Cada año resulta más evidente que Hollywood se está pasando de la raya con la producción de secuelas. Algunas tienen sentido y mantienen el nivel de exigencia de las originales, pero la mayoría sólo pretende explotar títulos que han tenido éxito en taquilla. Y si las vemos es por la curiosidad que nos despiertan los personajes o porque caemos en las redes de las grandes estrategias de marketing, más que por verdadero interés.
En Pixar, que triunfa este año con la entretenida 'Buscando a Dory' ('Finding Dory', 2016), han reconocido que tienen demasiadas secuelas en marcha y a partir de 2020 volverán a centrarse en historias originales, una medida muy aplaudida. Otro estudio de animación, Laika, ha aprovechado el estreno de 'Kubo y las dos cuerdas mágicas' ('Kubo and the Two Strings', 2016) para aclarar que ellos no van a recurrir al negocio de las secuelas porque, básicamente, destruye la magia del cine.
'Los mundos de Coraline' ('Coraline', 2009), 'El alucinante mundo de Norman' ('ParaNorman', 2012) y 'Los Boxtrolls' ('The Boxtrolls', 2014) son los otros títulos del catálogo de Laika, que celebró su 10º aniversario a finales de 2015. A continuación he traducido una extensa pero muy recomendable declaración del director de Travis Knight, que además de debutar en la dirección con 'Kubo' es el presidente del estudio —por cierto, propiedad de su padre, Phil Knight, cofundador de Nike—:
"Hay un debate, y un debate rápido, que es que nosotros no vamos a hacerlas. No estoy ni siquiera remotamente interesado en hacer secuelas. Puedo entender desde una perspectiva empresarial por qué es una necesidad, sé por qué las compañías lo hacen. Desde luego comprendo que esas cosas pueden ser buenas para el balance, una vez que desarrollas franquicias y marcas, eso puede ser genial para el negocio. No soy como Pollyanna, entiendo que el negocio del espectáculo es ambas cosas, negocio y espectáculo, es arte y comercio, así que encontrar el impreciso equilibrio donde se funden esas cosas puede ser complicado.
Como industria, creo que hemos oscilado el péndulo demasiado lejos hacia una dirección, y se ha llevado eso tan maravilloso que es ir al cine. Recuerdo cuando era niño, estar en esa increíble habitación oscura con un grupo de completos desconocidos, observar esa imagen parpadeante en la pantalla y ser transportado a otro mundo, algo que nunca había experimentado antes. Eso era magia, era una cosa alucinante. Me encantaba. Esas fueron experiencias formativas para mí, se quedaron realmente en mi cerebro, en mi corazón, y ayudaron a dar forma a lo que me he convertido.
Creo que, cuando gran parte del cine moderno son franquicias y marcas, reboots y remakes, secuelas y precuelas, cuando estamos desempolvando todas estas viejas propiedades intelectuales e intentando volver a ofrecerlas, cogiendo todos esos viejos regalos y envolviéndolos otra vez para venderlos como nuevos, hay poca diversión en el descubrimiento y escasa oportunidad de encontrar diferentes aspectos de lo que significa ser humano cuando estamos contando las mismas historias una y otra vez.
Mira, hablo mucho de secuelas porque las odio, pero no estoy diciendo que no puedas contar una historia preciosa en una secuela. Por supuesto que puedes, y algunas de las mejores películas que se han hecho jamás son secuelas. Ahí están El Padrino 2, El Imperio Contraataca, y muchas más. Claro hay cosas como El Señor de los Anillos que son tan extensas que nunca podrías contarlas en un solo film, es parte de una historia general más grande.
Sin duda hay razones artísticas para hacerlo que no están dirigidas por lo financiero, pero creo que en general la mayoría de las secuelas son , y creo que el público se ha dado cuenta. No dejan de funcionarles enormemente bien, pero creo que, con el tiempo, el péndulo se deslizará en la otra dirección. Creo que hay gente que quiere nuevas experiencias, que quieren ir al cine a ver historias sobre quiénes somos, y que realmente hemos dejado de hacer.
En Laika amamos los nuevos retos y amamos desafiarnos a nosotros mismos, y nos emocionamos con eso. Nos encanta contar nuevas historias, explorar nuevos géneros, explorar diferentes aspectos de lo que significa ser humano. Ése es el núcleo de lo que nos impulsa, la clase de películas que hacemos y hacer películas que importan. El modo en el que nos acercamos a nuestros protagonistas es que entendemos estas películas como las experiencias más significativas de sus vidas. Si vas a contar una historia así, entonces, automáticamente, cualquier secuela será una reducción de eso.
Simplemente no estamos interesados en regresar y caminar el mismo terreno. Hay muchas historias diferentes que quiero contar, ¿por qué querría contar algo que, esencialmente, es vomitar lo que ya hemos hecho? Básicamente, quiero tocar todos los géneros cinematográficos antes de morir. El particular modo en el que hacemos películas, que llevan una eternidad... Sólo tenemos un tiempo en este planeta; lo que significa que debemos emplear nuestra energía y recursos en algo nuevo y excitante, y eso es realmente lo que tratamos de hacer en el estudio, contar nuevas y originales historias. En nuestro mundo moderno, puedo entender que eso es una rareza, pero no lo ha sido históricamente, y creo que la riqueza del cine está en ser transportado a nuevos mundos."
Fuente | /Film
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