Cada vez que un programa sufre un cambio, las modificaciones van mucho más allá de lo que los espectadores solemos saber. El ejemplo más reciente es el de 'Vaya tropa'. Su paso a diario ha revolucionado el programa en sus niveles más internos, y no precisamente para bien. Por un lado, la cadena demanda un programa diario de actualidad y humor, algo fácil de pedir pero difícil de hacer; y por otro la productora dobla las exigencias a los trabajadores para alcanzar los resultados esperados.
Hoy nos informan desde dentro de las precarias condiciones en las que van a tener que trabajar los guionistas del programa para sacar adelante el espacio. Lo primero, el cambio de ubicación se acaba de informar, no es algo sobre lo que estuvieran trabajando ya, así que de aquí a la semana que viene tienen que tener cuatro programas terminados. Les han prometido que se va a contratar a seis guionistas más, que se sumarán a los seis que ya hay, y les han garantizado que terminarán su jornada laboral a las siete de la tarde, aunque eso no terminan de creérselo.
Respecto a los contenidos, si ya era difícil hacer un programa semanal, lo de abordar un programa diario de buenas a primeras se convierte en una tarea titánica. La urgencia es tal que desde la productora van a aceptar scketches que ya fueron rechazados porque no tienen apenas tiempo para rematar contenidos nuevos para toda una semana. Además, aunque desde la cadena se pide actualidad, Arturo Valls está grabando una serie y sus scketches sólo pueden grabarse los jueves, así que en este sentido el desfase va a ser importante.
Y después de todo esto, aún nos preguntamos por qué fracasan algunos programas. La improvisación a veces llega a ser brutal. Y éste es sólo un ejemplo. En un mundo ideal, ninguna productora aceptaría un proyecto de estas características pero las bases de la industria son tan endebles que los que se parten el lomo, con unas condiciones laborales más que precarias, no tienen más remedio que comulgar con ruedas de molino afrontando retos imposibles y encima, después, les toca cargar con las culpas del desaguisado.
Por otro lado está, cómo no, ese bucle extraño en el que anda metida Cuatro últimamente. Sus 'Valientes' pinchan, tenían que estrenar 'Lo que diga la rubia' pero lo han retrasado, la nueva etapa de 'Password' estaba anunciada para el lunes pero la retrasaron sin previo aviso, tiran de 'Reforma sorpresa' y no lo anuncian ni en la web. Lo más fácil sería echarle la culpa de todo a la fusión con Telecinco pero no es tan sencillo. En una tele ideal, toda esta serie de circunstancias no se darían. Lo que parece claro es que hay todavía muchas cosas que cambiar en la forma de hacer televisión en España y sospecho que hay que empezar por los despachos.
En ¡Vaya Tele! | 'Vaya tropa' pasa a ser diario
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