Uno quiere creer que la ficción española lleva ya un tiempo dando varios pasos en la buena dirección para dejar atrás malos vicios del pasado y ofrecernos series que se salgan de las fórmulas más rancias y desgastadas. Títulos como 'El ministerio del tiempo' o 'Vis a Vis' han demostrado que es posible, pero hay ocasiones en la que parece que lo más sencillo es tirar por el camino fácil sin tan siquiera molestarse en dar al menos un giro de tuerca al asunto.
Por mi parte, he de confesar que nunca he llegado a ver la serie original argentina en la que se basa 'El hombre de tu vida', así que desconozco hasta qué punto todos sus problemas son heredados o es simplemente la consecuencia de cometer muchos errores con un material que en realidad podía dar mucho de sí. Su premisa es interesante y hay otros detalles que invitaban a tener, como poco, curiosidad, pero la ejecución invita a salir corriendo sin mirar atrás.
Echando por tierra todas sus posibilidades
Rancia era la primera palabra que me vino a la mente mientras veía el primer episodio, ya que cogía una idea curiosa desde una perspectiva que mezclaba las comedias televisivas españolas más desfasadas de los años 90 con una extraña tendencia a estructurar la serie de tal forma que en varias ocasiones pensaba que estaba viendo un mal sketch de José Mota, pero sin serlo realmente. Su propia interpretación avivaba esa sensación en algunos momentos, mientras que en otros sí que parece un actor, aunque al menos agradezco que su tono bienintencionado no haya caído por ahora en la ñoñería. No le ha faltado tampoco mucho, eso sí.
Todo ello aliñado con recursos cuestionables, tanto cómicos, como el cura al que da vida Paco Tous y que intenta ser simpático pero en realidad acaba resultando un tanto ridículo en su visión "renovadora" de la iglesia, como, la verdad es que no lo tengo claro, ya que toda la trama de Malena Alterio con su amante me parece un desastre sin paliativos, tanto por lo que ofrece por sí misma como por el daño que hace al personaje de ella, al ser tan avispada por un lado y tan ingenua por otro en temas con demasiado en común. Al menos parece que ya han roto, aunque me da que, por desgracia, volverán sobre ello.
Por lo demás, tampoco ayudan demasiado otros detalles, desde los técnicos, como una banda sonora que me resulta bastante desacertada en su intento de incidir en la ligereza de la propuesta -y ese montaje musical del segundo capítulo también tiene delito en su intento de ganarse el cariño del espectador de forma forzadísima-, hasta otras tramas encaminadas a tener un peso dominante a lo largo de toda la serie -aquí pienso sobre todo en Mota y su hijo de la ficción, tanto por la absoluta falta de química entre ellos como por por la pobre actuación del chaval, aunque aquí me queda la duda de si es más culpa del material o de él-.
¿Esperanzas en el futuro? Casi que ninguna
¿Qué nos queda entonces en esta comedia ligera en la que además su protagonista cambia de actitud de forma tan radical entre el final del primer episodio y el comienzo del segundo que se pierde su completo su discurso de pobre diablo obligado por las circunstancias? Pues lo primero es confiar en que sus tramas episódicas con algunas de las mujeres a las que tiene que enamorar por un breve lapso de tiempo estén inspiradas. Por ahora no sido el caso, pero justo es señalar que quizá sea lo menos desesperante, aunque eso tampoco sea decir gran cosa. Además, da pie a la presencia de nuevos rostros en cada episodio, así que será imposible cansarnos de cualquiera de ellos -y también disfrutar de los que sí logren brillar-.
Lo segundo es ver si consiguen reconducir lo suficiente la relación entre los personajes de Norma Ruiz y José Mota, ya que ahí sí me ha parecido ver alguna posibilidad de que pueda salir algo medianamente digno. No va a haber nada sorprendente en el tira y afloja emocional entre ellos, pero ahí sí que veo algo de química -y coincide también con las escenas en las que Mota parece más actor y no alguien que no se esfuerza demasiado-. Eso sí, no descarto que sea un espejismo o que me lo haya poco menos que imaginado en la comparación con el resto…
Con todo, no descarto para nada que encuentre su lugar entre el público -y también quien disfrute con un sentido del humor más enfocado a la risa tonta de no querer comerse demasiado la cabeza que de algo pensado para provocar la carcajada del público-, que, por ejemplo, es algo mejor que ‘Gym Tony’ -aunque quizá ayuda que su tipo de sentido del humor me resulta menos irritante, porque sus guiones andan a un nivel parejo- y esta última ahí sigue cuando yo no daba ni dos euros por su continuidad.
Los demás, que no seréis pocos, haced como yo y buscaos otra cosa para ver los jueves por la noche, que con dos episodios ya he tenido bastante. De hecho, me ha costado lo suyo acabar el segundo, y algo muy raro tendría que pasar para que viera un tercero, porque es que encima tampoco es entretenida o algo parecido a ello. Menudo horror.
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