'Los asesinos de la luna' es la última muestra de genialidad de Martin Scorsese, un director que aúna como nadie arte y entretenimiento dentro del cine americano. Incluso en un drama intenso de tres horas sobre codicia y genocidio consigue tenerte atrapado, y mostrando que a sus 80 años sigue teniendo hambre cinematográfico y por contar historias que pocos tienen ahora mismo.
Un hambre que ha plasmado en toda la medida que ha podido en todos sus proyectos, incluso en aquellos que parecen menos logrados. Incluso sus documentales parecen motivados por el mismo impulso que se plasma en sus trabajos de ficción, mostrando un nervio y también una finura a la hora de contar historias de personas que también relaten verdades profundas o ideas. Si no fuera poco hacerlo en un western épico, también lo ha hecho este último año en todo un ejercicio de rock and roll como 'Una noche con David Johansen. Por Martin Scorsese'.
Crisis de personalidad
Estrenado el año pasado por Showtime y ahora en streaming en nuestro país a través de Movistar+, Scorsese regresa al género de no ficción de la mano de David Tedeschi (con quien hizo '50 años de rebeldía' y ha sido montador habitual en esta clase de proyectos) para hacer una mezcla de película-concierto y retrato de la vida de David Johansen. Un emocionante trabajo que junta dos obsesiones del director: paso del tiempo y Nueva York.
Johansen fue uno de los iconos de la nueva escena neoyorquina de rock y punk durante la década de los setenta. Al frente de los New York Dolls, fue una figura más vital que revolucionaria, insuflando de energía y ruido a un movimiento que quería recuperar la inmediatez del rock & roll. A sus 72 años el cantante pasó por diferentes etapas y reinvenciones, reflejadas en una nueva residencia en un club local donde reinterpreta su catálogo de manera íntima en una mezcla de swing y rock bajo el alias de Buster Poindexter.
La existencia del alter ego no es un detalle casual. A través de íntimas conversaciones busca indagar en la famosa crisis de personalidad que Johansen canta en su hit más famoso con los Dolls, y que le ha llevado a tener menos acomodo fuera de los setenta. Su aire revivalista en lo sonoro y su parecido con Mick Jagger no lo han llevado a ser una figura reconocible e imperecedera, pero a través del material de archivo vemos cómo fue un exponente de una Nueva York despierta y en búsqueda de nuevas sensaciones. Una Nueva York de la que Scorsese fue parte.
'Una noche con David Johansen. Por Martin Scorsese': elegante paseo lleno de rock
No hay tanto remordimiento o nostalgia en este paseo que David se permite hacer por su pasado de la mano de los cineastas. En su lugar, hay mucha aceptación por el paso del tiempo, de la gente que ha ido perdiendo en el camino y entender qué lugar se ocupa en el presente. En resumen, qué identidad le queda a estas alturas de la vida. Una exploración ya presente de manera más oscura en 'El irlandés'.
Con un retrato en parte tierno y en parte vibrante, Scorsese hace tributo a ese Nueva York pasado y a un cantante que puede tener alias de todo tipo y disfraces de lo más llamativos, pero en su puro núcleo siempre será músico. Rodada con inmensa elegancia y la habitual inteligencia para saber dónde poner la cámara, cuándo hacer el corte a otro plano, 'Una noche con David Johansen' es un paseo rockero sensacional.
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