El cine de Nacho Vigalondo es, a la vez, indefinible, personal, y sencillo de rastrear. No se parece literalmente a nada más que a sí mismo, carece de citas y homenajes explícitos, y sin embargo no es difícil imaginar a Vigalondo haciéndose cargo de un reboot o puesta al día de algún icono del fantástico. Esta aparente contradicción se debe a su manipulación constante de los resortes del fantástico.
Es decir, Vigalondo usa códigos muy establecidos en el cine de género (viajes en el tiempo, invasiones extraterrestres, monstruos gigantes) para hacerlos suyos. De ese modo, una película de Vigalondo (al menos en las que ha hecho hasta la fecha -pasa incluso en 'Open Windows', que era un encargo-) es siempre, a la vez, reconocible y original. Obra de autor y reformulación de lo ya conocido.
Por eso es a la vez sencillo y desafiante (dejémoslo en "un desafío sencillo") listar las películas, libros, comics y videojuegos que han impactado, de un modo u otro en el cine de Nacho Vigalondo. En la lista que sigue vais a ver elementos obvios y otros no tanto, influencias reconocidas y otras que obedecen, simplemente, a nuestra intuición. Es parte del juego. Un juego del que, en el fondo, participa toda la filmografía del director de Los cronocrímenes'.
'El umbral de la noche', de Stephen King
Stephen King es uno de los autores predilectos de Vigalondo. Su constante empleo de tropos del terror para generar un universo personal es una clara influencia en la contemplación de los géneros por parte del director. Pocas veces ha estado tan claro como en la primera recopilación de relatos del escritor de Maine, cuando en una etapa aún temprana de su carrera estaba casi consagrado al terror y sus temas clásicos.
Homenajes a 'Drácula', a Lovecraft, a los tebeos de la EC, a 'Twilight Zone'... todo ello en un universo particular donde los monstruos siempre son el vehículo de algo y donde los personajes son sustancia esencial de las pesadillas. Ah, y otra novela de King que es puro Vigalondo en su concepto de la ciencia-ficción como una forma de plantear imágenes que hablen de nosotros: 'La cúpula'
'Primer'
La primera película de Vigalondo, 'Los cronocrímenes', tiene algunas trazas en común con la primera de Shane Carruth, 'Primer', aunque su tono a la hora de reformular el tópico de los viajes en el tiempo difiere. Vigalondo susa la paradoja propia de estas historias para generar caos, pero Carruth, en una onda mucho más seria, la usa para entretejer una película que aún sigue suscitando interpretaciones y teorías de fans.
Donde el cántabro usa la ciencia-ficción casi para trazar una comedia de enredo con claroscuros morales, Carruth se sumerge en aguas infinitamente más metafísicas. Y lo hace casi en la onda de un autor literario del género por el que Vigalondo ha declarado más de una vez su admiración: el no muy accesible pero de prosa hipnótica, escarpada y fascinante Greg Egan, autor de libros como 'El instante Aleph' o 'Ciudad Permutación'
'Portal'
Nacho Vigalondo es aficionado a los videojuegos, aunque su influencia directa solo se ha dejado notar en algunos momentos de 'Open Windows' y sus reflexiones sobre la realidad mediada a través de un monitor. Uno de los juegos por los que en algún momento ha confesado su pasión es 'Portal' y su secuela, las obras maestras de los puzles en primera persona con puzles teletransportadores de Valve.
De ellos, Vigalondo ha destacado su humor y sus exquisitos guiones, pero sobre todo la capacidad para convertir la acción interactiva en una narración con lenguaje propio. También desde ese punto de vista alguna vez ha declarado su devoción por la serie 'Metroid Prime', capaz de contar una historia a través de atmósferas.
'Zebraman'
Nacho Vigalondo es lector compulsivo de comics, y la mitología de los superhéroes le resulta muy atractiva. Pero tratándose de él, es seguro que le atraerá más el lado cotidiano del mito: no hablamos de los traumas de un Dark Knight, sino de los dramas domésticos, los disfraces churriguerescos y los trompazos a deshoras de antihéroes como 'Zebraman', una de las películas más desnortadas (que ya es decir) del estajanovista del delirio Takashi Miike.
'Tiempo de Marte', de Philip K. Dick
La devoción de Vigalondo por el mítico escritor de ciencia-ficción Philip K. Dick es sobradamente conocida: sus primeros cortos arrancaban con un irónico "Philip K. Dick presenta". 'Tiempo de Marte', nos dicen por el pinganillo, es una de sus novelas favoritas, una que mezcla razas alienígenas, colonización tronada y enfermedades mentales, en un caso más de ir de lo general y codificado por los géneros a lo particular, personal y poco épico.
'Alien'
Esta es fácil. Al fin y al cabo... ¿qué director de ciencia-ficción no tiene a 'Alien' en un altar? Aunque posiblemente Vigalondo la tenga por unas razones algo más abstractas de las habituales: devoto de los enigmas y los puzles, la primera Alien es pura abrasión cerebral, un enigma que, si no consideramos las secuelas, no llega a solucionarse nunca.
Amigo de no dar todas las respuestas (¡todas sus películas concluyen con finales abiertos!), es una apuesta no muy arriesgada asegurar que 'Alien' fascina a Vigalondo por su agujero negro de significados. Aunque apostaríamos a que las loquísimas soluciones argumentales de los primeros comics de Dark Horse tienen que resultarles atractivas, aunque sea por el puro delirio.
'Fábulas de robots', de Stanislaw Lem
En esta entrevista nos reconocía Vigalondo la importancia de otro autor mítico de ciencia-ficción, Lem, en su educación como lector del género. Posiblemente de este libro ha impactado en su obra el humor y la paradoja, con mucha sorna, de que los robots hablan de los humanos que les construyeron muchas generaciones antes como seres mitológicos: una mitología creada a partir de una constatación triste e irónica.
Sin embargo, es fácil detectar otras trazas de Lem en el cine de Vigalondo: los relatos más orientados al humor del autor polaco fueron definidos en una ocasión por el cineasta como "Futurama para los listos de la clase", y 'Solaris', aunque entra en terrenos más de la exploración espacial, traza una línea recta hacia su cine en su uso de las convenciones del fantástico para hablar de nuestras miserias del día a día.
'La invasión de los ladrones de cuerpos'
En esta entrevista, Nacho Vigalondo subrayaba la importancia de la ciencia-ficción como un género que sirve para hablar desde los grandes cambios sociales a nuestros pequeños vicios y costumbres, como sucedía en su 'Extraterrestre'. Ponía el caso de 'La invasión de los ladrones de cuerpos' como gran clásico del género que reflejaba de un modo casi intuitivo el clima de paranoia que se vivía en los Estados Unidos en aquel momento.
Por otra parte, y conociendo la forma de plantearse la ciencia-ficción de Vigalondo, construída a través de artefactos narrativos muy aparatosos que producen una acción-reacción absurda (una máquina del tiempo para multiplicar cuerpos que arreglen una paradoja, acudir a un parque para controlar un kaiju a en la otra punta del planeta), la idea de replicar cuerpos para invadir un planeta en vez de invadir directamente debe resultarle atractiva.
'The Ultimates', de Mark Millar
La relación de Vigalondo con Mark Millar pasó a ser de fan a colaborador en 'Supercrooks', un proyecto de película finalmente abortado.
Es bien conocida la relación de Nacho Vigalondo con el guionista de comics escocés Mark Millar, que narró con detalle en esta charla y con quien estuvo preparando una película de atracos y superpoderes, 'Supercrooks', que finalmente se plasmó en un comic. Aunque es un tebeo que difícilmente puede haberle influido de forma directa -de hecho, es la base nada menos que del renovado MCU-, es fácil deducir de dónde viene la devoción de Vigalondo por 'The Ultimates', que él define como "el comic que más ha recomendado en la última década".
Se trata de un comic de superhéroes clásico donde todos los personajes tienen un reverso tenebroso, a menudo ocasionado por lo mismo que los hace especiales: el exceso de poder, fuerza, inteligencia y honestidad. Esa contradicción no es difícil encontrarla en personajes del cine de Nacho Vigalondo, como la propia Anne Hathaway de 'Colossal' y aunque de momento el director está muy lejos de firmar una película de superhéroes al uso, su trayectoria como lector del género permea en sus películas.
'Big Man Japan'
"Hoy por hoy, Hitoshi Matsumoto y su obra representan para mí un ideal", decía Vigalondo en su ya clausurado blog para El País, y no es difícil entender por qué. La conexión directa (posiblemente insospechada cuando escribió aquel post) es la asunción del propio género del kaiju eiga como una cosa demoledoramente destructiva e infantil, un juguete peligroso y deprimente en manos de adultos con problemas.
Nos contaba Vigalondo que lo que más le atrae de las películas de monstruos gigantes es la destrucción pura, pero por la vía de Matsumoto, queda también clara la altísima potencia de simbolismo pocho de Godzilla, Power Rangers y compañía.
'Gantz'
GANTZ empezó con Bart Simpson comiendo cebollino, os lo juro, y después, esto, eh.. digamos que se complica la cosa. pic.twitter.com/Z64ouaajYO
— Nacho Vigalondo (@vigalondo) 16 de marzo de 2015
Según iba leyendo 'Gantz', Nacho Vigalondo fue retransmitiendo por su cuenta de Twitter las dantescas escenas que se sucedían en el tremebundo manga de Hiroya Oku. La devoción del cineasta por lo chocante, lo abrupto, lo arbitrario y los giros argumentales locos se rastrean en todas sus películas, aunque es cierto que nunca con tanta intensidad como en esta obra maestra de lo estrafalario.
También ha clamado en numerosas ocasiones su pasión por el maestro del horror grotesco Junji Ito, que en 'Gyo' mostraba una plaga de peces capaces de salir del mar gracias a unas absurdas patas de metal. Una sencilla idea argumental que trastoca los tópicos de las ficciones de peces feroces.
Y si creéis que Hiroya Oku y Junji Ito están lejos del cosmos de Vigalondo, más os vale acudir a su película más delirante y desconocida: el episodio que dirigió para 'V/H/S Viral', que incluye viajes en el tiempo, sectas, Venga Monjas e invasiones interdimensionales.
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