Puede que el título Killer of Sheep no le diga nada a mucha gente, en especial, a los fanáticos de las grandes producciones veraniegas de Hollywood, o como los recalcitrantes del cine clásico. O puede que suceda todo lo contrario: que haya quienes salten de entusiasmo a la sola mención del filme de Charles Burnett.
Vi el filme de Burnett, como muchas otras películas extrañas, a principios de los noventa, durante mis estudios de cine. Spike Lee se encontraba en el apogeo de su carrera y el movimiento del cine independiente afroamericano había hecho erupción. Disturbios generalizados hicieron arder la ciudad de Los Ángeles y Burnett estrenaba su tercer largometraje, To Sleep with Anger.
Fue por esta película que supe de la existencia de Killer of Sheep. Pero cuando vi la ópera prima de Burnett, en ese entonces, no supe que había tenido el privilegio de ver lo que los estadounidenses llaman "una joya poco vista". Sólo ahora vengo a enterarme de que Killer of Sheep nunca fue estrenada comercialmente, por problemas con los derechos de autor de las canciones de su banda musical. El filme ha vivido casi como un mito del cine estadounidense.
Con una trama mínima, en blanco y negro y con marcadas influencias del neorrealismo italiano, Killer of Sheep describe en clave existencialista, con ternura y humor, la rutina de Stan, el matarife de una carnicería en el gueto de Watts, en Los Ángeles, a mediados de los años 70. Aquejado por la falta de dinero y por angustias que le quitan el sueño, Stan consigue consuelo en pequeños detalles de su vida cotidiana: la visión de su hija, bailar lentamente con su mujer, una taza de café...
Charles Burnett filmó su obra maestra al terminar sus estudios de cine en la Universidad de Los Ángeles. Lo hizo en sus fines de semana, con un presupuesto inferior a los 10 mil dólares, en 16mm, y con un equipo técnico minúsculo. Killer of Sheep es el resultado del trabajo de un hombre orquesta: Burnett escribió, dirigió, fotografió, hizo la cámara y editó su filme.
Completado en 1977, la cinta labró su reputación en el circuito de festivales y cimentó su fama al ganar un premio en el Festival de Berlín, en 1981.
Finalmente, tres décadas después, una pequeña distribuidora ha rescatado este filme para el gran público, con la ayuda del realizador Steven Soderbergh, quien aportó la mitad de los 150 mil dólares que se necesitaban para la licencia de los derechos de autor de la banda musical. Después de su exhibición en salas comerciales, Killer of Shepp será distribuido en DVD.
A continuación podrán ver el trailer de esta gema del cine americano.
Vía | IndieWire