Con motivo del quinto aniversario de Cuatro, la programación de la cadena se ha visto alterada para ofrecer espacios con los que conmemorar su cumpleaños. Por esta razón 'Callejeros' emitió un reportaje especial sobre la vida dentro del Centro Penitenciario de León, algo que no estamos acostumbrados a ver con la naturalidad que mostró el reportaje. El resultado fue todo un éxito de audiencia. Cerca de dos millones de personas, lo que supone un 13,9% de share, siguieron 'Callejeros. Cárcel, la película', datos que superaron a las ofertas de corazón que cada viernes ofrecen Antena 3 y Telecinco.
Como si nos introdujéramos en un barrio, los profesionales de 'Callejeros' mostraron con toda normalidad el día a día de los internos de la cárcel de León algo que, según anunciaban, todavía no había sido emitido sin restricciones por una televisión española. Por ello, el especial tuvo una duración mucho más larga de lo habitual, aunque después de su emisión me quedé con la sensación de que aún me quedaban cosas por ver.
En primer lugar, la elección del tema fue todo un acierto. El formato de 'Callejeros' siempre me ha parecido uno de los mejores que existen en la actualidad en nuestra televisión. Pero es cierto que en ocasiones se ha acostumbrado a mostrarnos reportajes centrados en personas marginadas y daba la sensación de que el único motivo era destacarlos del resto de la sociedad para llamar la atención del espectador. En el especial del viernes vimos a muchas de esas personas, pero esta vez la finalidad del mismo era ver la convivencia en uno de los lugares más desconocidos por la mayoría de la audiencia.
Quedé maravillado por las historias que se reflejaron en el programa, como las charlas que los hombres tenían con las mujeres a través de las grietas del muro por el que sus módulos se separaban. También el reportaje permitió mostrar las carencias y los privilegios con los que contaban los presos de León, aspectos que me crearon una imagen de la vida en la cárcel que no se correspondía con la que tenía en un principio. Y es que uno de los puntos fuertes de 'Callejeros' es que permite enseñar a la sociedad estampas de la realidad con las que no está familiarizada, algo que cumplió con creces el viernes.
Y, por si alguien se pudiera quedar con la sensación del bienestar en el que viven los presos de la cárcel de León, el especial estuvo acompañado del reportaje 'A las puertas de la cárcel', que sirvió de complemento perfecto para enseñar lo que existe al cruzar los muros de las prisiones y la rutina de algunas de las personas que viven vinculadas directamente con los reclusos. Los dos reportajes fueron conducidos por Beatriz Díaz, una de mis reporteras preferidas de todo el elenco de profesionales que hacen posible el programa. Se mostró atrevida, educada y clara, por lo que los dos programas encajaron perfectamente con su manera de trabajar.
'Callejeros' perdió hace mucho la novedad con la que atrajo a un gran número de espectadores en sus inicios, pero con el transcurso del tiempo ha sabido seguir interesando. Tras seis temporadas y más de 200 reportajes emitidos, el viernes demostró que puede seguir sorprendiendo y, mientras no se dediquen a centrarse en un solo aspecto de la sociedad, creo que pueden llegar a lograrlo.
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