‘You’ no se convirtió en un fenómeno mundial hasta que su primera temporada llegó a Netflix. Antes había sido emitida en Estados Unidos por el canal Lifetime, habiéndose confirmado una segunda temporada antes incluso del lanzamiento de la primera. Finalmente, la plataforma de streaming se hizo con los derechos en exclusiva de la serie y este pasado 26 de diciembre nos dio una nueva dosis de las “aventuras” de Joe Goldberg.
Siempre ha sido inevitable acordarse de ‘Dexter’ cuando uno se enfrenta a ‘You’, ya que en ambos casos se llevaba al espectador a ponerse en el lugar de unos peligrosos asesinos con una personalidad lo suficiente seductora como para querer seguir viendo sus andanzas criminales. Sin embargo, el personaje al que daba vida Michael C. Hall también podía ser visto como una especie de justiciero, algo que en el caso del interpretado por Penn Badgley resulta mucho más complicado.
Cambiar para volver a lo mismo
El final de la primera temporada ya marcaba un camino sin retorno para un personaje que inicialmente podría llegar a verse como un acosador encantador -si es que ese concepto tiene algún tipo de sentido- para dejar claro que simplemente era un criminal con una visión del amor de lo más retorcida. En el arranque de esta segunda temporada se juega con la idea de que Joe quiere escapar de ese lado oscuro pero todos tenemos claro que va a volver a caer más temprano que tarde.
Ese intento de redención inicial no deja de ser una forma de aligerar lo que vimos en la anterior temporada para facilitar que ‘You’ nos seduzca a través de la voz en off con la que Joe reflexiona sobre su nueva realidad en Los Angeles. Es una hábil argucia de guion para ir presentando a los nuevos personajes, aunque luego se plantee un escenario similar, con él persiguiendo al nuevo amor de su vida, mientras que en su nuevo hogar hace lo posible por ayudar a una vecina adolescente suya.
Si la serie hubiese querido ser realmente perturbadora, podría haber al menos coqueteado con la existencia de algún tipo de interés romántico en este último punto, pero los responsables de ‘You’ no están interesados en mostrar a Ellie -un personaje que no existía en la novela que adapta esta segunda temporada- de esa manera, sino como una joven mucho más madura de lo que debería destinada a jugar un papel clave en esta segunda temporada.
Sobre el papel es un personaje que lo tenía todo para ser una molestia o resultar un puro artificio, pero aporta una frescura que se agradece y al mismo tiempo sirve para articular la temporada en varios frentes. Obviamente no en lo referente a la relación entre Joe y Love, pero sí en otros aspectos necesarios para que el interés nunca desfallezca. Y la aportación de la joven Jenna Ortega, vista ocasionalmente en la reivindicable ‘Jane the Virgin’ como una versión menor de edad de la protagonista, resulta esencial para ello.
‘You’ sigue siendo adictiva
De hecho, una de las claves para que ‘You’ sea por encima de todo una serie adictiva está en saber rodear a Joe de personas que nos despierten la curiosidad. En ningún caso puedo hablar de personajes fascinantes en sí mismos, pues en realidad es lo que le sucede lo nos mantiene atentos a lo que está por venir. Por ello, la serie abraza de forma definitiva los excesos, maquillándolo como “normalidad” durante los primeros episodios para desatarse del todo al final.
Eso no quita que haya detalles que en otro ecosistema serían motivo de desconexión de la serie, pero ‘You’ empezó jugando con la idea de identificarnos hasta cierto punto con un perturbado a través de su visión del amor para luego dejar claro que lo estaba hasta límites que no nos podíamos imaginar. Eso es algo que se redobla en la segunda temporada, alterando varios detalles de la novela original para resaltarlo aún más.
Lo curioso es que la serie juega durante bastante tiempo con la idea de una posible redención, incluso cuando recupera la trama de tener a alguien encerrado contra su voluntad -y es que en lo referente a su estructura hay muchos puntos en común con la primera temporada-, manejándose bien en la línea que separa la incredulidad de lo que resulta simplemente ridículo para conseguir que queramos ver más, y queramos hacerlo sin parar.
Hidden Bodies (YOU series)
Y es que la principal virtud de ‘You’ es lo adictiva que resulta, sí, pero para ello no opta por una sucesión de disparates a cada cual mayor, sino un progresivo in crescendo dramático hasta llegar a un punto en el que un delirio absoluto casi parece una evolución normal dentro de la lógica interna de la serie. Y digo casi porque ese cambio que se produce en cierto personaje sí que podría verse como la serie pasándose de la raya, pero es que eso ha pasado en tantas ocasiones a lo largo de las dos temporadas que aceptarlo y seguir adelante no nos parece una mala opción.
En resumidas cuentas
‘You’ corre el riesgo de repetirse a sí misma en varias ocasiones durante su segunda temporada, pero consigue mantener todas las virtudes por las que muchos devoramos la primera tanda de episodios. Aquí lo que importa no es la credibilidad, sino su capacidad para engancharte con una peculiar mezcla entre culebrón y ‘Dexter’, apoyándose en un personaje principal fascinante en sus infinitas contradicciones.
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