N o somos pocos los que defendemos que en ciertos casos una película puede ser tan mala que acaba dando la vuelta sobre sí misma y convirtiéndose quizá no en algo bueno, pero sí en un gran entretenimiento. En Syfy llevan años jugando con esa idea a través de su asociación con The Asylum para sacar adelante auténticos disparates en forma de Tv movies. La receta se basa en echar mano de premisas rocambolescas gastanto lo mínimo imprescindible –o incluso por debajo de ello- en su realización.
Los tiburones han sido uno de los principales temas de estas películas para televisión, dando pie a aberraciones como la mutación entre pulpos y dichas criaturas en ‘Sharktopus’ (id, Declan O’Brien, 2010) o ‘Tiburones en Malibú’ (‘Malibu Shark Attack’, David Lister, 2009), donde un tsunami provoca el resurgir en un escualo prehistórico que se creía extinguido, el cual no tardará en empezar a sembrar el caos. Sin embargo, Syfy y The Asylum han alcanzando una cima difícil de superar con ‘Sharknado’ (id, Anthony C. Ferrante, 2013), cinta en la que un tornado repleto de tiburones amenaza con acabar con la ciudad de Los Angeles. Sí, no habéis leído mal, un tornado con tiburones en su interior, y no es más que el principio de lo que podemos encontrar en ‘Sharknado’.
’Sharknado’, un éxito arrollador en twitter
Cualquier producción televisiva daría lo que fuera por igualar los datos de ‘Sharknado’ en twitter durante su emisión el pasado jueves 11 de julio. Seguro que todos recordáis la fiebre que se montó en dicha red social con motivo de la emisión de ‘Las lluvias de Castamere’, pues bien, ‘Sharknado’ prácticamente triplicó los datos alcanzados por el noveno episodio de la tercera temporada de ‘Juego de Tronos’. Pasamos de 241.000 tweets durante su emisión a 602.000, una auténtica locura en la que también participaron varias personalidades de Hollywood como Damon Lindelof bromeando sobre escribir la secuela u Olivia Wilde proponiendo a Elizabeth Banks el interpretar a dos gemelas unidas por una cola de tiburón en ‘Sharknado 2’. Se rompió Internet, así de sencillo.
‘Sharknado’ también ha servido para demostrar una vez más las grandes diferencias entre ser un bombazo en Internet y el serlo realmente en lo concerniente al número de personas que lo vean. La audiencia media de estas tv movies de Syfy ronda los 1,5 millones de espectadores, con alguna consiguiendo duplicar esos números, pero ‘Sharknado’ ni siquiera llegó a la media, teniendo que conformarse con haber reunido a 1,4 millones de personas ante su televisor. Eso sí, el mito ‘Sharknado’ no va a acabar ahí, pues Syfy ya ha programado su remisión para esta misma semana y la secuela es mera cuestión de tiempo –poco si tenemos en cuenta los estándares de calidad de estas producciones-. Sin embargo, ahora ha llegado el momento de comentaros mis impresiones durante el visionado de 'Sharknado'.
Un completo disparate
‘Sharknado’ es una película en la que para bien no hay nada realmente destacable. Las actuaciones son lamentables —sólo la aparición de Tara Reid resulta llamativa, pero por ver lo bajo que ha caído y el lamentable estado de su cara, pues parece que va a caérsele la piel de un momento a otro—, los efectos especiales parecen hechos con un ordenador que ni siquiera era tecnología puntera en los años 80 y el guión, bueno, el autor del mismo comentó en una reciente entrevista que su principal motivación para hacerla fue que la idea era lo más ridículo que había oído en su vida y la desarrolla en consonancia a ello.
El sentido se ha ido de vacaciones y lo que queda es una sucesión de disparates con unos cuantos momentos de relleno para conseguir acercarse a los 90 minutos de duración. También hay lugar para pequeños apuntes de humor que no podrían ser más desacertados —esa broma a costa de la regla— y apariciones aleatorias de personas cuya presencia está clara que es para no tener que cargarse a ninguno de los protagonistas —o al menos no hacerlo antes de tiempo—. Sólo la política de ‘es tan malo que es bueno’ juega a su favor, tal y como veremos a continuación.
Los grandes momentos de 'Sharknado'
Juzgar por sus valores artísticos a 'Sharknado' no deja de ser una completa pérdida de tiempo, ya que en su propia naturaleza está el ser un producto trash cuya existencia se basa en un puñado de escenas en las que el espectador ha de reaccionar acaba desconcertado, ya sea para mal o incluso recurriendo a los aplausos según la cantidad de alcohol que tenga en sangre. Hay varios pequeños instantes dignos de ser celebrados, pero creo que hay al menos tres momentos que todo el mundo debería conocer sobre 'Sharknado' antes de morir.
1- Los tiburones llegan a Los Angeles. Puede que la tremenda estupidez de los bañistas que no huyen a toda prisa cuando se da la alarma de la llegada de los tiburones no os parezca suficiente, tal vez que un tiburón sea asesinado con un palo de billar no sea lo suficientemente espectacular y existe la posibilidad de no soltar una carcajada de incredulidad ante el hecho de alguien reciba un bate de béisbol cuando solicita algo peligroso con lo que aplacar a los tiburones, pero el plano en el que un personaje noquea a un escualo con un taburete, consiguiendo que se dé a la fuga —de hecho, ni se para a comprobar que esa sea su reacción— es demasiado genial como para obviarlo.
2- Las letras asesinas. ¿Quién podría esperar que los tiburones no fuesen los únicos asesinos de la función? Pues bien, como estarían quedándose sin ideas suficientemente espectaculares y había que reservarlas para el final, los responsable de 'Sharknado' no dudaron en hacer que las letras del cartel de Hollywood salgan volando y se conviertan en armas mortíferas que acaban llevándose por delante a un personaje que acababa de aparecer, pero era antipático y egoísta, con lo que la muerte era su único destino posible.
- 3- El hombre (y la motosierra) contra el tiburón. Nadie debería dejar de ver esta escena —la tenéis en su integridad justo encima de este párrafo—, ya que su nivel de mamarrachismo es tal que a uno sólo le queda rendirse ante 'Sharknado'. ¡Un hombre lanzándose con una motosierra en las manos al interior de un tiburón, consiguiendo vencerlo y encima rescatando con vida a otro personaje que ya estaba siendo digerido en su interior! Todo lo anterior ni siquiera nos había preparado para un momento tan absurdo como épico.
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