Si hay una serie actual que está dando que hablar en España, esa es 'Rocío: contar la verdad para seguir viva'. Telecinco ha emitido ya seis capítulos de los doce que consta el documental completo, así que ya conocemos la mitad de la historia.
En las últimas semanas, el público no se divide solo entre quienes son del Real Madrid o del Barcelona, o entre quienes prefieren Marvel o DC... ahora el debate gira en torno a si creen o no a Rocío Carrasco.
La hija de Rocío Jurado lleva tres semanas ocupando el prime-time del domingo (a partir de ahora lo hará los miércoles debido a que Mediaset comienza ya con el bombardeo de 'Supervivientes'), relatando en primera persona la separación de Antonio David Flores, el hombre con el que estuvo casada entre 1996 y 1999.
Rocío no se calla nada. Ha decidido abrir la caja de los truenos, tras más de dos décadas cerrada bajo siete llaves. Ahora, aportando documentos, testimonios y diversas pruebas, pretende echar por tierra la imagen de padre perfecto que nos ha transmitido todo este tiempo su exmarido, y denunciar públicamente que ha recibido varios tipos de maltrato: no solo físico, también psicológico, luz de gas y hasta violencia institucional por parte del Defensor del Menor.
Muchas han sido las impactantes declaraciones de Rocío Carrasco que han quedado para la historia en estos (de momento) seis primeros capítulos, que podemos resumir en varios momentos.
El intento de suicidio de Rocío Carrasco y el principio de su relación con Antonio David Flores
La docuserie comenzó con la protagonista relatando su intento de suicidio. Fue en 2019 y, afortunadamente, no le salió bien. Tras una ingesta de pastillas, Rocío llegó al hospital inconsciente y, una vez la reanimaron, amenazó con volver a hacerlo. "Siempre me quedará el Puente de Segovia", dijo entonces.
Tras unos días de ingreso en una planta especializada en estos casos, la protagonista acabó por arrepentirse y se fue del hospital antes de tiempo.
En el primer par de capítulos, además de su intento de suicidio, Rocío Carrasco cuenta cómo fue el inicio de la relación que marcaría su vida para siempre. En estos episodios ya perfila a su exmarido como su maltratador, destapando además de violencia física, qué técnicas usaba para manipularla. "Qué poco sabía entonces que él iba a ser mi verdugo", explica Rocío.
Su segundo embarazo: una situación insostenible
Con el embarazo de su primera hija, todo cambió. La pareja vivía en casa de la madre de ella, y en esos meses todo parecía ir bien. Hasta que la protagonista se vuelve a quedar embarazada.
Su segundo embarazo fue el pistoletazo de salida de otra terrorífica época para la protagonista, ya que en esos meses afirma haber sufrido todo tipo de vejaciones por parte de su entonces marido. La más impactante de todas fue cuando, según cuenta, le sacó medio cuerpo por la ventana amenazándole con tirarla.
"Estando embarazada, Antonio David me cogió en volandas del camisón y me sacó medio cuerpo por fuera de la ventana" #RocíoVerdad2 pic.twitter.com/SkvK3z77ZE
Rocío saca a la luz los montajes que su ex urdía con un paparazzi
Durante la separación, Rocío Carrasco cuenta cómo Antonio David Flores se alió con un famoso paparazzi para intentar cazarla con otros hombres. Al parecer, ambos intentarían después vender las fotos a las revistas y se repartían (70-30%) lo que sacaran.
La hija de Rocío Jurado denuncia la incontable cantidad de veces que su exmarido hizo caja de su separación: desde vender a medios de comunicación fotos o información suya, a llamar a la prensa para que fotografiase el momento en el que recogía a los niños. Un revelador audio le daba la razón a Rocío. El citado paparazzi lo reconoce todo:
Antonio David Flores y el paparazzi Pablo González, más conocido como 'El calvo', se repartían los beneficios 70 a 30. En esta conversación inédita hasta ahora, 'El Calvo' reconoce el negocio a costa de Rocío Carrasco que siempre negaron tener #RocíoVerdad3 pic.twitter.com/ZJpqESLgnW
La verdad sobre la relación de Rocío Jurado y Antonio David
Contradiciendo la versión que siempre se ha dado de que suegra y yerno eran uña y carne, Rocío relata que, en realidad, su madre "estaba acojonda, le temía como al demonio". Textualmente, dice que Rocío Jurado "vivía cagada".
Rocío Carrasco cuenta además que su madre, a la que el público siempre le ha visto como una gran artista que no se achantaba ante nada, llegaba a quedarse callada cuando la pareja discutía por miedo a lo que él pudiera hacerle.
Rocío Carrasco: "Mi madre se murió pensando que le iba a tener que pagar mil millones de pesetas por haber defendido a su hija y haber dicho una verdad como un templo de grande" #RocíoVerdad3 pic.twitter.com/aF1mCgyNGG
Teniendo en cuenta que esto es solo la mitad de la historia y que quedan otros seis capítulos en los que, sin duda, Rocío Carrasco seguirá despejando las numerosas incógnitas que la han rodeado durante dos décadas; podemos casi afirmar que lo más fuerte no lo hemos visto todavía.
Porque recordemos que, aunque la docuserie de Rocío Carrasco haya mutado en denuncia social (y el inmenso trabajo de visibilización que está haciendo serviría para un artículo aparte), su entrevista no deja de ser un espectáculo televisivo y, como tal, el show debe continuar.
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