Fallece Alexandre Astruc, figura esencial de la Nouvelle Vague

Fallece Alexandre Astruc, figura esencial de la Nouvelle Vague
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El cineasta y escritor Alexandre Astruc, que ha sido considerado como una de las figuras más importantes en el origen de la Nouvelle Vague francesa a mediados del siglo XX, ha fallecido a los 92 años de edad, según han anunciado sus familiares a los medios franceses. Actruc, que nació el 13 de julio de 1923 en París, fue hijo de un periodista.

Eso ayudó a que se pronto se apasionase por la literatura, así que tras terminar sus estudios de derecho y filología comenzó a escribir en revistas de cine como La Gazette du Cinéma, Cine-digest o L'Écran Français y posteriormente en Cahiers du cinéma. Fue amigo de cineastas, artistas y escritores como Sartre, Albert Camus, Juliette Greco, Robert Bresson, Roberto Rossellini, Orson Welles o Alfred Hitchcock.

Alexandre Astruc

Además fue el precursor de toda una generación de cineastas que se hicieron mucho más conocido que él, como Francois Truffaut, Eric Rohmer y Jean-Luc Godard. Su manifiesto 'Nacimiento de una nueva vanguardia: la caméra-stylo', publicado en L'Écran Français en marzo de 1948, le colocó a la cabeza de este movimiento de cineastas.

En él recogió sus ideas sobre cine y literatura; definió el cine como un lenguaje, es decir, una forma mediante la cual el artista expresa su pensamiento o traduce sus obsesiones como ocurre con el ensayo o con la novela. El texto se convirtió en uno de los pilares teóricos del grupo de directores franceses amparados bajo la denominación de Nouvelle Vague.

A finales de los años 40 participó, junto con Jean Cocteau y André Bazin, en la fundación de 'Objetif 49', un club de cine parisino mientras que, al mismo tiempo, dirigía ya sus primeros cortometrajes, en los que se podía observar grandes dosis de experimentación. Su carrera cinematográfica, que no fue demasiado larga, empezó como ayudante de Marc Allégre en el rodaje de 'Jusqu’à ce que mort s’ensuive' (1947).

En 1953 dirigió su primera película, ‘Le Rideau cramoisi’ (una adaptación de la novela de Barbey d'Aurevilly), por la que fue galardonado con el premio Louis-Delluc. Más tarde llevó a cabo otras adaptaciones al cine, como ‘Une vie’ (1958) de Guy de Maupassant y L’Education sentimentale (‘La educación sentimental', 1962) de Gustave Flaubert. Nos deja una figura decisiva para el cine moderno... tanto en la teoría como en la práctica. Descanse en paz, maestro.

Vía | Le Monde

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