El mejor documental no establece hechos inquebrantables. Un buen documental es una película, y como tal, está sujeta a parámetros como la historia y la perspectiva de quien decide contarla. Por ello, la clave es que establezca terreno suficiente para que la historia sea contada en el tono que esta requiera. Entrar a uno con la expectativa de que le den la verdad irrefutable de determinado hecho es absurdo, sólo se puede sacar la verdad de la experiencia humana.
Por eso ya vengo prevenido de determinadas reacciones con enlaces supuestamente irrefutables y argumentos haciendo gimnasia mental para justificar lo injustificable. Es irrelevante, según veo, para apreciar lo que hace un documental como 'Leaving Neverland', disponible para consumo gratuito en streaming sin suscripción a través de la web de RTVE Play.
Inocencia interrumpida
Porque lo que hace Dan Reed es hablar de víctimas. No concretamente de víctimas de violaciones de Michael Jackson, aunque sea lo que comenten los testimonios. Víctimas de algo más profundo y no menos pernicioso como es el aprovechamiento de la infancia, el intentar explotar el desconocimiento propio de la inocencia con intenciones vampíricas.
A lo largo de aproximadamente cuatro horas, en dos partes de dos horas cada una, Reed proporciona espacio y empatía con estas dos personas que un día, de niños, se cruzaron con Jackson y vieron su vida completamente trastocada. Infancias arrebatadas, vulnerabilidades explotadas con una metodología repetida que resulta escalofriante. La gran virtud del documental es cómo relata el horror que despierta en uno cuando comprueba lo que le ha sido arrebatado.
Más allá de si es cierto o demostrable la pederastia, ciertamente las interacciones no muestran la mejor cara. Jackson, cuya propia infancia fue arrebatada por un padre abusivo, encontró en niños como los protagonistas la fuente de la que parasitar pensando que eso le permitirá recobrar aquello que ha perdido. Como poco, describe a alguien que sabe usar su influencia y posición de poder (en su caso desde la fascinación) para lograr algo que cree suyo por derecho.
'Leaving Neverland': manual de señales preocupantes
Acercamientos inapropiados, padres toreados por completo que se convierten inesperadamente en cómplices, señales preocupantes que sólo resultan evidentes a posteriori. 'Leaving Neverland' no es tanto un trabajo acusatorio como un manual para identificar el libro de estilo de un depredador que busca abusar, sexualmente o no, y las secuelas del desencanto al comprobar que quien más admiras puede vulnerarte impunemente.
La lectura que se debe extraer no es si Jackson es o no culpable. Reed es mismamente consciente de cómo los ídolos son imbatibles, por una vía o por otra, y por eso se dedica a señalar también esa aura inquebrantable que permite un problema peor. La impunidad que lleva a creer que puedes hacer lo que quieras con determinadas personas, llevártelas de gira o vestirlas como quieres. La penetración no es lo único que puede definir a un monstruo.
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