'The Big Bang Theory' vive esta noche en TNT (hace unos días, lo hizo en CBS) un importante hito del que no todas las series pueden presumir: 200 episodios en antena. Para algunos, si lo han conseguido es porque ya llevan tiempo alargándose innecesariamente. Pero sus fans y esos quince millones de espectadores -de media- que la convierten año tras año en la serie más vista en EEUU, siguen encontrando motivos para quererla. O, al menos, para seguir teniéndole cariño.
Las "Sheldonadas"
Por muy coral que sea -cada vez más- gran parte del peso cómico de la serie descansa sobre Jim Parsons y su personaje de Sheldon. Pese a que en estas nueve temporadas hemos visto como el grupo ha ido educándole emocionalmente, nunca conseguirán que sea humano del todo. Es un genio en física, pero un analfabeto en todo lo que conlleva relacionarse con otros humanos, desde su posición (su CI).
Y es este aprendizaje de la vida es el que más juego da: cada vez que intenta comprender al resto de los mortales nos regala frases y escenas memorables. Por no hablar de todas sus rarezas y manías que muchos identifican como síntomas del Síndrome de Asperger: trastornos obsesivo-compulsivos ("Knock, knock, knock, Penny!...), incapacidad de fingir emociones (¿os acordáis cuando intentó sonreir?) o de entenderlas, como sus problemas con el sarcasmo y, sobre todo, torpeza social. En parte porque no entiende de protocolos y habla sin filtros:
"Me había olvidado de que las personas normales tienen límites".
"Estoy en el mundo real de la gente común, viviendo sus incoloras y ordinarias vidas... ¡Hola persona común!"
"Lo siento, no comprendo qué situación social es esta. ¿Podrías guiarme sobre cómo proceder?"
"La necesidad de encontrar a otro ser humano con quien compartir la vida siempre me ha asombrado, quizá porque yo me encuentro interesante sólo a mí mismo. Y dicho esto, os deseo que seáis muy felices el uno con el otro, igual que yo lo soy conmigo mismo".
"Shamy"
Al lado de un gran hombre (y no detrás) siempre hay una gran mujer. Aunque Amy Farrah Fowler se maneja mejor en la vida que Sheldon y es estrambótica en otros sentidos -por ejemplo, vistiendo-, todo raro necesita de una rara que le entienda. Recordemos que Amy es esa novia que aceptó firmar un contrato que establece los términos de su relación y tuvo la paciencia de esperar tres años para recibir un beso y cinco para tener sexo.
Nunca pensamos que llegaría, pero Sheldon por fin ha demostrado interés por sus digamos "impulsos" biológicos. Aunque de momento parece que sólo se ha quedado en un regalo de cumpleaños. El descubrimiento del amor por parte de ambos, aunque sea esa parte almibarada que han ido añadiendo a la serie de inadaptados (también para el sexo) original, es una historia que engancha. Y teniendo en cuenta que de momento queda cuerda para rato, es emocionante seguir el camino con ellos.
La integración de las chicas
Convertir la ciencia en materia de humor no es fácil. Tampoco engancharnos a diálogos con un lenguaje tan específico que sólo otros físicos, astrónomos o ingenieros logran entender a veces. Claro que Sheldon no se lo pone fácil ni siquiera a Penny, a quien intentó enseñar Física. O atraernos con todas esas referencias freak/geek, si no es nuestro rollo: videojuegos, comics, sagas de películas, juegos de rol...
Y mucho más difícil aún es encajar a cuatro chicas en este esquema. Aunque hay desertores de esta nueva 'TBBT' con chicas, el resultado de la fusión es una reacción inesperada que da lugar a situaciones como ésta...
O ésta...
O incluso a intensos debates sobre cuestiones como el poder del martillo de Thor:
Raros, pero divertidos
Por mucho que hayan evolucionado los personajes y sus vidas en estos nueve años, no han llegado a perder su esencia. Siempre serán nerds. Y la serie nunca dejará de explotar esta faceta. Entre otras cosas porque cuenta con un universo infinito de referencias que le da infinitas posibilidades. El mérito es seguir haciendo "lo mismo" durante nueve años y aún resultar fresca.
Tampoco es que ellas sean el vivo ejemplo de la "normalidad". Entendiendo normal por lo que la sociedad nos impone como tal, que a veces no lo es tanto. Sus días o (noches) de chicas cuando deciden pasar de sus novios y de jugar a Halo o Dragones y Mazmorras también dan lugar a momentos bizarros.
'Fun with flags'
'The Big Bang Theory' también tira de recursos metatelevisivos, como este falso programa online en el que Sheldon intenta vendernos las banderas como algo divertido. Y acaba siéndolo, sobre todo porque ya no sólo funciona como gag recurrente, sino que casi tiene vida propia: lo utilizó para canalizar todo su despecho cuando Amy le dejó. Y se convirtió en un consultorio sentimental por San Valentín.
Como parte de sus privilegios por formar parte de una relación ya consolidada con Sheldon, Amy ha ascendido de operadora de cámara a lo más parecido a co-presentadora del programa. Viniendo de un ególatra como Sheldon, es una prueba de amor verdadero.
La importancia de tener un Stuart
Stuart es ese personaje que nos recuerda el origen de todo; quiénes eran Sheldon, Leonard, Howard y Raj antes de adaptarse socialmente, empezar a tener novias e incluso convencerlas para que se casen con ellos ("smart is the new sexy", reza uno de sus lemas). Mientras ellos se han "normalizado" algo más el guión no tiene piedad con Stuart. Claro que no contaban con la desgracia de perder a Carol Ann Susie (la madre de Howard, o mejor dicho, esa voz) con quien formaba tan buen dúo cómico.
Aunque tras este giro dramático de la vida real y su mudanza de la casa de los Wolowitz le ha dejado con menos escenas, sigue aportando algo fundamental: ser ese secundario capaz de convertirse en un robaplanos. Y lo consigue sólo con una expresión de su cara.
Los cameos
Los cameos ilustres son marca de la casa: desde Stephen Hawking, que se ha convertido casi en un habitual -también podréis verle esta noche, junto al mítico Batman Adam West- hasta parte del reparto de Star Wars y Star Trek. El momento en el que Leonard Nimoy apareció por primera vez -en espíritu, a través de un poco de ADN en una servilleta- fue el día más feliz en la vida de Sheldon (y uno de los mejores momentos de la serie).
Tampoco lo vimos cuando participó dándole voz, personalidad y conciencia al muñeco de acción de Sheldon, aunque nos dejaron pruebas de que Nimoy estuvo de verdad en el set. Y ¿no es un lujo haber visto a Carrie Fisher antes de su regreso a la saga echando a Sheldon y al mismísimo Darth Vader (James Earl Jones) de su casa? Sí, casi todos los famosos terminan pidiendo una orden de alejamiento.
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