
redio
Me hace gracia que para el redactor la decadencia sea el dinero y follar, cuando solo es cierto humor irreverente en el que está encuadrado el programa, cuando El Hormiguero es casposo y machista.
A Broncano no se le ocurriría a una niña preguntarle si tiene pareja, cosa que si lo ha hecho Pablo Motos, tampoco chistes sexuales del plestoceno contra mujeres cuando es lo habitual en El hormiguero.
Precisamente la gracia de las preguntas es como pretende evadirlas el personaje invitado y la imaginación que tenga en contestarlas, cuando no tiene que contestarlas si no quiere.
Cifra
Yo a Broncano lo veo como dice el artículo, a cachitos por aquí y por allá, A Pablo Motos ni eso, desde que se metió a telepredicador ultra y a ser un casposo con ínfulas que paso de su fea cara. Pero no voy a ver ninguno de los dos porque hace años que no veo la tele "normal", así que por mi como si fichan al Papa de Roma.