Primera película basada en un videojuego que se estrena durante estos días; la segunda está al caer y ya hablé de ella en su momento, ahora comprobareis vosotros mismos si quereis, el suplicio que yo pasé viendo la cosa esa de Uwe Boll. Las cosas con 'Doom' cambian un poquito a mejor, afortunadamente, aunque tampoco es para tirar cohetes ni muchísimo menos, pero sí es mejor de lo esperado.
La acción transcurre en el futuro (cómo no) en el planeta Marte, en un laboratorio en el que realizan experimentos con el ADN. En uno de esos experimentos algo sale mal y ocurre una desgracia. Un grupo de marines es enviado al planeta para encontrar la causa del accidente, y eliminar todo elemento hostil que represente una amenaza para la Tierra. ¿No os recuerda la sinopsis a otra película realizada en 1986, absolutamente magnífica, y que hoy es una obra de culto?
La verdad es que 'Doom' bebe bastante de esa película, en cuanto a lo que se refiere al grupo de marines enviados a una misión, en la que se encontrarán con muchas sorpresas nada agradables. Desconzco totalmente el videojuego, aunque viendo la película me hago una idea. El caso es que antes de verla, pensaba que me iba a encontrar con el típico bodrio sin pies ni cabeza, sobre todo cuando el firmante del film es el nefasto Andrzej Bartkowiak, quien es mejor que siga dedicándose a sus labores de director de fotografía, y no atente contra el séptimo arte dirigiendo películas, cómo ha hecho con sus dos últimos bodrios.
Tampoco voy a decir que 'Doom' sea una buena película porque no lo es, pero desde luego tiene aciertos, y todos ellos en lo referente a lo visual. A pesar de que la acción se sitúa en Marte, nunca vemos un exterior del planeta, siempre es en interiores, en los que casi no hay luz, para poder crear la típica atmósfera de terror. Siendo consciente de que su punto de partida es un videojuego, se toma tal propuesta al pie de la letra, llegando a sorprender al espectador en su tercio final, cuando durante unos diez minutos la película pasa a ser literalmente un videojuego, con una escena en plano secuencia en la que sólo vemos un arma en primerísimo plano que va liquidando a cuánto bicho se le ponga por delante mientras es recargada de vez en cuando. El acierto de esta escena es que, con un guión tan simple, está totalmente justificada e ingeniosamente metida, por lo que incluso queda bien, cosa que no se puede decir de otro de los bodrios de Uwe Boll titulado 'House of Dead' donde las cosas suceden sin ton ni son y porque sí.
Después la película es mínimamente entretenida. Lamentablemente su guión cae en los lugares más tópicos y en cuanto a personajes es donde termina cayendo en el más profundo de los desastres, ya que prácticamente todos están mal dibujados y sus motivaciones son totalmente inexplicables. Karl Urban es el protagonista y se pasa toda la película con cara de estreñido, encima su personaje tiene un trauma infantil, con lo mal que queda eso en las películas de acción. The Rock prefirió hacer un personaje secundario porque decía que le resultaba más interesante que el principal; razón no le falta, pero sigue siendo más de lo mismo, aunque hay que reconocerle a este actor que en este tipo de películas, y en otras también, se arriesga más que los héroes de acción de los 80 y 90 y cuyos nombres no voy a citar porque ya os los sabeis.
Una floja película pues, que por poco no logran hacerla buena. Habrá que estar pendientes de la próxima adaptación de un videojuego para ver si han sacado algo de provecho de este intento, siempre y cuando no esté dirigido por Uwe Boll, por supuesto.
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