Imaginaos por un momento una situación así: David Bisbal rompe con su novia y, en los meses que siguen, se dedica a ir de fiesta en fiesta, donde lo fotografían en evidente estado de embriaguez y haciendo algunas tonterías, hasta que lo pillan, pongamos por caso, afeitándose él mismo la cabeza en una peluquería cutre de Madrid (justo estoy pensando en una cerca del centro). No sólo harían chistes sobre él Buenafuente y Eva Hache, sino que todos los programas del corazón se tirarían como hienas a contar todos los escabrosos detalles y a buscar imágenes de su paso fugaz por una clínica de desintoxicación (ya intentaron hacerlo con Julián Muñoz en la cárcel de Alhaurín).
Ahora, esto que sólo es un ejercicio de imaginación (pero de lo que hemos tenido muchos ejemplos últimamente) está produciéndose en EE.UU. con Britney Spears y su famoso descenso a los infiernos. La situación ha llegado a tal punto, que Craig Ferguson, presentador de The Late Late Show en la CBS, ha decidido públicamente no hacer más leña del árbol caído y abstenerse de burlarse de Spears mientras esté en esta situación vulnerable. Ferguson señala que estos chistes fáciles deberían "atacar a los poderosos (políticos, los Trump), ir a por ellos. No deberíamos atacar a los más vulnerables". ¿Os imagináis a la gente de Sábado Dolce Vita haciendo este acto de contricción?
Vía | Popwatch
