Icíar Bollaín, directora de cintas como 'Te doy mis ojos' de 2003 (por la que consiguió el premio Goya a la Mejor Dirección) está de vuelta con un nuevo trabajo titulado 'El olivo', una película protagonizada por Anna Castillo, Javier Gutiérrez y Pep Ambròs sobre el viaje de la joven Alma hasta Alemania, a la que acompañan su tío 'Alcachofa' y su compañero de trabajo Rafa.
Con 'El olivo', el guionista Paul Laverty y la propia Bollaín han querido hablarnos de muchas cosas, desde las consecuencias de la crisis económica en una familia hasta la importancia de cuidar la tierra. Con motivo del estreno de la cinta, Blogdecine ha tenido la oportunidad de hablar con la cineasta sobre la que quizá sea la película más inconformista de su filmografía como directora.
- ¿Cómo surge la idea de hacer esta película?
Todo empezó hace unos años, cuando el guionista Paul Laverty vio una noticia en la contra de un periódico en la que se contaba la historia de uno de estos olivos milenarios. A Paul le llamó la atención primero que existieran estos árboles tan antiguos y segundo la idea de que algo que forma parte de nuestro patrimonio y que lleva cerca de 2000 años en un lugar de repente se convirtiese en un mero objeto que, por caprichos de la moda, se arrancaba y se vendía para ponerlo en jardines particulares o empresas internacionales. Era una idea estupenda para contar todo el expolio que se ha vivido en España con el boom inmobiliario.
- 'El olivo' es un drama pero contiene un fuerte mensaje positivo. Tiene como trasfondo la crisis económica pero hay un mensaje de esperanza y se ensalza la importancia de los lazos naturales que se están perdiendo.
Sí, es un canto al inconformismo. En la película hablamos sobre el vacío físico y espiritual que provoca en una familia la ausencia de ese olivo, pero a la vez, mediante el personaje de Anna Castillo, se introduce un mensaje sobre la importancia de perseguir nuestros sueños y no rendirnos antes. Además sirve para hablar de lo mucho que hemos machacado el paisaje: hemos vendido las tierras, hemos enladrillado la costa… Ese daño que estamos causando al final nos afecta a nosotros, porque el paisaje somos nosotros.
- ¿Puedes contarnos cómo fue la selección de actores?
Fue por casting. Vi actores de muchos tipos, algunos muy buenos que al final no hicieron la película. Porque no es un tema de ser bueno o no sino de encontrar a aquel en el que veo al personaje. Para el de Alma necesitábamos una chica con mucho carisma, y Anna Castillo era perfecta, tiene mucho encanto, mucha fuerza y emotividad, puede ser dulce pero puede ser también muy macarra. Para el personaje de Alcachofa tuvimos al principio en mente a Antonio de la Torre, pero al final no pudo y lo hizo Javier Gutiérrez. Estoy encantadísima con el resultado, porque Javier puede hacer drama y comedia en la misma escena con una intensidad y una verdad impresionantes. Aunque le admiraba de antes, nunca había tenido oportunidad de trabajar con él y la verdad es que ha sido un verdadero placer.
- Pero Manuel Cucala, que interpreta al yayo, no es actor.
Bueno, el dice muy orgulloso que hizo de romano en una película que se rodó en los años 70 (risas). Yo buscaba para el personaje del yayo no a un actor sino a alguien de campo, alguien que de verdad tuviera las manos y la cara curtidas por el trabajo y el sol. Encontramos a Manuel que es muy parecido al personaje que interpreta en el sentido de que es muy alegre y también tiene un olivo con el que mantiene una relación muy especial. Tras hacerle varias pruebas vimos que era perfecto, no solo por su cercanía al personaje sino porque lo hacía genial delante de la cámara.
- ¿Cómo hicisteis para conseguir el olivo con el que grabasteis?
El olivo es el personaje principal de la película, así que también hubo un casting para elegirlo. Tenía que ser uno muy espectacular y bonito, con buena copa y un buen tronco y, tras una selección de unos cincuenta, seleccioné uno que encontramos en un pueblo de Castellón. Evidentemente para “llevarlo” a Düsseldorf tuvimos que reproducirlo, creando un árbol con la misma apariencia al seleccionado, pero hueco con una estructura de metal dentro que se desmonta.
- ¿Ha sido fácil equilibrar el humor con el drama que hay en la película?
Creo que en todas las películas siempre hay una cierta mezcla de humor y drama. Hasta en ‘Te doy mis ojos’ hay momentos de humor, porque en la vida también pasa así, por muy dramática que sea siempre hay un momento en el que te tienes que reír. En el caso de ‘El olivo’ lo que supuso un reto para mí fue conseguir que el espectador no se despistase, pero creo que hemos conseguido ese equilibrio y el público puede ir de los momentos más dramáticos a los más cómicos sin problema, con total naturalidad.
- El tema de la crisis está como telón de fondo en 'El olivo', ¿te ha afectado a ti como cineasta?
Claro que sí y me considero afortunada porque he seguido trabajando. Ahora parece que la cosa se está revitalizando bastante y se están haciendo más películas pero ha habido unos años de parón por la desconfianza, ya sabes que los bancos cerraron crédito para todo y levantar la financiación de una película no es fácil. También hay muchos actores en paro y muchos técnicos de cine que durante esos años han tenido que dejar la profesión y montar un bar o una tienda. Por suerte la cosa está cambiando.
- ¿Hay algún director actual al que admires?
Admiro a muchos directores, pero por ejemplo hace poco que descubrí a dos directores vascos, José María Goenaga y Jon Garaño, que son los que hicieron 'Loreak'. Me gustó mucho su película ‘En 80 días’, me parece un trabajo precioso, creo que hay muy pocos personajes femeninos como los de esta película, tan normales y al mismo tiempo tan sensibles.
- Antes de dirigir fuiste actriz, ¿cómo ha sido el proceso?
Ha sido un proceso natural y paulatino, empecé a actuar con 15 años y cerca de los 20 empecé a dirigir pequeñas cosas en una productora. El trabajo delante de la cámara es precioso pero muy solitario. Sin embargo, detrás de la cámara pasan cosas muy interesantes y en el fondo el actor es un vehículo que el director o guionista utiliza para contar una historia.
- ¿Te has encontrado obstáculos por ser mujer?
No me he encontrado con demasiados obstáculos por el camino porque ya estaba familiarizada con lo que es un rodaje, me conocían dentro de la profesión… Además mis primeras películas eran sencillas, con presupuestos no demasiado altos. Sí que me he sentido un poco sola, hay pocas mujeres escribiendo, produciendo y dirigiendo historias y eso debería cambiar si queremos un cine que de verdad sea diverso.
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