La franquicia 'La Momia' es una de las más populares de la historia del cine de terror. A lo largo de los años ha disfrutado de diferentes encarnaciones, pero la que ahora nos interesa es la de 1999, en la cual el director y guionista Stephen Sommers optó por potenciar su componente de película de aventuras para dar así forma a uno de las cintas más populares de su año que esta tarde recupera Cuatro a partir de las 15:40.
Protagonizada por un emergente Brendan Fraser, quien poco antes había llamado la atención de Hollywood gracias al éxito de 'George de la Jungla', y con Indiana Jones como principal referente, 'La Momia' es una de esas raras superproducciones pensadas para entretener al público que triunfaron tanto en su objetivo que uno puede seguir pasándoselo en grande con ella sin importar la de veces que la haya visto antes.
'La Momia' llegó a los cines en un verano en el que tenía difícil sobresalir. A fin de cuentas, 'Matrix' se había poco antes y faltaban apenas unas semanas para el lanzamiento de 'Star Wars: La Amenaza Fantasma'. Justo es decir que su impacto seguramente fue menor que el de esas dos películas, pero mi cariño hacia ella siempre ha sido superior por varios motivos.
El primero es su sentido de la diversión. En 'La Momia' encontramos muchísimo humor, pero integrado en la película con mano maestra por Sommers y ejecutado a la perfección por su reparto, en especial un Fraser que aquí demostró que perfectamente podría haber sido el sucesor de Harrison Ford como Indiana Jones.
Su presencia es constante a lo largo del relato, aunque, obviamente, mayor cuando la sensación de peligro es menor. Sin embargo, Sommers se las ingenia para mantener la película divertida también en esos momentos sin por ello sacrificar la tremenda amenaza que supone el temible Imhotep encarnado por un muy convincente Arnold Vosloo.
Lo bien elegido que está todo el reparto sin la necesidad de acudir a ninguna gran estrella es otra de las claves. Desde el carisma arrollador de Fraser hasta el encanto único de Rachel Weisz, sin olvidarnos del gran papel de John Hannah como secundario cómico o la indiscutible presencia de Oded Fehr. Si hasta uno le coge cariño a esa rata traicionera que es el Beni de Kevin J. O'Connor. Todo suma en la misma dirección, ayudando a crear el caldo de cultivo idóneo para una aventura repleta de grandes momentos.
Además, el guion de Sommers se toma su tiempo para situar a todos los personajes sin que el ritmo de la película se resienta en ningún momento. De esa forma, sus dos horas de metraje se pasan volando e incluso dejan con ganas de más. Lástima que las secuelas nunca alcanzaran ese mismo nivel, aunque 'El regreso de la momia' también era un buen pasatiempo. De 'La momia: La tumba del emperador dragón' no puedo decir lo mismo.
Eso sí, puede que la vocación de 'La Momia' sea el disfrute del espectador, pero Sommers tampoco olvidó los orígenes más siniestros de la franquicia, tanto en algunas escenas, mucho más oscuras de lo esperable en una producción de estas características, como en ciertos diseños. No es que su objetivo sea aterrorizar al espectador, pero funcionan de maravilla para dejarnos claro que Rick O'Connell puede ser un tío socarrón, pero eso no supone que se enfrente a un peligro intercambiable fácil de contrarrestar.
'La Momia' fue la sexta película más taquillera de 1999 con unos ingresos mundiales de 416 millones de dólares; nada mal si tenemos en cuenta que había costado "solamente" 80. Es cierto que se quedó lejos de los 924 que logró ese año el primer episodio de Star Wars, pero también que dejó mucho mejor sabor de boca en el público que el regreso de George Lucas a una galaxia muy muy lejana.
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