Quentin Tarantino parece más interesado en cosas de su pasado que en cuál será su próxima película. Ya mandó a chupar pollas a los críticos con su forma de retratar a Bruce Lee en 'Érase una vez en Hollywood', también desveló que quiso mantener en secreto lo bueno que era Christoph Waltz como Hans Landa al resto del reparto de 'Malditos bastardos' y ahora ha querido hablar sobre un trauma de su infancia.
El cineasta ha recordado durante su paso por el podcast The Moment que en clase prefería dedicarse a escribir guiones en lugar de hacer caso a los profesores, algo que ellos catalogaron como "un acto desafiante de rebeldía", por lo que contactaron con su madre para poner orden. Y no puede decirse que no lo intentara, pero tampoco que lo hiciera de la mejor forma posible...
Tarantino desveló que después de eso "ella me dijo: Oh, por cierto, esa pequeña "carrera de escritor", hasta hizo comillas con los dedos y todo. ¿Esa pequeña "carrera de escritor" que estás haciendo? Esa mierda se acabó. Ella se refería a que no podía hacer eso en clase cuando debería estar haciendo otra cosa". El problema fue que eso llegó al alma de Tarantino, quien reaccionó de la siguiente manera:
Cuando me dijo eso de esa forma sarcástica, se me subió a la cabeza y dije: "Vale, señora, cuando me convierta en un guionista de éxito, nunca verás ni un centavo de mi éxito. No va a haber una casa para ti, tampoco vacaciones o un Elvis Cadillac para mami. No tendrás nada porque dijiste eso".
Y cumplió su promesa, ya que el autor de 'Jackie Brown' reconoció que "la ayudé con un lío que tuvo con Hacienda, pero nada de casa. Ni Cadillac, ni casa", apuntando también que los padres deberían tener en cuenta cómo hablan a sus hijos, ya que "habrá consecuencias por ese tono sarcástico sobre aquello que es importante para ellos".
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