"El arte del cine está siendo devaluada sistemáticamente, marginada, degradada y reducida a su mínimo denominador común", y buena parte de ello la tiene la tendencia a catalogar las obras cinematográficas como "contenido". Esta es una de las afiladas tesis que Martin Scorsese ha enunciado en su fantástico ensayo titulado 'Il Maestro', centrado en la figura de Federico Fellini, y publicado en la última edición de Harper's Magazine.
En su interesantísimo escrito, el cineasta, cuya 'Killers of the Flower Moon' está en camino a Apple TV+, ha radiografiado la realidad actual de la industria cinematográfica, el impacto de las plataformas, la preocupante deriva de la industria y la enorme importancia del lenguaje a la hora de catalogar una obra audiovisual para que no se pervierta su valor o importancia y, así, evitar meter en el mismo cajón un vídeo de YouTube y un clásico del séptimo arte.
"Hace tan sólo 15 años, el término 'contenido' se escuchaba únicamente cuando la gente debatía sobre cine con seriedad, y era contrastado y comparado contra la 'forma'. Después, de manera gradual, se utilizó más y más por la gente que se quedó a cargo de los medios, la mayoría de los cuales no sabía nada sobre la historia del arte e, incluso, no se preocuparon lo suficiente por pensar que debían hacerlo. 'Contenido' se convirtió en un término empresarial para todas las imágenes en movimiento: una película de David Lean, un vídeo de gatos, un anuncio de la Super Bowl, una secuela de superhéroes, un episodio de una serie. Se relacionó, por supuesto, no con la experiencia cinematográfica, sino con el visionado en casa, en las plataformas de streaming que han terminando adelantando a las salas de cine, igual que Amazon adelantó a las tiendas físicas".
De lenguaje y automatizaciones
Según el bueno de Marty, etiquetar utilizando el término "contenido" "ha creado una situación en la que todo se presenta al espectador en igualdad de condiciones, lo cual puede sonar democrático, pero no lo es", lo cual nos conduce a otro de los grandes enemigos a los que debe enfrentarse el cine actualmente: el algoritmo. Un análisis de datos automatizado que está sustituyendo a la necesaria figura del curador en las plataformas de VOD.
"Si los próximos visionados son 'sugeridos' por algoritmos basados en lo que ya has visto, y las recomendaciones están basadas únicamente en géneros o temáticas, ¿qué tiene eso que ver con el arte del cine? La curación no es antidemocrática o 'elitista', un término que ahora se usa tan a menudo que ha terminado perdiendo su significado. Es un acto de generosidad; estás compartiendo lo que amas y lo que te ha inspirado. (Las mejores plataformas de streaming, como Criterion Channel y MUBI, y medios tradicionales como TCM, están basados en la curación). Los algoritmos, por definición, están basados en cálculos que tratan al espectador como un consumidor y nada más".
El status quo actual de la industria ha modificado drásticamente la importancia y el impacto del cine ya no sólo dentro el marco de la cultura, sino en unos espectadores que, según Scorsese, "no pueden depender de la industria, tal y como está, si quieren interesarse por el cine".
"En el negocio cinematográfica, que ahora es el negocio del entretenimiento masivo audiovisual, el énfasis siempre está puesto en la palabra 'negocio', y el valor siempre está determinado por la cantidad de dinero que puede obtenerse de alguna propiedad; por ello, todo, desde 'Amancer' a 'La Strada', pasando por '2001', ya está exprimido y listo para meterse en el cajón del 'Arte y ensayo' de una plataforma de streaming. Todos los que conocemos el cine y su historia tenemos que compartir nuestro amor y nuestro conocimiento con la mayor gente posible. Y tenemos que dejar claro a los actuales dueños legales de esas películas que son mucho, mucho más que una simple propiedad que ser explotada y, luego, guardada bajo llave. Se encuentran entre los más grandes tesoros de nuestra cultura, y deben ser tratadas como tal."
Si queréis leer a Martin Scorsese decir más verdades que un santo, y proferir amor ya no sólo hacia la obra de Fellini, sino al medio cinematográfico, tenéis el ensayo completo disponible en la web de Harper's —ya os digo que merece muchísimo la pena—. Por lo pronto, sus palabras, que seguramente causen más irritación de la que deberían, invitan a reflexionar seriamente sobre la deriva que está tomando un arte centenario condenado al simple "consumo".
Cabe recordar que esta no es la primera ocasión en la que el director de obras maestras como 'Uno de los nuestros' o ' Taxi Driver' incendia la opinión pública cinematográfica con sus lapidarias sentencias. Sin ir más lejos, en octubre de 2019 criticó duramente las producciones de Marvel Studios, describiéndolas como algo más próximo a una atracción de parque temático que a un largometraje, y recalcando la falta de profundidad y desarrollo de sus personajes. Aunque, si nos fijamos bien en sus palabras de entonces, todo se resume al mismo conflicto: la evolución —o involución— de la industria.
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