Netflix estrenó '7 años', su primera película española de su cada vez más amplio catálogos de títulos exclusivos, ayer 28 de octubre. Con motivo de su lanzamiento en todos los países en los que opera tuvimos la ocasión de entrevistar tanto a Roger Gual, su director, como a Alex Brendemühl, uno de sus grandes protagonistas. A continuación os dejo el resultado de la charla que mantuvimos con ambos.
¿Cómo nace la película?
Roger Gual: Nace porque me mandan un guion de José Cabeza que escribió esta historia hace tres o cuatro años ya. A mí me lo mandaron hace dos, lo leí y me encantó desde el principio. Pasa porque veces esto de que te lees un guion del tirón y te gusta y tanto a Christian Conti como a Fede Jusid les dije que quería estar implicado en el proyecto como fuera.
Buscamos la manera de financiarla y se abrió la puerta de Netflix en el momento en el que leyeron el guion y les presentamos un reparto que les gustó mucho. A partir del momento que dijeron que sí, todo se aceleró. Empezamos en octubre-noviembre del año pasado y ahora estamos en octubre presentando la película, hemos ido bastante rápido. Rodamos en enero-febrero, tres semanas de ensayo y tres-cuatro de rodaje.
¿Y cómo entró exactamente Netflix en el proyecto?
Roger Gual: Fue porque estaban buscando proyectos para producir con talento local pero tenían que reunir una serie de condicionantes. Tuvimos la suerte de estar en el momento adecuado en el sitio apropiado. Estaban buscando una película que no fuera muy complicada a nivel de producción, relativamente abarcable y que cumpliera ciertos requisitos a nivel de universalidad.
Roger, ¿en qué te basaste para elegir a los cinco protagonistas?
Roger Gual: Pues recuerdo que hicimos muchas conversaciones por Skype y por teléfono tanto con Fede como con Christian, los dos productores. Uno estaba en Los Ángeles, el otro en Madrid y yo en Barcelona. Intentamos sobre todo tener cinco muy buenos actores, que quisieran jugar a esto, con las reglas que permite un rodaje de estas características, que es muy intenso.
Mi sistema de trabajo hace que los actores estén en set y en situación todo el rato. Paramos para cortar la toma, van al baño, los sentamos otra vez y seguimos. No hay tiempos muertos prácticamente. Eso también facilita que la cámara coge lo que es verdad al estar todo el rato en situación. Las tres semanas de rodaje fueron muy intensas y hacia el final notábamos la carga de la olla a presión de la misma historia.
Alex, ¿cómo te llega la oferta para dar vida a Marcel?
Alex Brendemühl: A mí me llamó Roger Gual, que es un gran amigo mío y con el que ya había trabajado en dos proyectos previamente, porque siempre que hay algún personaje que crea que encajo me llama, cosa que me alegra mucho. En este caso me habló de una película que iba a rodar, me leí el guion, me gustó mucho y la verdad es que todo fue muy rápido, se precipitó y ya estábamos, sin darnos cuenta, rodando la película.
Fue un proyecto entre amigos que a mí me apetecía mucho, con algunos actores que ya conocía y otros que no. Un trabajo así, tan a fondo, digamos de laboratorio, de meternos en una localización y trabajar y experimentar sobre las intenciones de esa historia.
La práctica totalidad de la película tiene lugar en un único escenario y todo gira alrededor de vuestra actuación, ¿ensayasteis mucho para encontrar lo que exactamente buscabais?
Alex Brendemühl: Estuvimos dos semanas ensayando, retocando el texto, cambiando cosas que no nos parecían creíbles. Intentando buscar también la coherencia del planteamiento de la trama y debatimos mucho entre los actores con el director para encontrar el máximo sentido y la historia de estos personajes, de dónde vienen, cómo han llegado a esa situación límite y qué nos unía.
Luego el proceso de rodaje fue relativamente corto, pero muy intenso, porque estamos encerrados en esa localización viviendo y reviviendo la misma historia, probándola del derecho y del revés. Al final incluso tuvimos la posibilidad de rodar cronológicamente la historia, prácticamente sin cortarla y tener así la sensación de estarla viviendo en el momento. Para los actores es un lujo, porque está muy enfocado al trabajo del actor.
Roger ama a los actores y le gusta sacar el máximo provecho de los actores que tiene y de las relaciones que puede establecer con ellos.
En el caso de tu personaje, ¿recuerdas algún detalle que no te encajara y que acabaseis cambiando?
Alex Brendemühl: Marcel era un personaje que me costaba. Me supuso un reto porque lo sentía tan alejado de mí mismo y entonces tuve que llegar a entenderlo y a habitarlo. La acotación primera del personaje es que era un personaje con mucho carisma, ¿cómo se hace eso? El carisma es un resultado y cómo llegas a hacer ese proceso fue la parte que me costó más y aún no sé si he triunfado.
Alex comentaba que durante los ensayos ajustasteis un poco los personajes para que todo terminase de encajar, ¿recuerdas algún detalle que cambiaseis o alguno nuevo sin el que la película se resintiera?
Roger Gual: Lo que yo hago siempre por mi sistema de trabajo es no obsesionarme con un personaje que está escrito e intentar que ese actor interprete ese personaje, sino ver cómo va evolucionando en ensayos y acercarlo al actor. Hacer al revés, que el actor se lo lleve a su propio terreno y que se sienta más cómodo con él y que al final del proceso incluso pueda responder a preguntas sobre él mejor que yo o el guionista.
Yo creo que eso es muy bueno y seguramente el proceso de trabajo hace que vaya a favor. ¿Cosas concretas? Pues no sé, si sabíamos que el personaje de Alex Brendemühl era el cabrón elegante, el personaje de Juan Pablo Raba el cabrón honesto, que va de frente y dice las cosas, el de Paco el cabrón oculto y el de Juana la cabrona fría y calculadora. Luego cada uno de ellos basados en esos estereotipos podría encontrar los matices para tener muchas caras.
Una cosa que he notado es que al principio los planos eran muy abiertos y luego acabas muy encima de los actores, ¿crees que hay algún momento concreto que marca el corte entre ambas situaciones?
Roger Gual: No, por sistema de rodaje sí que es verdad que tuvimos una decisión técnica con el dirección de fotografía que era que las lentes que íbamos a usar iban a ser cada vez más angulares, de manera que empezábamos con un 50, creo, y fuimos reduciendo hasta un 18, con lo cual, al final de la película, la cámara está mucho más encima de los actores. Eso generaba cierta incomodidad y daba esa sensación de opresión y mal rollo.
Intentamos que fuera bastante progresivo. Sí es verdad que hay dos momentos bastante giro de guion, como en el que pegan a Paco, pero intentamos que tuviera una cierta unidad, a pesar de que haya elipsis entre medio, de espacio y tiempo toda la película.
Roger, después de grabar la película volvisteis a rodarlo todo de forma cronológica, ¿qué buscabas con ello?
Roger Gual: Era una de las pocas películas en la que podía hacer algo así e intenté hacer en una toma toda la película, como si fuera una obra de teatro, pero parando para cambiar tarjetas y batería. Eso nos dio la libertad de poder probar muchas cosas que habíamos estado investigando o intuyendo pero que no habíamos terminado de poder acabar. Ese día fue el día de juego y de ahí hemos sacado mucho material. Yo creo que la mitad o más.
Alex, tu personaje también es bastante manipulador, porque enseña una con todos pero luego va por detrás preparando el camino para no ser él el elegido, ¿te dio Roger alguna indicación concreta al respecto?
Alex Brendemühl: Bueno, es un tiburón sin escrúpulos que vendería hasta a su madre por sacar provecho de una situación. Es alguien que no es leal ni a sus amigos ni a sus principios. Lo que pasa es que luego tiene es giro inesperado en el que también ves que ese personaje que parece que controla todo lo que hace no lo es tanto y acaba siendo lo que no te esperas. Me interesaba ese reto de un personaje que progresivamente iba perdiendo los papeles.
Imagino que también habrás reflexionado sobre lo que harías tú de estar en una situación como la de la película, ¿te asemejarías a la postura de alguno de los cuatro personajes o sería algo muy distinto?
Alex Brendemühl: Yo me considero más sentimental que esos personajes. En ese sentido el que me resulta más cercano es el de Paco, porque es el primero que se plantea la duda de que sea la premisa adecuada de tener un chico expiatorio, el único que plantea si la amistad está por encima de esta situación y que se niega un poco a entrar en ese juego de lotería de a ver a quién le toca.
‘7 años’ es la primera película española de Netflix, ¿crees que podría ser el futuro para un tipo de películas que cada vez lo tienen más difícil para competir con otras en salas?
Alex: Sin duda, es hacia donde estamos yendo. Es la primera piedra para que aquí empecemos a producir cine de otra manera. Se está viendo que hay que evolucionar y Netflix lo ha entendido muy bien. Para poder encontrar esa perspectiva de poder presentar películas que se vean en todo el mundo a mí me da mucha ilusión.
Roger Gual: No lo sé. De momento es una oportunidad para que películas más indies tengan un tipo de estreno mucho más global del que podrían tener si fueran sólo a salas. Cada vez más cuesta ver películas indies o de autor en salas, que las ocupan los blockbusters o las películas para adolescentes. También es normal, pero tiene que hacerse hueco para todos. SI eso abre una puerta a poder hacer más cosas, yo creo que es la manera. Veremos a ver hacia dónde va.
Hubo cierto secretismo hacia la película hasta hace bien poco, con lo cual no hubo que empezar a promocionarla durante el rodaje; Alex, ¿te sentiste más cómodo así?
Alex Brendemühl: La verdad es que sí, porque durante el proceso de rodaje estuvimos muy aislados y nos metimos a ese laboratorio a crear nuestra película. Luego se ha mantenido el secretismo para lanzar ahora la película con más concentración y ya me parece bien. Hemos podido separar un poco los procesos.
Alex, últimamente estás rodando mucho fuera de España, ¿te cuesta encontrar proyectos interesantes en nuestro país?
Alex Brendemühl: La verdad es que me están llegando más proyectos de fuera que de aquí, y muchos proyectos de aquí está costando levantarlos, conseguir la financiación por los caminos habituales. Estoy viendo que también me están reconociendo mi trabajo en Francia o Alemania y a mí me da la posibilidad de crecer, aprender y hacer otras cosas. Me encantaría trabajar más en España, pero si no es así aprovecho la posibilidad de rodar en otros países.
¿Qué nos podríais contar de vuestros próximos proyectos? Alex, ¿cómo va la posibilidad de rodar tu primer largometraje?
Alex Brendemühl: Ahora mi largometraje lo tengo aparcado porque tengo mucho trabajo como actor, pero tengo ganas, está ahí en la recamara ponerme a dirigir otra vez. Cuando iba a hacer mi largo fueron años complicados en los que costaba levantarlos y me surgió la posibilidad de trabajar en otros países, así que me he estado labrando un camino en otras cinematografías. Me llena mucho.
Roger Gual: Yo tengo un guion para un largo y tengo un proyecto para una serie, pero todavía no se puede decir.
¿Se puede decir al menos el género?
Roger Gual: No hay género concreto. Uno sería un thriller pero tampoco lo es, porque se mezclan todos los géneros y tendría comedia. La otra es una serie basada en el biopic de una persona, pero tampoco te puedo decir porque aún no está cerrado
En Blogdecine | '7 años', un thriller (casi) impecable de Netflix
Imagen | Web oficial de Juana Acosta