No podrías matarme aunque lo intentaras por cien años.
Nos hemos acostumbrado a disfrutar de un buen puñado de grandes personajes en una serie como 'Vikings'. Para muchos, su preferido será Ragnar, para otros, Rollo o Floki; pero seguro que muchísimos están de acuerdo en poner entre los puestos de oro a uno de los personajes femeninos más potentes de la actual ficción. Se llama Lagertha y es corazón, sensatez, bondad y fiereza.
Ante todo, es inevitable comentar que Lagertha es algo más que un personaje, es un símbolo de muchas más cosas. El personaje interpretado por Katheryn Winnick representa a todas las mujeres vikingas y no puede hacerlo con mejor desempeño. Ella nos muestra cómo era esta sociedad y cómo las valoraba como guerreras, algo muy difícil de encontrar en cualquier otro pueblo de esa época.
Encima es buena persona
Soy de hierro y me forjo a mi misma.
Lagertha es atractiva, inteligente y decidida pero, sobre todo, es una buena persona, con un sentido de la honestidad y la lealtad que están fuera de toda duda. Casi podríamos decir que estamos seguros de que siempre será una gran aliada de Ragnar y nunca le traicionará, algo que no podemos aplicar a cualquier otro personaje.
La vikinga ha crecido mucho durante su experiencia en esta serie. Empezó como una esposa y madre de familia, una mujer que había enterrado su hacha de guerra pero no su fama como doncella escudera. Acompaña y apoya a Ragnar en su decisión de viajar en busca de ese fantástico lugar llamado Inglaterra y está a su lado cuando ha de escapar para salvar su propia vida.
El futuro no puede parecer más próspero para este joven matrimonio, pero todo se tuerce. Pues sí, Ragnar se deja seducir por otra mujer (a la que luego ni va a querer ni nada, es que, hay que tener pocas luces...) la deja embarazada y se le presenta en su casa con todo el problemón. ¿Y qué hace Lagertha? Echarse a un lado y buscar su nuevo camino, con una dignidad que nos hechiza.
Más aventuras
Una verdadera reina no necesita de rey.
En realidad, todo esta desgracia nos vino genial para poder verla crecer como personaje y no tener que vivir bajo la sombra de alguien tan poderoso como Ragnar. Así, vemos a Lagertha protagonizar sus propias aventuras y tener que salvar el pellejo cuando ha de enfrentarse a un marido que la maltrata y que no sabe con quién se la está jugando.
Nuestra chica llega a ser condesa y, en ese momento, uno de los más peligrosos para Ragnar, en el que su familia corre un serio riesgo; Lagertha no olvida a quien tanto ha querido y corre a ayudarlo de una manera tan clara y contundente pero, a la vez, sin levantar ningún revuelo ni pretender nada a cambio, que sólo podemos hacerle la ola.
Por mucho tiempo
¿Mujer? ¿Se supone que eso es un insulto?
Su participación como una de las aliadas más fuertes y determinadas del rey Ragnar nos ha dejado momentos espectaculares. Lagertha fue quien quedó al cuidado de las tierras de Wessex que Ecbert confió a los hombres del norte y allí volvió a demostrar su capacidad para las mejores acciones. Pero también para pasarlo bien cuando se tercie, con ese affaire amoroso con el rey que tanto coqueteo arrastró.
Y después, más traiciones, más redención y esa manera en que ella demuestra su poderío. Batallando como la primera, marchando a Paris para hacer su propia marca en los libros de historia, consiguiendo seducir a quien daría todo por poder resistir a su encanto y mostrándonos un personaje tan complejo e intenso como rotundo y fiel a sus principios. ¿Nuestro único miedo? Pues que entre tanta batalla, tanta traición y tanta plaga propia de la época, nuestra Lagertha puede desaparecer para siempre. Y eso sí que no, por ahí no pasamos.
En ¡Vaya Tele! | La importancia de llamarse
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