A principios de verano descubrí a Amy Schumer. Sabía de su existencia por su creciente popularidad en Estados Unidos, pero nunca había visto su trabajo. Y su serie de sketches 'Inside Amy Schumer' de la cadena Comedy Central confirmaba el por qué de esa popularidad: gamberra, deslenguada, divertida, feminista y sin pelos en la lengua a la hora de hablar de temas como el racismo, el sexo o la situación de la mujer en Hollywood -y en la sociedad en general-.
Resulta bastante lógico que el debut en el cine de Schumer llegará de la mano de alguien como Judd Apatow, ¿no? El resultado es 'Y de repente tú' ('Trainwreck'), una comedia romántica de lo más convencional camuflada y/o vendida como la comedia deslenguada del verano. Toda una gran decepción, sobre todo sabiendo de lo que Schumer -que también firma el guión-, es capaz.
¿Gamberra Amy?
Dos niñas escuchan atentamente a su padre hablar sobre lo inútil que es la monogamia utilizando como ejemplo a la muñeca de la pequeña. Un divertido y provocador arranque que derivará en una comedia más convencional y previsible -y hasta aburrida- que intentará camuflarse en algún diálogo sucio y directo, de esos que en la televisión norteamericana tapan con un pitido. Y es que la trama seguirá el camino más lógico, presentándonos a Amy, una treintañera con miedo al compromiso.
Amy escribe para una revista y vive disfrutando de la vida, teniendo relaciones efímeras y aburrida del romanticismo. Sin darse cuenta de que vive en una continua rutina. Cuando parece que va a caer de nuevo en ella al escribir su nuevo artículo, un encantador y exitoso médico deportivo llamado Aaron Conners aparece en su vida, haciendo que se replantee todas esas acciones con las que ha estado viviendo.
'Y de repente tú' es, lamentablemente, una comedia romántica más que bien podría haber sido la anti-comedia romántica del año si hubiera seguido los pasos del estilo gamberro que Schumer refleja en su serie. La cinta se queda a medio camino, con un ritmo irregular que a veces parece formado de sketches inconnexos, chistes fáciles y poco arriesgados y que no aprovecha el tirón de la idea de la mujer con miedo al compromiso, algo visto tan poco en Hollywood, y que en la piel de la Schumer televisiva podría ser todo un bombazo.
Desaprovechados
Y como toda comedia norteamericana que se precie, la película está plagada de referencias a la cultura popular estadounidense, desde el entretenimiento -una broma sobre Anne Hathaway y su Óscar ha dado bastante que hablar-, hasta el deporte, incluyendo la participación de estrellas como el jugador de la NBA Lebron James, los actores Daniel Radcliffe y Marisa Tomei, Ezra Miller o una desaprovechadísima -e irreconocible- Tilda Swinton en el divertido y, de nuevo, poco aprovechado, personaje de la jefa de Amy.
Pero los que debería brillar y no lo hacen son la propia Amy Schumer y Bill Hader, que da vida a su interés romántico. Mientras que a ella le sobran pelos en la lengua y nos falta su habitual provocación y sinvergonzonería; a él le falta la chispa y el encanto al que nos tiene acostumbrados como uno de los mejores cómicos del momento en Estados Unidos.
Lo nuevo de Judd Apatow no deja de ser una comedia romántica más, que lanza las mismas ideas convencionales sobre el amor y la pareja que el resto de Hollywood y no nos termina de aclarar las dudas de sí Amy Schumer será la gran cómica norteamericana o no. De momento, le ha faltado riesgo.
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