Los primeros Premios Oscar se celebraron en mayo de 1929. Una fecha tan lejana, casi un siglo, que nos resulta casi imposible que quede nadie vivo que estuviese alrededor de esos premios. O incluso que naciese próxima a ellos para compartir longevidad. Pero la hay, y no están precisamente lejos de la industria cinematográfica.
Pocos meses después de esos primeros Oscars nació June Squibb, una de esas secundarias de oro en el cine mainstream de Hollywood que tuvo sus roles especialmente relevantes con una edad ya avanzada. Pero lejos de conformarse, a sus 94 años ha buscado algo más que empezar a protagonizar películas. Ha querido tener su propio thriller de venganza con ‘Thelma: La venganza nunca ha sido tan dulce’.
La acción no tiene edad
Con un toque obviamente más cómico, pero claramente mirando hacia fenómenos como ‘Venganza’ u otras películas de acción con estrellas ya avanzadas en la mediana edad, esta pequeña película tuvo una buena acogida durante su paso por el Festival de Sundance. Meses después, nos llega al fin a España con un estreno directo en plataformas de alquiler (de Movistar a Apple TV, Amazon o Filmin), pero sigue siendo una película que tener en el radar.
Con más de 90 años, la anciana Thelma Post intenta lidiar con los complicados mundos de la tecnología gracias a la ayuda de su nieto y también con un entorno que considera que no puede valerse por sí misma. Un día un estafador se hace pasar por su nieto para arrebatarle todo lo que tiene, pero Thelma no está dispuesta a dejar estar las cosas y trama una venganza potencialmente mortal.
Por supuesto, no podemos esperar que Squibb haga secuencias de acción como si de un Liam Neeson se tratase, o un Tom Cruise. Aunque sí que se presta a hacer secuencias con cierto ritmo, aunque controladas, para darle una vuelta satírica a esta clase de thrillers de acción que han proliferado tanto. Y de paso dejándolos un poco para el arrastre al señalar sus vergüenzas.
‘Thelma: La venganza nunca ha sido tan dulce’: reivindicando leyendas
Consigue que en hora y media no se le gaste la gracia demasiado, y es en parte gracias a un componente emocional muy cuidado. Parte de la película de Josh Margolin apuesta también por una sentimental buddy comedy con el personaje del nieto, desarrollando una relación especial que saca a relucir ideas sobre como desde la adultez se trata de ejercer un control agobiante sobre los que se considerar más desprotegidos (lo estén de verdad o no).
Mención también especial al difunto Richard Roundtree, que hizo aquí su última película antes de morir y consigue estar también gracioso en su parte de sátira de los héroes de acción envejecidos, formando también otra estupenda pareja con Squibb. ‘Thelma’ al final resulta ser más simpática que especial, pero sin duda es una buena ocurrencia con la que es fácil encariñarse, y es un buen tributo para una de esas leyendas algo pasadas por alto del cine estadounidense.
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