Considero que uno de los grandes aciertos de la campaña promocional de 'El ministerio del tiempo' fue dar especial importancia a la buena acogida por parte de crítica, algo que también ha sucedido, aunque en un nivel inferior, en el caso de 'Allí abajo', una serie que en todo momento se ha visto como poco más que una forma por parte de Atresmedia de explotar el éxito de '8 apellidos vascos'. Eso sí, Antena 3 ha protegido todo lo que ha podido a una serie en la que veía un posible gran éxito que acabó logrando al convertirse en el mejor estreno de ficción de Antena 3 desde 1994 y de una serie española desde el estreno de 'Aída' en 2005.
He de reconocer que era bastante escéptico pese a las buenos comentarios que había leído sobre 'Allí abajo', sobre todo porque su extenso tráiler me había dejado bastante indiferente. Sin embargo, anoche me animé a darle una oportunidad y he de decir que me arrepiento de haberle sido "infiel" a 'Mastechef', ya que no me reí ni una sola vez durante todo el primer episodio y a duras penas puedo decir que me entretuvo si estiro mucho el significado de esta palabra.
La escasa inspiración de 'Allí abajo'
Lo primero que hay que aclarar es que la conexión real entre 'Allí abajo' y '8 apellidos vascos' es prácticamente inexistente más allá del choque cultural y del uso de varios tópicos asociados a los vascos y los andaluces, aunque quizá eso cambie con el paso de los episodios, ya que lo más probable es que aprovechen la química entre María León y Jon Plazaola sembrando poco a poco las semillas de cara a una posible relación romántica entre ellos. No obstante, eso no dejan de ser simples conjeturas por mi parte de cara a que la serie saque provecho a una de sus principales y escasas virtudes.
Por desgracia, esa química a la que aludo entre León y Plazaola no se explora lo suficiente más allá del nacimiento de una amable enemistad en la que se redunda en demasía en la desconfianza del segundo hacia el hecho de estar en un hospital andaluz. Esa redundancia es también uno de los grandes males mal de la serie, ya que hay que exagerar de cierta forma los tópicos -pienso por ejemplo en el tiempo cambiante cuando el autobús que llevaba a Dani Rovira al País Vasco llega a dicha Comunidad Autónoma- para llegar a trascenderlos y en 'Allí abajo' todo se queda en la superficie.
Lo que también me queda claro es que 'Allí abajo' no es una sitcom de gags, sino un relato amable que incluye momentos pretendidamente cómicos de tanto en tanto para que ese tono ligero que intenta mantener en todo momento no se desmadre cuando surgen conflictos dramáticos -la caída en coma de la madre del protagonista o la infidelidad del novio de ella-. El problema es que dicha mecánica nunca llega a funcionar al anticiparse el espectador con gran sencillez a lo que se espera y por carecer del brillo necesario en las réplicas, algo que en esta ocasión es sobre todo responsabilidad de un guión bastante mejorable.
De hecho, hasta los elementos disonantes fracasan a la hora de arrancar la carcajada al espectador, pues si bien puedo valorar el hecho de que Mariano Peña se ocupe de un personaje muy diferente al Mauricio Colmenero de 'Aída', lo que no puedo es aplaudir que simplemente sea un poco sinvergüenza y se aproveche todo lo que pueda para hacer lo que le venga en gana si eso no se traduce en nada más que pillerías que serían lo primero que nos vendría a la cabeza en una situación así.
El desaprovechado choque cultural
Me decepcionó especialmente el tratamiento de los vascos dada la fuerte implicación en la serie de Óscar Terol, algo que a la hora de la verdad únicamente noté en el hecho de que participan en la serie varios actores de 'Vaya Semanita', todos mostrando un nivel muy inferior del que sé que son capaces de dar, y en que la insistencia del riojano en criticar ciertas tradiciones vascas no estuvo mal. No ayudó mucho que la única exageración real fuera marcar tanto los acentos, algo que también sucedió en el caso de los personajes andaluces y que nunca llega a encajar bien con el tono de la serie.
Por su parte, Jon Plazaola hace lo que buenamente puede para marcar el contraste entre las tradiciones vascas y andaluzas, pero la cosa no tarda en volverse demasiado monótona incluso en las escenas que comparte con una eficaz María León. Imagino que esa seguirá siendo la situación reinante mientras no se apueste con una más que probable visita de otros personajes vascos al hospital, ya que si la madre del protagonista va a pasarse varios años en coma me cuesta concebir que no sea algo que vaya a acabar sucediendo.
Pese a todo, he de confesar que no llegué aburrirme viendo el primer episodio de 'Allí abajo', pero ese es un logro insuficiente para que una serie de televisión consiga que me comprometa a seguir viéndola, sobre todo si acaba transmitiéndose una peligrosa sensación de monotonía que sospecho que irá a más en posteriores episodios. En definitiva, no llega a ser realmente mala, pero su primer capítulo sí ha estado muy poco inspirado.
En ¡Vaya Tele! | 'Allí abajo', tráiler del 'Ocho apellidos vascos' de Antena 3
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