'Negocios al límite' llega tarde y con poco que aportar

'Negocios al límite' llega tarde y con poco que aportar
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Cuatro mejoró ligeramente su audiencia del domingo por la noche con el estreno de 'Negocios al límite', un nuevo programa que continúa con el formato coach tan presente en la parrilla de Cuatro y en el que esta vez se busca salvar a negocios de una inminente ruina. Con esta premisa el programa obtuvo 1.347.000 espectadores (6,3% de share), una marca que alcanza la media del canal pero que no sabemos si mantendrá con el paso de las semanas.

Porque las novedades que pudo presentar 'Negocios al límite' brillaron por su ausencia, ya que lo que menos se buscó en el primer programa fue ofrecer una tónica que consiguiera desmarcarse de su principal referencia. 'Negocios al límite' le debe mucho a 'Pesadilla en el cocina' pero este hecho no debería ser motivo para que el programa de Cuatro no consiguiera innovar y aportar algo nuevo. Pese al ámbito alejado de los restaurantes, no parecía que estuviéramos viendo algo novedoso, sino que se calcaba la estructura, tan manida a estas alturas, que tanto se ha explotado en las primeras temporadas de 'Pesadilla en la cocina'.

Un vistazo a…
ENFOQUE PROFUNDO Y LENTES PARTIDAS

Es esa semejanza constante lo que hace que 'Negocios al límite' haya arrancando con un lastre que le costará soltar. El hecho de que haya tardado tanto en ver la luz también juega en su contra, ya que habría sido más provechoso para el propio programa que hubiera sido estrenado con antelación y no en una época en la que tiene aún más difícil aportar algo nuevo a la pequeña pantalla. Más aún cuando, como decimos, el proceso, las técnicas y el método de ayuda es similar al encontrado en el espacio de Alberto Chicote, llegando a ser una copia barata de un programa que ha logrado causar sensación en la programación de laSexta.

Tampoco ayuda la presencia de Beatriz de la Iglesia, la nueva coach que no aportó un estilo propio que lograse destacar a lo largo de la primera entrega, algo imprescindible en este tipo de programas. Sus intervenciones seguían una guión automático del que poco jugo se podía extraer para enriquecer las diferentes fases por las que pasa el método de ayuda. En 'Negocios al límite', al igual que ocurre con 'Pesadilla en la cocina', el coach debe ser una persona con el carisma suficiente como para que su nombre quede inmediatamente relacionado con la propuesta televisiva, algo que no ocurre con 'Negocios al límite'.

Lo que sí consiguió fue resaltar los problemas y conflictos en las relaciones profesionales de los individuos a ayudar, donde sí se muestra un toque atractivo que de nuevo queda directamente relacionado con 'Pesadilla en la cocina'. En definitiva, Cuatro ha aportado poca novedad con este espacio en la programación del domingo, precisamente en un momento en el que necesita encontrar programas con identidad propia que le ayuden a mostrar una imagen colectiva que resulte seductora para la audiencia. En ocasiones como la del pasado domingo, la cadena demuestra sus debilidades y lo perdida que se encuentra para encontrar elementos que sorprendan al público. Quizá el siguiente espacio de coach que veamos en Cuatro sea uno en el que una figura ayude a sus directivos a encontrar una programación con la que aportar cosas interesantes, novedosas y no caer en la rutina.

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